domingo, 19 de enero de 2020

SE ACORTA LA SOMBRA

Si Delibes hablaba de la sombra del ciprés que es alargada, yo comento en estas notas que también se acorta y es una pena. En mi casa -vivo en lo que se pudiera decir "en el campo"- hay cinco grandes cipreses en la entrada del garaje, plantados cuando entré a vivir aquí. Los cipreses han crecido mucho y ya superan en altura la construcción y, como buena conífera deja caer sus hojas, estrechas y alargadas, y sus frutos en la base. En mi caso lo hace en la rampa del garaje pero también, como me hicieron saber mis vecinos esta mañana, en su azotea, tupiendo a su vez los desagües. 
Debido a mi trabajo soy testigo de innumerable conflictos entre vecinos y siempre pienso que hablando de solucionarían casi todos los conflictos, claro que para ello tendrían que ser dos interlocutores con lógica y sentido común. Bueno, el caso es que no quiero tener ningún problema con estos vecinos y sobre la marcha llamé a mi amigo L, jardinero, para saber si los cipreses se pueden cortar a cierta altura (la del muro vecino, no más) y dejarlos como si de un seto se tratara. 
Pobres árboles, me da tanta tanta pena. 
No quiero seguir dándole vueltas a esto porque se me ocurrirían multitud de casos en donde justificar que el vivir en el campo tiene su idiosincrasia propia, pero lo dejo aquí.
Pobres árboles, repito.

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