Después de las primarias de ayer en el PSOE, donde resultó ganador de forma abrumadora Pedro Sánchez, a pesar de tener a los dinosaurios, el aparato, los barones, los peridódicos -tanto unos como otros- y hasta Rita la Cantadora en su contra, toda esta gente tendría que pedir perdón, así de claro. Perdón a Pedro Sánchez, que ha ganado limpiamente, al socialismo (no olvidemos el pasado, la historia de este partido), a la democracia en sí mismo. Se ha dado una lección, una cachetada sin manos que diría el bardo; la militancia, el alma de un partido político, ha votado y ha escogido, esto es todo, tan simple y tan potente. Ahora es cuando hay que escribir editoriales de felicitaciones, aplausos al modelo de elección de un Secretario General, seas o no socialista. Lo importante es saber cómo es el juego democrático, en qué consiste, y jugar con sus reglas, Y como en el Monopoly cobras al pasar por la casilla de salida, en una democracia votas al partido que te guste, sea cual sea. Los militantes del PSOE han dicho tan claramente no al aparato y sí a las bases que este hecho debe hacer meditar a los demás partidos. Ahora sólo nos queda esperar que él esté a la altura y el país también.
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