martes, 18 de agosto de 2020

TESTAMENTO VITAL, IMPRESCINDIBLE


Caso concreto. C no es creyente, no quiere pompas, ni santos sacramentos, ni funeral, ni misas el día de su muerte. La familia lo sabe. Pero el triste día olvidan lo que en vida decía C y le preparan "un completito": sacramentos, actuación de un cumbayá, velatorio, coronas floridas, duelo, funeral, misa de la semana... 
Los deseos no se pueden dejar escritos en el tanatorio donde tengas tu seguro -créanme, ya lo pregunté-, sólo tienes a tu familia, a tu entorno para que cumplan tu voluntad, pero no siempre se cumple, desgraciadamente, a los hechos me remito.
Pero hay una solución, dejar por escrito un testamento vital con tus últimas voluntades acerca de estos flecos. Veo importante que mi entorno, aquel que previsiblemente me sobrevivirá, sepa lo que quiero: cremación o entierro; misa convencional, luba, negra o fiesta loca; esquela, coronas, velorio, funeral, cánticos, coches de caballos con plumachos, etc. Todo bien aclarado, como las toallas. Nada quiero dejar a discreción del público que tanto me apreciaba. 
Mecano, *No es serio este cementerio.

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