Los planetas se alinean raras veces y este pasado fin de semana puede que haya sido una de esas ocasiones. Necesitado de un urgente cambio de aires, por esto y por aquello, toda la familia disfrutamos de un largo fin de semana en La Punta. Con un tiempo fantástico, una casa a la altura de las circunstancias y una gastronomía un tanto surrealista, la catarsis llegó por inusual e inesperada. Creo que desde hace muchos años no se reunía toda la familia varios días juntos. Dio tiempo hasta para conversar, jugar al Trivial, hacer
paddle, surf, paseos, siesta, lectura, masajes,
brunch, sol y piscina.
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