El cartel que enseña el profesor de la izquierda dice: “Calentamiento global, una opinión científica [que cuenta] con un abrumador consenso“.
El emocionado joven del medio sostiene otro cartel que dice: “Cambio climático, he visto las inundaciones, he sentido el dolor, la Tierra está llorando“.
Y esa especie de elfo de la derecha (que lleva un cartel colgado anunciando que el fin está cerca) saca sus conclusiones y dice: “Buen intento profesor, pero la opinión de la gente se ve condicionada por el miedo y las emociones, no por las evidencias científicas“.
Y es que eso mismo es lo que se extrae de un pintoresco estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Michigan en el que preguntaban a la gente si creían en el “calentamiento global” o en el “cambio climático”. Curiosamente, y aunque ambas expresiones se refieren al mismo fenómeno, los entrevistados se decantaron de forma significativa por el segundo.
Curiosamente los votantes republicanos (más proclives estadísticamente a negar el fenómeno) preferían el término “calentamiento global”. Supongo que esto es así porque el término es más neutro, ya que no implica verdaderamente “un cambio”. Sin embargo los demócratas preferían la expresión “cambio climático”, que implica cierta aceptación de la realidad del proceso.
La muestra en la encuesta fue de 2.267 ciudadanos estadounideses. El estudio psicológico se centraba en el poder de las palabras, y podéis leerlo aquí.
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