Anoche, sentado en un avión sobre el mar, terminé de leer "Un español frente al Holocausto", de Diego Carcedo. Ya hablé acerca de la gesta del encargado de negocios de la embajada española en Hungría durante los terribles días en Budapest de la II Guerra Mundial y cómo salvó a más de 5.000 judíos de ser deportados a los campos de concentración nazis. La última parte del libro describe cómo debe marcharse de Budapest, primero a Suiza y de allí a España y el dolor con el que tiene que dejar a los miles de judíos a los que había proporcionado edificios con salvoconductos, pagado todo con su propio dinero. Tanto en Hungría y en España como en Israel se le ha reconocido su labor heróica,a ha sido nombrado "Justo de la humanidad" y su recuerdo perdura en diferentes placas, estatuas, memoriales.... Sabiendo de personas como Sanz Briz uno se reconcilia un poco con la raza humana y se siente orgulloso de ser español.
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Imagen tomada en el seno del guetto judio de Budapest. Es un sauce de acero inoxidable. Cada una de sus hojitas tiene grabado el nombre de los miembros de una familia desaparecida. Es un lugar sagrado porque el horror padecido en aquel perimetro fue inenarrable. Este monumento fue financiado por el actor Tonny Curtis de ascendencia judeo-húngara. ANGEL SANZ BRIZ, diplomático español en la época franquista, falsificó una larga serie de salvoconductos y pasaportes salvando con ello muchas más vidas que el mismísimo Oscar Schindler.***
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