Cuando Bee Gees estaba en el top de popularidad, pongamos que por la época de Saturday night fever, una discusión recurrente entre los fans y los que no, era si era "bonito" cantar en falsete. A mi, personalmente, Bee Gees me gusta mucho, sobre todo sus primeros discos, donde el falsete no existía. Su estilo era propio, con o sin falsete, genuino. Escucho una lista de reproducción en SPOTIFY, de esas que ofrece el programa al abrirlo, con el nombre "Música Pata Trabajar". La música, agradable de escuchar como fondo, me llama la atención intermitentemente para ir raudo a pasar a la siguiente canción. La tercera vez que lo he hecho por inercia, caigo en la cuenta de la razón: no me gustan las canciones donde el autotune se hace más que evidente, todas las voces suenan iguales.
Los que saben mucho de música, estos con canal en Youtube que analizan las canciones, suelen decir que el autotune pertenece al presente de la música y que es una herramienta más para componer, así que no osaré contradecirles. Pero con la música me pasa como con el arte, me gusta o no me gusta, y punto. Son mis orejas y yo decido qué música escucho y aquella donde el autotune es el rey no me interesa lo más mínimo. Rosalía, ¡desaparece!
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