Tenerife, 1959
Han pasado más de 50 años y las Cañadas del Teide de hoy siguen pareciéndose mucho a las de entonces, pues no en vano, y muy oportunamente, se había creado cinco años antes el Parque Nacional del Teide, que preservó milagrosamente aquellas soledades para las generaciones venideras. Viendo, sin embargo, esta foto se llega pronto a la conclusión de que el parque pierde mucho en blanco y negro porque parece mucho más árido e inhóspito de lo que en realidad es. En todo caso, los visitantes de antaño no sufrirían el trasiego de japoneses que hoy en día corretean incansables por aquellas laderas y barrancos. Como diría un buen viajero, mejor solo que demasiado acompañado.
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