El sentimiento de la amistad es una sensación muy extraña, podemos tener una enorme conexión con nuestros amigos de toda la vida, por supuesto, y en esto soy, siempre lo digo, un afortunado. Luego la vida te bendice, como dirían los más cursis, con nuevos amigos a los que en unos pocos años llegas a querer también muchísimo y que se convierten en parte de tu vida y que te brindan su apoyo incondicional. Anoche fui al cine con uno de ellos, nos reímos, hablamos, hasta disfrutamos de la absurda película que vimos ("Los próximos 3 días", sin pies ni cabeza) y terminamos cenando en un bar de gasolinera -mundo indómito éste, donde los haya-. Esta mañana me despierto, abro la puerta para que las perritas salgan al jardín y me tomo un café en la cocina con las noticias encendidas en el televisor: dos nuevos suicidios, terrible; no-se-qué de la compra de deuda por los Emiratos, el comunicado de ETA, el PP, el PSOE... pero ¿para qué se me ocurriría desayunar frente a la tele? Está claro que prefiero los periódicos, tú eliges qué noticia leer.
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