La obsesión de la eterna juventud es algo que da hasta pena. ¿Qué se ha hecho este hombre que se parece ahora a Silvester Stallone? Sin arrugas y con un color de piel indescriptible, sigue machacando a la monarquía española con sus entrevistas y ensoñaciones de un tiempo pasado que él, me temo, se ha inventado. ¿No tiene el emérito algún asesor que le cuente el resultado de la ya tristemente famosa del exduque Andrés de Inglaterra en la televisión inglesa? Parece que no.
Éste, me temo, ha perdido el norte.
Y el sur.
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