¿Cuántas veces habré escuchado eso de "la televisión es insoportable"? ¿miles? Pues seguramente, muchísimas veces y en muchísimos y diferentes lugares. Entonces, ¡por qué no das el paso? Apagar el televisor es tan fácil como eso, presionar el botón del mando a distancia, coger un libro, dar un paseo, conversar, dormir... todo es mejor que dejar que a uno lo intoxiquen con tanta porquería.
Un ejemplo: anoche, solo en casa, mis perritas durmiendo y yo preparándome para una cena con guisantes y un yogur de vainilla frente al televisor, película "A propósito de Henry" en el DVD. Enciendo el televisor y antes de cambiar de canal al DVD aparece un debate político, entrevistan a Alberto Garzón de IU -interesante, pensé, igual me animo y lo veo-. La primera pregunta que escucho a uno de los eruditos iluminados del corro periodístico era tan demagógica, pura basura, que me dio vergüenza ajena que Garzón tuviera que responder a dichosa majadería. Raudo cambié el canal y comenzó la película mientras daba cuenta de mis guisantes.
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