He vuelto a dormir mal, la cosa avisa de nuevo. Sueño soñado, permítanme el pleonasmo, para revivir una y otra vez lo que tengo ahora en la cabeza y que no me deja tranquilo, lo que como la marmota se presenta en cada momento de despiste. Mi tribu ayuda, sí, pero no lo suficiente; vuelven pensamientos e ideas recurrentes y la luz al final del estrecho túnel parece que se aleja haciéndose más pequeña de nuevo. El trabajo poco ayuda, los jefes aún menos, con su mente estrecha y la mano apoyada siempre en el artilugio que aprieta las tuercas, de manera que sólo resta el viaje interior para huir de la vida misma.
"Como un eco perdido, como un amigo acento
que suena cariñoso,
el familiar chirrido del carro perezoso
corre en alas del viento, y llega hasta mi oído
cual en aquellos días hermosos y brillantes
en que las ansias mías eran quejas amantes,
eran dorados sueños y sanas alegrías."
Leyendo esta mañana a Rosalía de Castro y su "En las orillas del Sar", después de un café y un desayuno frugal, compruebo que ya se fue la calima y que hoy parece que llegaremos a 26°, lo que significa que el veranito nos dará un respiro. Un buen día para desconectar lo que se pueda y comer con amigos en la ciudad.
Salimos a cenar anoche con amigos, era la primera vez que lo hacía durante un día de calor infernal, con viento que parecía provenir del mismo lugar y que te daba una bofetada al abrir la puerta de tu casa. Poco ayuda este calor a pasar el día trabajando, es un hecho, menos mal que el bendito aire acondicionado ayuda lo indecible. Parece mentira el bien que puede logar una reunión de este tipo, donde siempre se respira un cariño que todo lo envuelve y todo lo impregna. Nunca vemos suficientemente a los buenos amigos, es ésta una de las cosas que nos ha traído el tiempo de la falta de tiempo que vivimos. ¡A ver si nos vemos! ¡Te llamo para un café! ¡Nos llamamos para comer!, etc. ¿Les suenan estas frases? Velocidad es lo que nos sobra, tiempo lo que nos falta.
Cada mañana me despierto receloso por saber qué me depara la portada de EL CASO (léase cualquiera de los periódicos nacionales), si antes eran los acontecimientos en Estados Unidos o en Ucrania o en Israel, ahora no es necesario irse tan lejos, nosotros tenemos lo nuestro. Expectantes como estamos ante tantas heces, poco podemos hacer salvo sentarnos ¿plácidamente? a ver pasar el cadáver de nuestro enemigo (más bien los cadáveres), si hubiera justicia terrenal (la divina se la dejo a los más optimistas). Nos salvan de estas miasmas pocas cosas ya, contaditas, empezando por los ojos de un bebé o la felicidad de un cachorro. La vida es tan bonita que parece de verdad, nos cantan, ¡pues a ello!
Mamacita dame alas que me quiero ir a volar. Ya ni la organización de los viajes me anima demasiado, mal síntoma éste. Tengo la vista puesta en las vacaciones de septiembre y en algún salto finesemanal previsto, pero no me siento a materializar los planes en billetes de avión, hoteles y visitas; acabo siempre procrastinando y diciéndome, mañana lo hago, como tantas otras cosas. El calor no ayuda, lo sé, me aplatana completamente, pero en invierno poco calor hace y mi actitud casi no varía, para qué nos vamos a engañar.
Bueno, comienza este sábado entre la música de Pablopablo+Amaia, la vida y poesía de Rosalía de Castro, la novela de Umberto Eco "La misteriosa llama de la reina Loana", donde Yambo, el protagonista, pierde la memoria tras un terrible accidente que lo obliga a recuperar su propia vida, y la historia de la periodista Pilar Eyre y su perro Bakunin. ¡Feliz sábado a todos!
♫
Guitarricadelafuente, *ABC.


No hay comentarios:
Publicar un comentario