¿Qué pasaría si yo hiciera una afirmación tan simple como ésta: "todas las mujeres son tal o cual cosa". En 1 min se me echarían encima, lo sé, lo sabemos todos.
En cambio, degraciadamente, parece que cuando se afirma algo similar pero donde el destinado es un hombre la cosa cambia.
Contaba ayer una compañera de oficina la experiencia de su hijo en el instituto, de 1ª mano, nada de leyendas urbanas. Su hijo está en el instituto y en algunas clases -en este caso se trata de una optativa- sólo hay tres pibes y el resto son todo chicas. Pues bien, en una de estas clases acudió una psicóloga a hablarles de violencia de género, tan importante y necesario, solo que comenzó la clase con una frase de entología: "Todos los hombres, desde que nacen, son maltratadores en potencia".
No sé si conté mi experiencia hace años en un curso igualmente sobre violencia de género. Todo empieza durante una época en la que sufrí acoso laboral por parte de mi jefe, algo menos de dos años -experiencia que ya contaré con pelos y señales cuando me decida a escribir el libro sobre mis años en la Administración-, de manera que cuando vino una psicóloga a impartr unas jornadas sobre violencia de género fui yo el asignado para asistir a ellas. Así lo hice, me gusta aprender, y para mi sorpresa en el local era yo el único hombre, claro que todas las asistentes eran mis compañeras de trabajo por lo que me encontraba muy a gusto. La ponente empezó a largar por esa boca y, cuando llevaba ya una media hora aguantando su arenga, tuve que levcantar la mano y pedir intervenir. Dije poco, que yo era un hombre y que en absoluto me encontraba representado en aquel retrato que hacía de mi género, de machismo y feminismo mal entendido, de denuncias falsas y verdaderas, etc. ¿Sirvió de algo mi intervención? Absolutamente de nada salvo para escuchar ¡todos los hombres siempre dicen lo mismo! y ¡se nota que eres un tío!. Ese fue el momento de abandonar la conferencia, como así lo hice.
La generalización es terrible, tanto de un lado como de otro. Obviamente ni todos los hombres somos unos hijos de puta ni todas las mujeres son la joya de la corona. De todo hay, sin duda.
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