Se equivoca Feijóo al ignorar la celebración de los 50 años de la muerte de Franco; se equivoca también el Rey Felipe V. En cualquier país democrático que se precie nadie dejaría de asistir al aniversario del fin de la 2ª Guerra Mundial, por ejemplo, que sentenció por ende el fin del nazismo, la peor página de la historia europea; sólo nos cabría en la cabeza que algún partido nostálgico neonazi no se sumara. En España ¡España!, que es diferente siempre, no sólo el partido más importante de la oposición se descuelga de los actos sino que los ridiculiza cuando tiene ocasión, ahora los trata como si se tratara de una cortina de humo. Viéndolo ahora con perspectiva, posiblemente la Parca se llevó al dictador en 1975 sabiendo que 50 años después el PSOE y España ¡España! estarían sumido en la peor crisis de corrupción de la Historia de la Humanidad y que, además, coincidiría con la toma de posesión del nuevo Presidente de Venezuela). Voy a indagar porque quizá el Nostradamus de la época lo predijo, ¡a saber!
Feijóo se equivoca, y mucho. Pierde otra gran oportunidad para desmarcar al PP de cualquier sesgo que lo acerque a VOX. Me temo que sigue siendo Ayuso la que maneja los hilos.
Pero también se equivoca el Rey, que no la Casa Real, dejémonos de tanto eufemismo cortesano. El Rey, por no incomodar a la derecha, echa mano de su agenda para no asistir a los actos previstos. Él, conocedor de lo acontecido a su abuelo Don Juan, de los manejos de Franco en los albores de la Guerra Civil y de su terrorífica posguerra, debería ser el primero en plantarse como mandatario democrático cabeza de la nación. Pero no, la dichosa agenda, ¡mala, mala!
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