Tarde de exposiciones en La Laguna después de una mañana tipo másdelomismo, natación con calambre final incluido (y relajante muscular también).
Primero Juan de Miranda en las dos salas de exposiciones del Cabrera Pinto y después de pintura sacra de Miguel Rocha en el antiguo convento de Santo Domingo, ambas estupendas, cada uno en su estilo particular.
Casualmente, la sala de exposiciones del piso alto del Cabrera Pinto, antiguo refectorio de los monjes y que Alicia y yo rehabilitamos con Félix hace algunos años. Por cierto, creo recordar que también hicimos un proyecto de los patios interiores y del campanario, que debe estar durmiendo el sueño de los justos.
Paseíto por La Laguna, café, chocolate, arte y conversación para llegar a casa casi dormido.
Será muy fácil, sin explicación alguna, diferenciar ambas exposiciones.
Por cierto, apasionante trabajo el de los restauradores -orgullosos de tener a la mejor en nuestra familia-. Me quito el sombrero.
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