jueves, 30 de enero de 2020

75 ANIVERSARIO DEL HOLOCAUSTO


Jacobo Drachman, superviviente del Holocausto: “Aprendí a dormir abrazado a gente que moría de noche”
Nacido en Polonia y emigrado a Uruguay tras la Segunda Guerra Mundial, relata su paso por Auschwitz.

A Jacobo Drachman los nazis le perdonaron la vida al menos un par de veces. La primera fue en el gueto de la ciudad de Lodz, en Polonia, el día que los alemanes irrumpieron en su casa y un soldado lo encontró escondido tras una chimenea. Rondaba entonces los ocho años. “Entraron en el patio con motocicletas y camiones al grito de 'todos fuera'. La gente se subía a las azoteas para esconderse. Los agarraban y les tiraban de los pelos. Vi cómo ametrallaban, cómo pegaban... lo que no llegué a ver es al alemán que me vio a mí. Se dio la vuelta y sacó el arma. Me quedé contra una pared, con la pistola de él en la frente. Me preguntó, '¿quién más está arriba?'. Le respondí que nadie. '¿Qué estás haciendo?', volvió a preguntar. 'Estoy buscando gatos', contesté. No podías mirarle a la cara porque te mataban, era como mirar a Dios. Alto, rubio, ojos celestes y media sonrisa fría, helada. El ángel de la muerte, era eso. Estaba vestido de negro. Él me hablaba, no sabía qué decía, yo me abracé a él y le besé los botones, el uniforme, la mano y la pistola. Mientras, la retiraba un poquitito de mi frente. En eso lo llamaron, se sonrió y me dijo: ‘Vete de aquí”.

Drachman, de 84 años, conversa con EL PAÍS por teléfono desde su casa de Nahariya, un pueblo en Israel al borde del Mediterráneo. Durante la Segunda Guerra Mundial, este hombre que después emigraría a Uruguay, pasó por el campo de exterminio de Auschwitz, en la Polonia ocupada por los nazis. En el recinto, que este lunes ha acogido los actos por el 75º aniversario de su liberación por el Ejército Rojo, murieron 1,3 millones de personas, de los cuales 1,1 eran judíos.

Los recuerdos de Drachman llegan ahora como instantáneas de la memoria, escenas salpicadas en el tiempo descritas al detalle. "No comía. Durante seis años tuve hambre. Terminé la guerra con 20 kilos y 11 años”, evoca al comienzo del relato. Sobre su llegada al gueto de Lodz, explica que un día los alemanes aparecieron en su casa, se apoderaron de los juguetes, de la comida, de los muebles y los pusieron en la calle. “O bajáis por la escalera o por la ventana”, les decían. En su nuevo hogar aprendió a defenderse. “Empecé a buscar [alimentos] en las casas que quedaban vacías, porque el gueto se vaciaba para el cementerio. Recuerdo que me levantaba temprano para ir con el rabino y pasaba por encima de cadáveres”, rememora. “Para mí no era nada, era mi vida”, responde a la pregunta de qué sentía. “No sabía por qué estaba ahí, por qué me correspondía. Vivía rodeado, con un muro y un alambre de púas. A los que morían de noche, los sacaban afuera, le quitaban la ropa, los zapatos, los tapaban y venía el carro y se los llevaba. ”.

Sus padres trabajaban entonces en una fábrica metalúrgica. “Nos dijeron que iban a hacer otra en Alemania y que estuviésemos todos juntos porque elegirían a unas 500 personas para llevarlas allá”, algo parecido a lo que cuenta la película de Steven Spielberg La lista de Schindler, señala. Así fue como, después de viajar en vagones de ganado, acabó en Auschwitz en septiembre de 1944.

“No sabíamos nada. Cuando la gente vio la chimenea al fondo, exclamó: 'Acá está la fábrica en la que vamos a trabajar'. Había fábrica allí, pero de muerte”, afirma. “Estuve pocos días en Auschwitz [cuatro] porque nos embarcaron otra vez. Ahí me enteré de lo que nos hacían, el alemán nos lo contó: 'Ustedes entran por acá y salen por arriba, por la chimenea. Si tienen alguna propiedad, algo de dinero, dénmelo porque están muertos”. Al poco de llegar los metieron en una sauna, los bañaron, los raparon y les dieron un pijama, relata. “Estábamos en las duchas frente al crematorio número cuatro, una casa grande de ladrillo. Saqué la cabeza por el portón y vi en el fondo una fogata grande en mitad de la carretera y cómo tiraban gente arriba (...) el gas no les alcanzaba”, recuerda.

De Auschwitz pasó al campo de Stutthof, cerca del Báltico. “Moría de frío”, cuenta. Un día lo mezclaron con un grupo de niños llegados de Lituania. “Me agarraron para quemarme, ya estaba en la fila”. Se dirigió entonces a un alemán para explicarle que no quería entrar en el crematorio, porque él “trabajaba”, era útil. “Le dije ‘Heil Hitler’ y se mataba de la risa (...) Yo quería vivir. Y me soltó”, relata.

A los tres meses lo trasladaron al campo de trabajo de Dresde. “Ahí estaba el paraíso, la fábrica. Nos daban de comer, había calefacción…”, recuerda. Hasta que las fuerzas aéreas británicas y estadounidenses bombardearon la ciudad en febrero de 1945. El ataque causó unos 25.000 muertos. Ellos perdieron todo y fueron obligados a salir en las llamadas marchas de la muerte. “Caminamos 11 días a orillas del río Elba. Aprendí a comer pasto, a dormir abrazado a gente que moría de noche...”. Su padre le pidió que si sobrevivía, gritase al mundo lo que les habían hecho (Jacobo Drachman escribió sus memorias en el libro Lágrimas secas y ha colaborado con el Centro Sefarad-Israel).

Tras recorrer varios países de Europa, en 1946 él y sus padres lograron emigrar a Uruguay, donde estudió, se casó y emprendió varios negocios. Ahora lleva 49 años en Israel. “Tuve nueve nietos, seis bisnietos, ¡una tribu!”, exclama. Antes de la guerra en su familia eran más de 100 y al terminar quedaron cuatro. “Por lo menos recuperé algo de lo que me asesinaron allá”.

Todavía hoy le cuesta entender tanto “sadismo” y tiene la esperanza de que algo así no se repita nunca. A las nuevas generaciones les pide que “no perdonen lo que pasó, que no olviden, pero que no odien” tampoco.

HOLANDA PIDE PERDÓN POR FALLAR A LOS JUDÍOS
ISABEL FERRER, LA HAYA
El primer ministro liberal neerlandés, Mark Rutte, ha pedido perdón este domingo en nombre del Gobierno por la actitud de las autoridades durante el Holocausto. Es la primera vez que se ofrece una disculpa oficial de estas características, y coincide con el 75º aniversario de la liberación de Auschwitz. Entre 1942 y 1945, los nazis transportaron a 107.000 judíos desde los Países Bajos a los campos de concentración. Igual suerte corrieron 245 miembros de las comunidades Sinti y Roma y varias decenas de resistentes. En total, regresaron 5.000 personas, según los archivos del campo de tránsito de Westerbork, situado al noreste del paísAna Frank, la autora del famoso Diario, y su familia, figuran entre los que pasaron por allí y fueron luego exterminados.
“Cuando aún tenemos entre nosotros a los últimos supervivientes, quiero disculparme en nombre del Gobierno por los actos de los gobernantes de entonces. Soy consciente de que no hay palabras para englobar algo tan horrible y enorme como el Holocausto”, dijo Rutte, durante la ceremonia anual que recuerda a las víctimas, celebrada en Ámsterdam. El país estuvo ocupado por los nazis entre 1940 y 1945, y hasta la fecha, el Gobierno “no contaba con la suficiente base razonada como para pedir perdón”, según el primer ministro. Ahora, sin embargo, ha sido claro diciendo que “el antisemitismo sigue vigente en nuestro entorno 75 años después de Auschwitz, y por eso hay que reconocer lo sucedido y decirlo bien alto: el Gobierno no estuvo a la altura cuando una parte de nuestros conciudadanos fueron apartados, excluidos y deshumanizados bajo un régimen asesino”. Después, ha añadido lo siguiente: “Aunque hubo resistencia a título individual, también en el seno del Gobierno, demasiadas instancias y cargos públicos hicieron lo que les pidieron los ocupantes”.
En el año 2000, el entonces primer ministro socialdemócrata, Wim Kok, se disculpó por “la fría acogida” dispensada a los judíos neerlandeses que sobrevivieron al Holocausto. Se aprobó una indemnización de 680 millones de florines de la época para todas las víctimas de la guerra, 400 millones de los cuales fueron para la comunidad judía. En 2019, los Ferrocarriles Neerlandeses (NS), una compañía estatal, compensó a los supervivientes, sus viudas e hijos por haberlos llevado en sus trenes hasta Westerbork. El servicio le reportó a la compañía unos 2,5 millones de euros al cambio actual, según Johannes Houwink ten Cate, experto en el estudio del genocidio y el Holocausto. Desde allí, los detenidos eran trasladados por los nazis a los campos de concentración.

John Williams, *Theme from Schindler's List.

lunes, 27 de enero de 2020

viernes, 24 de enero de 2020

(IN)TOLERANCIA

Estaba viendo antes el vídeo sobre la discriminación que sufren las personas transexuales en nuestra sociedad, ¡incluso por algunas feministas!, increíble. No he entendido nunca, y mira que lo intento, la razón que mueve a las personas para discriminar a otras, para negarle derechos; no deja de ser pura ignorancia, me van a perdonar. La máxima eterna del "vive y deja vivir" creo  que es la lección más básica que podemos aprender desde pequeño. Tan simple y tan difícil, vive y deja vivir. ¿por qué ha perdido el ser humano la solidaridad más básica con los demás? ¿por qué se denigra a gays, trans, mendigos, ancianos, negros, asiáticos, árabes, judíos y todos los etcéteras del mundo? Salirse de la línea lo más mínimo ya supone un sufrimiento como para encima tener que ir esquivando pisotones de los demás.
¿Pura ignorancia? sí, y también miedo a lo desconocido, al cambio de statu quo, a la pérdida del poder... Negacionistas, antirprogreso, incultos, recalcitrantes, ofensivos; se me ocurren tantas cosas para definirte, a ti que que no aceptas a los demás tal y como son. 
¿Te molesta que yo sea gay? No hables conmigo, me sobran los amigos, te lo aseguro. 
¿Te molesta que sea negro? ¿judío? ¿chino? ¿vegetariano tal vez? 
¿Te incomoda que me vista de rojo? ¿o de verde? ¿o de azul?
La solución es fácil, vive tu vida y déjame vivir a mi, que yo no me meto contigo. Lo mejor es que me ignores, te aseguro que ganaremos los dos.

jueves, 23 de enero de 2020

DESDE VISTABELLA


Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife desde Vistabella.

GENIO


La genialidad de Forges, como siempre, adelantada a su época.

FELISA, UN POCO DE ASERTIVIDAD PARA EMPEZAR

Operaron ayer a mi madre -todo bien, gracias- y por la tarde me acerqué al hall de entrada del hospital para solicitar algún justificante de la operación para cada uno de mis hermanos y para mi. Todo informatizado, muy cómodo y rápido; cojo mi numerito de la máquina, espero un poco, mientras leo "Diarios de Adán y Eva" de Mark Twain, hasta que que me atiende Felisa.
    > Hola, buenas tardes, necesito tres justificantes de la operación de mi madre.
    > Buenas tardes. ¿Trae el carné de identidad de su madre?
Yo, ignorante, le entrego el DNI solicitado y el mío, por si las moscas, apuntillando:
    > Los de mis dos hermanas los tengo en el móvil...
Ella me mira y me dice:
    > Sólo le puedo dar su justificante, los de sus hermanas no, deben venir ellas a pedirlo.
    > Oh, no lo entiendo, ayer pregunté y me dijeron que servía el DNI así, entre otras cosas porque una de mis hermanas vive en Madrid.
    > ¿En Madrid dice? ¿no está aquí entonces? mmmmm ¡a su hermana no se lo podré hacer porque no está aquí! (repitió).
Yo, sin entender nada pero con educación, le contesté:
    > Perdón, pero mi hermana, la de Madrid, necesita este justificante para poder solicitar unos días libres en su trabajo y así poder venir a la isla a ver a mi madre.
    > Sí, "pero las normas son las que son" y no se le puede dar un justificante si no está aquí. Su otra hermana puede venir directamente y solicitarlo y a ella sí se lo haremos porque sí está.
Ante esta explicación con el genial "las normas son bla bla bla" y aceptando mi flagrante derrota ante tanta erudición, digo que lo entiendo pero que quisiera presentar una reclamación ahora mismo. La tal Felisa me mira (yo había estado buscando su nombre, hasta que la encontré, y raudo apunté su nombre como nota en mi teléfono).
    > ¿Quiere que le dé el formulario y usted lo trae en otro momento o espera a que venga la persona de atención al cliente? 
No, espero, contesté.
Después de unos 10 minutos de lectura y de espera, se acerca una señora muy amable que me dice que la acompañe.
    > Buenas tardes, me dicen que quiere poner una reclamación.
    > Buenas tardes. Sí, no entiendo cómo es posible que me nieguen un justificante de la operación de mi madre que necesita una de mis hermanas que vive fuera de la isla  y que, sin éste, no podrá pedir los días que le corresponden para poder viajar aquí.
La señora me dice que espere un momento, se levanta y sale de la habitación. Llega al cabo de unos minutos.
    > Parece que ha habido un mal entendido, me dice. Sí le podemos hacer un justificante de la operación, pero el nombre de su hermana, la de Madrid, no puede aparecer porque no ha estado aquí. ¿Le vale esto?
Claro, por supuesto, esto es lo que yo he pedido. ¿Para qué necesito que aparezca mi nombre o ella el suyo? Con la fecha de la operación es suficiente.
    > Muy bien. No obstante aquí tiene el formulario de la reclamación.
    > No, gracias, pero no es necesario. Bien está lo que bien acaba y con este justificante queda todo arreglado. Pero me gustaría comentarle una cosa sobre quien atiende al público detrás de una ventanilla, y más cuando se trata de un hospital donde la gente está especialmente sensibilizada. La persona encargada de esta labor debería ser, al menos, asertiva, flexible y con sentido común, y si no está a la altura pues no sirve para este trabajo. En este caso no se trató de ningún malentendido, pues esto que usted me ha dicho lo podía haber hecho ella también y no lo hizo, limitándose a repetir las reglas y no abrir su mente un poco para intentar encontrar una solución a este problema tan nimio. En cualquier caso vuelvo a decirle, bien está lo que bien acaba y yo me voy feliz. Muchas gracias.

lunes, 20 de enero de 2020

DEMÓCRITO Y EPICURO

Karl Marx y el espíritu de los átomos
En su trabajo, Marx viene a afirmar que existen atributos diferenciadores entre la filosofía atomista de Epicuro y la de Demócrito.

En estos tiempos que vivimos, donde emerge el análisis político en cada esquina, viene al hilo señalar al filósofo más citado y menos leído del mundo. Me refiero a Karl Marx y, con ello, a su disertación científica en forma de tesis titulada: Diferencia de la filosofía de la Naturaleza en Demócrito y Epicuro, un trabajo donde penetra en los primeros conceptos atomistas de la Grecia clásica y refuta principios que siempre han estado más cerca de la religión que de la ciencia.

El joven Karl Marx contaba con 24 años cuando se presentó a defender su doctorado en la Universidad de Jena -año 1841-, lo que viene a demostrar que la relación que mantenía con la ciencia venía de lejos. En este caso, su escrito va tomando forma contestataria desde el principio, proponiendo el lugar que merecen las escuelas filosóficas marginadas por las ideas aristotélicas dominantes. De esta manera, escribe Marx, los epicúreos, estoicos y escépticos han quedado relegados a los márgenes “casi como un complemento inadecuado, sin ninguna relación con sus vigorosos antecesores”.

Lo que Marx viene a afirmar en su tesis es que existen atributos diferenciadores entre la filosofía atomista de Epicuro y la de Demócrito, y los señala. Aunque Demócrito explicó la existencia de los átomos dando lugar a una teoría ingeniosa desde lo más pequeño, desde lo que no tiene división, fue Epicuro el que explicó las tres formas de movimiento de los mismos en el vacío.

Mientras para Demócrito los átomos se hallan en el espacio sujetos a dos movimientos para Epicuro existe un tercer movimiento, un movimiento intermedio que ocurre cuando el átomo se desvía de la línea. En este movimiento que intuyó Epicuro reside la clave de la divergencia entre ambas formas de entender el átomo. En los otros dos movimientos -el de caída, en línea recta y el que viene dado por la repulsión entre varios átomos - tanto Epicuro como Demócrito afirman lo mismo.

El movimiento a partir de la desviación del átomo o “Clinamen” tenía para Epicuro un sentido utópico pues “ella no está ni en un lugar cierto ni en un tiempo determinado”, la desviación se produce en el mínimo espacio posible.

Con todo, el movimiento del átomo va a tener otro atributo diferenciador en ambas concepciones. Mientras para para Demócrito los átomos se mueven por causa mecánica, para Epicuro, el movimiento de los átomos provoca desviaciones casuales y, por lo tanto, orgánicas, donde el azar es un derecho intrínseco de la naturaleza.

En su tesis, Karl Marx reivindica a Lucrecio señalando que fue el único que entendió la física de Epicuro en un sentido profundo. Para Lucrecio, la desviación quiebra los pactos del destino y esta imagen, Marx la identifica con lucha y resistencia. Ya puesto, Marx se dedica a dar mandobles metafóricos a la religión y no reconoce la autoridad de San Agustín puesta por delante por el filósofo francés Pierre Bayle cuando este critica a Epicuro por haber olvidado el principio espiritual que Demócrito atribuyó a los átomos. Según Marx, es en esa desviación que señala Epicuro donde está representado el verdadero alma del átomo por ser este su principio activo.

La tesis de Marx salió publicada años después de su muerte y aquí apenas se conoce. En estos tiempos tan “políticos”, no estaría de más revisar a Karl Marx a propósito de sus apreciaciones científicas. El principio activo de su filosofía parte del atomismo entendido a la manera de Epicuro y que Lucrecio revitaliza. De esta manera, el filósofo menos leído del mundo va a llevar la filosofía a la acción identificándola con la ciencia.

EL FUTURO NO EXISTE

Esta mañana ha sido dura, esta vez no por trabajo sino por la muerte de una persona cercana. Una persona de esas que, en otras circunstancias no llegarías a conocer nunca pero que, en este caso concreto, los astros se alinearon para que así fuera. Mi trabajo como empleado público suele ser ingrato, pero muchas veces da la oportunidad de echar una mano en la medida de lo posible.
Por una serie de cosas llegué a conocer a un matrimonio que lo estaba pasando mal, retornados del extranjero y habiendo dejado atrás su vida y su fortuna. Poco a poco las piezas fueron encajando, a pesar de muchos impedimentos -un personaje siniestro, unos informes sin peso, un pariente sin sentimientos, etc.-, para terminar en la muerte de él.
Durante el tiempo que he compartido momentos con esta pareja tuve la oportunidad de ver a ella cuidando de manera exquisita a su marido ante su lento pero continuo deterioro cognitivo; él me saludaba siempre sonriente, incluso las últimas veces cuando su mente andaba por lugares desconocidos para la mayoría de nosotros, quizá deambulando entre crucigramas y sopas de letras, encontrando siempre la sonrisa de ella, siempre agradecida por todo, en mi caso por lo poco que puedo hacer.
Que el tiempo lo cura todo es una ley universal, tan cierta como que durante el luto y el duelo se sufre muchísimo, haciendo la pérdida insoportable, pero no obstante se acaba saliendo a la superficie, se termina disfrutando del presente (el futuro no existe) y del resto de nuestra vida. DEP.
Yo-Yo Ma, *Suite para violonchelo nº1, Bach.

CINE DE DOMINGO

No sé si es por esas asociaciones de ideas que uno hace sin saber cómo, pero el hecho es que esta tarde vimos los últimos minutos de la película "La caja de música" y una cosa llevó a la otra. Voy a sentarme a volver a ver la película de Spielberg "Munich".

DOMINGO POR LA NOCHE


Hablaba hace un par de días con una amiga, sabia, con la que he llegado a tener un special feeling, que dirían los ingleses, sobre lo cansado que estoy de mi trabajo y las vueltas que le doy a la cabeza interminablemente sobre la posibilidad de dar el paso. Ella me contestó a mi diatriba sobre mi trabajo y mi vida coon una simple pregunta: ¿tienes un plan B? 
¿Nosferatu? No, lunes.

SE ACORTA LA SOMBRA

Si Delibes hablaba de la sombra del ciprés que es alargada, yo comento en estas notas que también se acorta y es una pena. En mi casa -vivo en lo que se pudiera decir "en el campo"- hay cinco grandes cipreses en la entrada del garaje, plantados cuando entré a vivir aquí. Los cipreses han crecido mucho y ya superan en altura la construcción y, como buena conífera deja caer sus hojas, estrechas y alargadas, y sus frutos en la base. En mi caso lo hace en la rampa del garaje pero también, como me hicieron saber mis vecinos esta mañana, en su azotea, tupiendo a su vez los desagües. 
Debido a mi trabajo soy testigo de innumerable conflictos entre vecinos y siempre pienso que hablando de solucionarían casi todos los conflictos, claro que para ello tendrían que ser dos interlocutores con lógica y sentido común. Bueno, el caso es que no quiero tener ningún problema con estos vecinos y sobre la marcha llamé a mi amigo L, jardinero, para saber si los cipreses se pueden cortar a cierta altura (la del muro vecino, no más) y dejarlos como si de un seto se tratara. 
Pobres árboles, me da tanta tanta pena. 
No quiero seguir dándole vueltas a esto porque se me ocurrirían multitud de casos en donde justificar que el vivir en el campo tiene su idiosincrasia propia, pero lo dejo aquí.
Pobres árboles, repito.

NOA, LETTERS AND MORE

*I don't know.

Disfrutamos anoche de la maravillosa voz de Noa presentando su "Letters to Bach" en el auditorio de Tenerife. Presentaba este último disco además de algunas de sus canciones de siempre. Con el auditorio rebosando, completamente lleno -no estoy acostumbrado a verlo de esa manera en la ópera o en los conciertos de la Sinfónica-, nos deleitamos de más de dos horas de magnífica música y voz, con momentos muy emotivos. Hace un par de años la vimos cantar en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife, y esta segunda en el auditorio, ambos conciertos muy muy buenos.
*Yuma.
*No, baby.

viernes, 17 de enero de 2020

SORRY

Diana Krall, *Sorry seems to be the hardest word.