Pancartas
De las declaraciones de Torra se deduce que los catalanes no tienen
ningún problema al margen del color amarillo.
https://elpais.com/elpais/2019/03/24/opinion/1553440029_723572.html
Celebro que Pablo Iglesias haya recuperado su instinto político. La
recuperación de Podemos resulta esencial para la formación de un Gobierno
progresista, y nunca ha sido tan necesario. Es reconfortante, además, ver a un
político español capaz de pedir perdón por sus errores. Siempre habría sido
mejor que no los hubiera cometido, la rectificación no supone una garantía de
que no se repitan pero, así y todo, ese gesto de humildad preelectoral me
parece un acierto. Reivindicar la utilidad, la dignidad de la política, nos
hace tanta falta como un Gobierno progresista estable. Para comprobarlo, basta
con mirar hacia el laberinto catalán, donde todo parece limitarse a un juego de
lazos y pancartas. De las declaraciones de Torra se deduce que los catalanes no
tienen ningún problema al margen del color amarillo. Que, al rechazar los
Presupuestos, aparte de darle a Sánchez la doble oportunidad de adelantar las
elecciones y desbaratar la imagen de súbdito del independentismo que intentaba
imponer la derecha —eso sí que fue un acierto, y de los gordos—, los amantes de
ese color asumieron que nadie en Cataluña necesitaba el dinero que se perdía.
La oposición se queja de que la Generalitat no gobierna, de que el Parlament no
se reúne, de que las pancartas y los lazos han suplantado a la política, pero
eso no es del todo cierto. Porque Oriol Pujol, de quien no hace falta recordar
que cumple condena por corrupción, acaba de estrenar el tercer grado, después
de dos meses escasos de cárcel, gracias a una decisión de la Generalitat.
Ningún otro Gobierno se habría atrevido a hacer algo así a cuatro semanas de
las elecciones, pero no ha pasado nada. ¿Y cómo va a pasar, si estamos todos
tan entretenidos con los lazos y las pancartas?
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