Vuelvo a plantearme muy seriamente la opción del apagón informativo al 100%, tal y como lo hice durante el COVID huyendo de la estadística diaria de muertes, o mejor dicho de muertos. Aislado en casa como todos, me centré en escribir el blog, en teletrabajar por las mañanas, otras horas por la tarde en lo mío y suspirar porque el dichoso virus desapareciera y pudiésemos contarlo. Recuerdo a mi padre, ya fallecido, diciéndome cada vez que bajaba con la mochila llena de cremas de verduras y que depositaba en el umbral de su casa, ¡pues no estoy de acuerdo!, cuando declinaba entrar.
¡No estoy de acuerdo!, ésta es la frase que se me ha quedado de aquellos aciagos días, del confinamiento, de la depresión generalizada, de los ancianos que caían como moscas, desamparados, solos.
Pero me estoy desviando.
A lo que voy: apagón informativo.
Hoy aparece como gran notición la retirada de Hiniesta a los 40 años. Bien, enhorabuena, ¡felicidades!. Preocupado me tiene este pobre chico en paro con 40 años; a ver de qué va a vivir ahora él y su familia. Pan y circo, más de lo otro que de lo uno.
Por otro lado, ayer leí con gran sorpresa que todos los grupos del Congreso apoyaban que a los presos de ETA (sí, ETA, aquella organización terrorista ya extinta, la misma del 'ha sido ETA!) les contaran las penas cumplidas en el extranjero. Me extrañó por dos cosas, la primera saber que iba a se una tramitación pacífica y, por otro lado, que una cosa que parece tan obvia no lo sea. Pensé en el pibe descuartizador de Tailandia del que todos esperan que termine de cumplir la pena en España. Igual lo repatrian en unos años y al llegar aquí vuelve a la casilla de salida, quién sabe. Pero fue salir publicada esta noticia cuando rauda y veloz, como la primera de la fila que es, cuando Ayuso puso el grito en el cielo: ¡anatema! ¡el Armagedón! Donde manda patrón...
Los asuntos internos en España, donde lo importante son los inmigrantes, violadores, vagos y asesinos donde los haya, todos; la mujer de Perrosánchez y sus másteres de los c...; el fúrbol; los de verdad poco importan o importan poco, sólo de pasada para que veamos que ellos, los políticos, sólo se ríen de nosotros, pero sin descojonarse, todo muy comedido. La falta de vivienda ya tiene un culpable, la vivienda vacacional, tema zanjado. El paro, ¿el paro? ¿qué es el paro? De eso ya ni se habla. De la guerra sí, por supuesto, desde la comodidad de nuestro sillón casero, sentenciando sobre los buenos y los malos como el más sabio politólogo. Nuestro Presidente se va a ver al Papa, bien, pero ¿hablarán de las prebendas vergonzosas de la Iglesia en España? Claro que no, hablarán de Israel, ¡cómo no! De las mujeres en Afganistán, en Irán o en Arabia Saudí me da que no, no debe estar en el orden del día, ni el horno para bollos, por falta de tiempo; es que el Papa está ya muy mayor.
Entre estoy y lo otro, que no cuento, de verdad, por falta de tiempo y de concentración y de ganas y de todo y de nada, el resultado a esta ecuación vital es tirar la toalla, eso por descontado, dado que no creo que ni el chatGPT me ayude a encontrar un resultado lógico, de manera que lo mejor es dejar de leer a tanto mentiroso, de escuchar a tanto ídem, de olvidarme de nadar en este estanque de pirañas, de huir de los políticos cual Ruth pero con el cuello tieso y dedicarme, como Cicerón, a mis libros y a mi jardín.
Joder, ¡que ya no tengo jardín!
♫
Marty Robbins, *Big iron.
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