miércoles, 25 de diciembre de 2013

CON UN PAR

Nadie entiende (salvo por presiones de la Iglesia española y la beatitud de sus secuaces meapilas) ese interés del Gobierno del PP para abrir viejos debates ya superados. Me refiero obviamente al anteproyecto de Ley del Aborto que nos retrotrae a los años 80. Todo lo que se ha ido consiguiendo en estos años borrado de un plumazo por esta gente, adalid de la mayoría absoluta. De camino, allende los mares, seguimos haciendo el ridículo y causando asombro por esta ola (tsunami) de conservadurismo siempre innecesario. ¿Hasta dónde llegaremos caminando hacia atrás? Nadie lo sabe, me temo.

El londinense ‘The Times’ acusa a Rajoy de “abuso de poder”La prensa europea destaca el retroceso que supone la reforma del aborto.
EL PAÍS Madrid 23 DIC 2013 - 21:34 CET

La reforma de la ley del aborto en España ha sido seguida con interés por la prensa europea, con titulares y textos que destacan el retroceso que supone una norma que trata de contentar al ala más conservadora del PP. Y no solo han informado, sino que algunos han dado también su opinión, como el diario británico The Times, que ayer acusó al Gobierno español de “abuso de poder” en un durísimo editorial y pidió al resto de Gobiernos europeos que presionen a Mariano Rajoy para que reconsidere la reforma.
El editorial sostiene que la nueva ley recoge tan solo el pensamiento “de una pequeña minoría”. “Viola el principio de la política democrática al suplantar con decretos estatales las opiniones de ciudadanos privados individuales. Va a erosionar el pluralismo, restringir la libertad, hacer retroceder la posición de la mujer en la sociedad española, dañar la vida familiar e infligir daños psicológicos y físicos a mujeres que padecen en ocasiones circunstancias desesperadas. Es una ley mala que previsiblemente tendrá consecuencias lamentables”, sostiene el texto.
El diario londinense, que se sitúa en el centro derecha del arco político de la sociedad británica, sostiene: “Aunque el Gobierno manifiesta que ninguna mujer será procesada por haber abortado, esa línea de defensa es débil. Los médicos se arriesgan a ser procesados y se enfrentan hasta a tres años de cárcel por llevar a cabo abortos que sean considerados ilegales”. “Hay gente que tiene fuertes objeciones éticas contra las terminaciones del embarazo (incluyendo a la Iglesia católica, que ha apoyado al Gobierno español en este asunto). Sin embargo, esa visión es minoritaria. Los sondeos muestran que la mayoría de los votantes españoles están a favor de que la ley siga como hasta ahora. Y aunque no fuera ese el caso, la propuesta de ley seguiría siendo perversa”, opina el diario,
Y concluye: “Llevar al rango penal una cuestión que afecta a la salud de las mujeres y que es una cuestión de conciencia es un abuso del poder del Gobierno. Una sociedad constitucional no se inmiscuye en zonas de criterio personal que la mayoría de los ciudadanos consideran que se tienen que decidir dentro de las familias. La ingeniería social es una práctica de los gobiernos autocráticos. Los amigos y aliados de España en Europa deberían convencer al señor Rajoy de que se lo vuelva a pensar”.
Las siguientes son algunas de las reacciones de la prensa en otros países europeos:
» Italia: vuelta al pasado. Los titulares de los medios italianos han hablado de “vuelta al pasado de Rajoy”, “frenazo de España” o “vuelta de tuerca”. La agencia Ansa (homóloga de Efe) se pregunta porque “el presidente católico y conservador Mariano Rajoy encargó este diseño de ley al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y no a la titular de Sanidad, Ana Mato”. “La contrarreforma española en materia de aborto está lista”, arranca su crónica en La Repubblica Omero Ciai. “El texto sigue siendo secreto, pero, por lo que ha trascendido, haría retroceder el reloj hasta 1985”. Los medios locales, no muy acostumbrados a poner la lupa más allá de los Alpes, comparan la tendencia actual con los años de Zapatero, que transformó a España en una especie de El Dorado de los derechos civiles.
» Alemania: restricción de la libertad. Los grandes diarios alemanes han pasado de puntillas sobre el proyecto español de reforma. La cabecera conservadora Die Welt publicó el mismo viernes un largo reportaje en Internet sobre “los intentos, por parte del Partido Popular, de contentar al sector conservador en el país”. Cuenta el reportaje que el PP, “tras varios años de austeridad presupuestaria”, proyecta también “profundos cambios sociales” en España. La ley del aborto es, asegura, la constatación de que las “restricciones en el derecho de manifestación aprobadas a primeros de mes [dentro de la ley de seguridad ciudadana] solo fueron un primer paso”.
El diario berlinés Die Tageszeitung, tradicionalmente próximo al partido Los Verdes, se hizo eco de la reforma con sendos reportajes el viernes y el sábado. El primero, firmado en Madrid, aclara que la nueva ley será más restrictiva que la de 1985 y recuerda las movilizaciones contra el aborto en las que el PP participó “junto a la Iglesia y a organizaciones provida”. También refiere cómo, hasta 1985, las mujeres españolas que querían abortar viajaban a Londres y a Holanda para poder hacerlo. El otro artículo es una nota de la agencia alemana DPA sobre las protestas contra la reforma. El diario muniqués Süddeutsche Zeitung destacó el sábado las críticas al proyecto por parte de “los conservadores democristianos” del PNV. La nota lleva el título entrecomillado: “Una incomprensible restricción de la libertad”.
» Francia: concesiones al Episcopado. La prensa francesa se ha hecho ampliamente eco de la reforma del aborto en España, retratada también como una marcha atrás. Para el diario Le Monde, se trata de “otra concesión al ala dura” del Partido Popular y “a las reivindicaciones del Episcopado católico”. El diario vespertino francés de centroizquierda sitúa el proyecto de ley en línea con la nueva ley de educación, el debate sobre la cadena perpetua y, sobre todo, la ley de seguridad ciudadana.
Con información de Walter Oppenheimer (Londres), Lucia Magi(Roma), Juan Gómez (Berlín) y Ana Teruel (París).

Nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento (II)
Señor ministro, ¿a qué quiere usted condenar a nuestra sociedad? ¿A vivir de nuevo en épocas que nunca debieron existir?



Esta carta es una triste continuación de la publicada en EL PAÍS el 25 de julio del año pasado. Su objetivo es expresar de nuevo mi indignación por la decisión del Gobierno de aceptar el anteproyecto de ley presentado por el ministro de Justicia y hecho público el 20 de diciembre de 2013.
No voy a exponer de nuevo mis antecedentes profesionales como neurocirujano infantil, ya que fueron suficientemente expuestos en la carta anterior. Solamente señalaré que he ejercido como neurocirujano durante 40 años, siendo jefe del Servicio de Neurocirugía Infantil en el hospital 12 de Octubre desde el año 1982 hasta mi jubilación hace tres años.
Como profesional de la medicina, lo más destacable es la completa eliminación del supuesto de malformación fetal como causa de interrupción del embarazo, lo que en mi opinión sencillamente nos coloca de nuevo en épocas pretéritas de la historia de la medicina en España. Estoy además convencido de que muchos españoles tenían la esperanza durante todo este año de que el ministro tuviera en cuenta la gran cantidad de opiniones que se han escuchado y publicado en contra de la eliminación de este supuesto. Desgraciadamente, no ha sido así.
Antes de la primera ley de 1985, los médicos que teníamos que enfrentarnos a los casos de malformaciones fetales más severas, como son entre otras las del sistema nervioso central, estábamos desgraciadamente muy acostumbrados a tratar a estos pobres niños. Concretamente los niños con espina bífida abierta (de uno a tres niños por cada 1.000 recién nacidos vivos) se contaban entre las malformaciones más frecuentes.
Los que padecían esta enfermedad en sus grados más severos eran sin duda los más complicados de tratar. Son los que presentaban parálisis completa de ambas piernas, y del control de los esfínteres urinario y fecal, deformaciones severas en los pies y en la columna vertebral, hidrocefalia (acumulación de líquido en el interior del cerebro) y muchos tenían además déficit mental de diversos grados. Tenían que ser tratados por diversos equipos de especialistas (pediatras, neurocirujanos, traumatólogos, urólogos...) y, finalmente, después de una vida llena de sufrimientos, algunos podían morir por las complicaciones tardías que se presentaban años después del nacimiento.
Como regla general, cuanto más severa es la malformación más fácil es su diagnóstico en el periodo prenatal, por eso el número de malformaciones fetales graves disminuyó rápidamente después de la implantación de la ley de 1985, con lo que muchos de nosotros nos alegramos profundamente. Esto es fácilmente constatable si se consultan los datos hospitalarios de la época o, sin ir más lejos, las estadísticas de las unidades de neurocirugía infantil. ¡Tanto es así que actualmente muchos profesionales jóvenes no han tenido la oportunidad de tratar estas malformaciones en número suficiente de casos para adquirir la experiencia necesaria!
Puesto que en Europa este tipo de malformaciones han dejado hace muchos años de existir, ¿qué pueden hacer nuestros jóvenes profesionales? ¿Señor ministro, podría darse el caso de que algunos tengan que visitar hospitales de países sudamericanos o africanos que nunca hayan tenido una ley de interrupción del embarazo?
Las malformaciones fetales pueden ser muy diversas según los órganos afectados y también dependiendo de la severidad y grado de incapacitación que pueden dejar en los niños. Actualmente, las unidades de diagnóstico prenatal existentes en algunos hospitales españoles (no en todos) son perfectamente capaces de conseguir un diagnóstico de malformación fetal correcto, tanto en el tipo como en la severidad de la malformación.
Señor ministro, ¿no hubiera sido más fácil hacer un pequeño esfuerzo de coordinación con la ministra de Sanidad (la que por cierto no parece darse por aludida en este grave problema) y realizar a nivel estatal una clasificación de las malformaciones, evaluando en profundidad los grados de severidad e incapacitación futura de los niños no nacidos, proporcionando de esta forma a las madres una amplia información para que de esta manera puedan decidir con serenidad?
Por otra parte, y dado que los recortes han afectado también a la Ley de Dependencia, ¿ha previsto el Gobierno alguna medida de protección para esta nueva población con graves minusvalías? ¿O quizá estamos ante una ley que no ha tenido en cuenta en absoluto las consecuencias de su aplicación para los ciudadanos?
Señor ministro, ¿a qué quiere usted condenar a nuestra sociedad? ¿A vivir de nuevo en épocas que nunca debieron existir? ¿O también a que los niños con malformaciones fetales graves, sus familias, sus médicos y, en definitiva, la sociedad entera tengan que padecer por sus creencias? No creo que nadie tenga ese derecho y usted tampoco, señor ministro.

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