sábado, 30 de junio de 2012

DO IT!

Tírese en paracaídas
Conducir un Ferrari, montar en globo o relajarse en un 'spa' para dos. Los paquetes de experiencias ponen al alcance de los viajeros vivencias interesantes a precios razonables
VÍCTOR NÚÑEZ JAIME - 30/06/2012

En el principio, fue una película: The Game. Nicholas Van Orton (Michael Douglas), un empresario multimillonario, le regala a su hermano Conrad (Sean Penn) una tarjeta de invitación de una compañía que diseña experiencias inolvidables para cada uno de sus clientes. Nicholas acepta el obsequio y comienza a oscilar entre lo real y lo fantástico mientras avanza en un juego.
Era el año 2002 y Antonio Quina y Tiago Machado, dos portugueses expertos en marketing, vieron la película y en ella un nuevo negocio: ofrecer experiencias de viaje. Porque "vivir un regalo único, pensado especialmente para ti" es muy difícil de olvidar.
Este "marketing de experiencias" se centraría en hacer realidad los sueños de los viajeros. En algo que a la gente le hiciera cerciorarse de que la vida es bella. Se trataría de un mensaje que englobara las emociones y las sensaciones. Y ellos se convertirían en "mayordomos de sueños." Investigadores de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, elaboraron un estudio en el que aseguraban que la gente encontraba más felicidad en las vivencias que en los objetos materiales.
Antonio y Tiago crearon un catalogo online con más de mil experiencias para regalar: pilotar un MIG ruso, vacaciones en el yate de los Onassis... Pero siempre estuvieron abiertos a lo que la gente anhelara. Un día llegó un meteorólogo, dijo que vio la película Twister y que quería hacer lo mismo que los protagonistas: seguir un tornado. Lo llevaron a Nebraska y lo consiguieron. Luego, alguien quiso ver de cerca los restos del Titanic y le dieron un paseo en un submarino. Otro quiso pasar unos días en la isla de Mick Jagger. Se pudo. La gente les revelaba sus sueños y ellos se encargaban de realizarlos.
El éxito de la empresa llegó pronto. Abrieron una sucursal en Brasil y después, en 2006, otra en España. "Los españoles son más divertidos que los portugueses", pensó Tiago cuando una chica quiso pedirle matrimonio a su novio a bordo de un helicóptero sobrevolando Madrid. El equipo de La Vida es Bella (www.lavidaesbella.es) se encargó de que así fuera. Después, una pareja les pidió conocer el plató donde se han rodado la mayoría de las películas de James Bond, el agente 007. Llegaron otras solicitudes pero pensaron en cómo llegar a un público más amplio que no pudiera satisfacer económicamente estos gustos estrambóticos. Así que crearon los packs de experiencias.
Los paquetes de La Vida es Bella se dividen en cinco mundos, explica Isabel Rosa, directora de marketing: estancia, bienestar, gourmet, aventura y multiexperiencia. "Puedes conducir un Ferrari, montar en globo, hacer pilotaje acrobático, ser piloto por un día... Pero lo que más se vende son los packs Spa para Dos y Refugio para Dos"

Experiencias al alcance de muchos
Existen otras empresas que ofrecen paquetescon una filosofía similar. Plan B (www.planb.es), por ejemplo, considera que "la vida es una sucesión de momentos de sensaciones, de emociones" y ha metido en una caja la oportunidad de vivir experiencias como aprender el arte de la cata de vinos, cenar en un restaurante romántico, despertarse en un antiguo molino transformado en hotel o descubrir el Mediterráneo en un crucero. Cofre VIP (www.cofrevip.com) ofrece diferentes áreas temáticas en todas las regiones de España y divide sus paquetes en regalos para él, ella, bodas y ocio. Con Smartbox (www.smartbox.com) se puede elegir entre cientos de opciones como estancias gastronómicas, spas, o una "desconexión" de tres días en una casa rural. Sus precios oscilan entre los 14 y los 2.000 euros.
En el top ventas de Smartbox estos dos tipos de regalos también dominan. No obstante, aquí abundan las estancias gastronómicas en hoteles exclusivos por un promedio de 300 euros. "En estos tiempos", agrega Isabel Rosa, "la gente cumple su sueño con una escapada romántica. Hoy seguimos tendiendo peticiones de cosas espectaculares, pero la mayoría se queda en peticiones porque tienen un coste muy alto."

LIBROS, TABLETAS Y VICEVERSA

Pero ¿por qué lo llaman nostalgia?
Confesiones de quien prefiere las páginas de un libro, aunque le pese, a la ligereza de una tableta
JUAN CRUZ RUIZ

Guardo en una vieja estantería, en la primera estantería que tuve, algunos de los libros que me acompañaron en la adolescencia, en la infancia y en la juventud. Cuando me la hicieron unos carpinteros que amontonaban virutas al lado de mi casa, mi hermana Carmela exclamó:
-¡Eso no lo vas a llenar en tu vida!
Ahora una amiga me ha estado ayudando, en la casa de Madrid, a poner cierto orden en las sucesivas bibliotecas de mi vida, las que me han acompañado en mi juventud hasta lo que la edad dice que es mi madurez. En ese proceso he descubierto libros apasionantes que un día fueron mis libros de cabecera, y otros que había olvidado. Me cuesta tirar libros, eso me cuesta muchísimo, me cuesta tanto que jamás lo he hecho, no lo podría hacer; así que cuando hago acopio de algunos que sé que no están en el terreno de mis intereses procuro donarlos a algunas bibliotecas muy meritorias a las que los sucesivos recortes (que vienen de lejos en estos caso, las bibliotecas públicas siempre han sido recortadas) han dejado sin provisiones.
Pero aun así imagino que entre los libros que me quedan, que son muchísimos, aunque jamás he tenido la tentación de contarlos, hay algunos por los que no transitaré jamás o, en muchos casos, no volveré a transitar. Pero están ahí, son mis amigos, y algunos de ellos son amigos permanentes, insustituibles y muy queridos.
Ahora reclaman que achiquemos el espacio de los libros, que los convirtamos, para nuestra comodidad, en parte de una tableta en la cual se pueden almacenar a miles, y que de ahí se puedan obtener tan fácilmente como se extrae una cerilla de una caja. Es cierto, he visto a gente transportando miles de libros, he observado cómo los extraen y cómo se disponen a leerlos sin que les pesen un adarme. Los he visto, como es obvio, leerlos. Algunos amigos reclaman mi interés por ese sistema porque piensan que de esa manera, leyéndolos ahí, aligeraré el peso de mis maletas y tendré un innumerable conjunto de ventajas que son, además, muy aconsejables para la salud de la espalda.
Me he resistido. Guardo una tableta que me regalaron en los Reyes de uno de estos años como mi padre guardaba la dentadura postiza. Mi padre guardaba la dentadura postiza en un bolsillo, junto a un trozo de pan. Un día le preguntó mi madre por qué llevaba ahí ese apósito, junto al pan: «Para que se vaya acostumbrando», respondió él. Pues para que se vaya acostumbrando, la tableta reposa en un cajón, ahora no recuerdo si rodeada de libros.
Admiro a los que leen libros en tabletas, porque sé que han adquirido habilidades con las que yo no cuento. Saben manejar muy bien el artilugio, imagino, y hablan con mucho placer de sus consecuciones, de la calidad de sus bibliotecas móviles, y tratan de avergonzarme como reo de viejas costumbres. En algún momento califican de nostálgico mi empecinamiento librero. Nostalgia, ¿por qué lo llaman nostalgia? Es, simplemente, la decisión sobre dos opciones: una reclama que los libros sean ligeros como el aire y otra acepta que los libros sigan pesando, y optar por una o por otra no refleja animadversión alguna por la contraria, y sobre todo no desmerece a quien lee libros en uno u otro sistema. Me resulta curioso advertir cómo el soporte, lo que pesa, lo que no pesa, haya terminado siendo la sustancia de la discusión. Lo que ocupa espacio, lo que no lo ocupa. Tan acostumbrado estoy a mimar y a mantener esa geografía de libros tal como son (¿tal como eran?) en las paredes de mis casas sucesivas, que imagino que hasta mi nieto, que ahora los saca y los mete en las estanterías usando el azar como directorio de sus manejos, se extrañaría de que un día no hubiera ahí sino huecos y no hubiera volúmenes que ahora me excitan, me reclaman, me dicen que existen y que, además, yo no existiría sin ellos.
Así que, señores y señoras, sigan ustedes leyendo en las tabletas, sigan contándome historias de libros, leídos ahí o en cualquier parte, y yo seguiré cultivando el polvo que hay entre libro y libro, buscando en los del pasado y en los del presente el sentimiento que viene de ellos y que me anima a ordenar la vida, o a quererla más, en función de lo que descubro en esas páginas viejas o recientes.

viernes, 29 de junio de 2012

¡NO A LA CAZA DE LEONES!

Cientos de leones sudafricanos están siendo sacrificados para fabricar dudosas pócimas sexuales para hombres. Pero podemos detener este cruel comercio si exponemos al gobierno donde más les duele: en la industria turística.
La prohibición internacional a la venta de huesos de tigre ha provocado que los comerciantes busquen una nueva presa: los majestuosos leones. En Sudáfrica, los leones son criados en terribles condiciones de cautiverio para suplir la caza por encargo de turistas que pagan miles de dólares por esto. Ahora, reputados expertos informan que los huesos de león que sacan de esas granjas depredadoras son exportados y utilizados para medicinas falsas y bebedizos en Asia -- es un negocio redondo. Este comercio está creciendo tanto que los expertos temen que, al seguir subiendo los precios, incluso los leones salvajes – de los que tan solo quedan 20.000 en África – se vean amenazados por la caza furtiva.
Si podemos mostrarle al Presidente Zuma que este brutal comercio está dañando la imagen de Sudáfrica como destino turístico, él podría prohibir y sancionar el comercio de huesos de león. Avaaz está lanzando una potente campaña publicitaria en aeropuertos, webs turísticas y revistas, pero necesitamos con urgencia un millón de firmantes para darle fuerza. Firma aquí abajo para contribuir a alcanzar esta cifra cuanto antes:


El ‘vino de hueso de tigre’ y otras medicinas hechas con partes del tigre fueron prohibidas tras la indignación masiva mostrada a nivel internacional – y ahora los comerciantes han dirigido su atención a los huesos de león para fabricar todo tipo de remedios fraudulentos. Los expertos advierten que, a menos que los gobiernos actúen inmediatamente, los leones podrían ser los siguientes – tras los tigres y los rinocerontes – en peligro de extinción.
Existe una solución: prohibir y sancionar el comercio de huesos y órganos de león. Sudáfrica es ahora mismo el mayor exportador de trofeos, huesos y órganos de león – y también es el único país en el que se reproducen en cautiverio a gran escala para suplir el negocio de la caza para turistas. Pero si podemos demostrar que este absurdo negocio puede dañar el creciente sector turístico de Sudáfrica y hacer que los visitantes dejen de frecuentar el país, el Presidente Zuma podría verse obligado a actuar.
Lancemos un rugido global atronador a favor de los leones. Avaaz denunciará la crueldad del comercio de huesos de león con anuncios impactantes – firma ahora:


Los miembros de Avaaz de todo el mundo nos hemos unido para exigir una protección efectiva de los elefantes y los rinocerontes, para salvar a las abejas del mundo de pesticidas venenosos y para conseguir que se creen grandes reservas marinas en Chagos y Australia para la protección de especies marinas vulnerables. Unámonos una vez más y alcémonos por los leones de África.
Con esperanza y determinación,
Jamie, Alex, Antonia, Mia, Alice, Ricken, Luca, Emily y todo el equipo Avaaz.

Más información:
Nacidos para ser asesinados: la caza de leones en Sudáfrica (Ecosofía):
El león se extingue (El País):
El Último rey de la selva (XL Semanal):

MORIR POR LA ÓPERA: TRES HORAS DE DESCONEXIÓN ABSOLUTA

Música, música, música... mi particular medicina para evadirme. Anoche disfruté del Don Giovanni de Mozart, de nuevo en los Yelmo del CC Meridiano de Santa Cruz y con la cabeza puesta en el Metropolitan de Nueva York. Tres horas de desconexión absoluta disfrutando del espectáculo único que supone una ópera bien hecha. Poco se puede decir de ésta, una de las óperas más representadas en todo el mundo, con un número elevadísimo de maravillosas arias y en la producción siempre estupenda del MET. Ahora una semana de reposo y dentro de dos jueves "Los cuentos de Hoffmann" de Offenbach.
Música, música, música...
*Obertura.
*Il mio tesoro (Rolando Villazón).
*Non mi dir (Renee Fleming).

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Todos hemos tenido nuestro particular annus horribilis en algún momento de nuestras vidas, y yo he tenido la mala suerte de padecer dos. El primero fue el 2002 y éste, que no se termina nunca, está siendo el segundo. Me van a perdonar si no enumero cada uno de los contratiempos o desgracias, pero uno es un caballero y no es cuestión de cargarles con mis preocupaciones. No, no hablaré de ellos, pero sí de esperanza.
Todo tiene solución menos la muerte, ¿no es esto lo que dicen? Pues digamos que sí, que es verdad, así que ¿qué nos queda entonces? seguir hacia adelante como sea, con carga, poca o mucha, con sufrimiento pero con esperanza, no cabe otra cosa. La justicia no dicta las vicisitudes de la vida, eso es un hecho. Las dicta el azar, la suerte, las circunstancias, los cruces de caminos -o no-, y todos esos hechos que no dependen de uno mismo, que no podemos controlar y a los que la literatura llamaría El Destino.
Queda la música, a todas horas; música que llene la cabeza y la mantenga en la dirección contraria a la realidad. Quedan los perros (Augusta y Octavia en mi caso) que, sin entender qué pasa, me miran y me lamen desde que tienen ocasión porque -me gusta pensar así- en el fondo sólo quieren dar ánimos a su manera. Queda el trabajo, que aunque poco o mucho, desagradable o placentero, llena las horas del día como piezas de un rompecabezas de cubos con diferentes fotografías en cada una de sus seis caras. Quedan los libros, los árboles, la lluvia -cuando llegue-... queda la vida.
Step by step.

LA RELIGIÓN NO ES LA SOLUCIÓN (BIS)

Comentaba anteriormente mi interés por la transición en Egipto después del triunfo en las primeras elecciones democráticas de un partido islamista. El nuevo Presidente se apresura a decir que "el islam es la solución" a la par que asegura que se mantendrán los tratados actuales, incluso los de paz con Israel. ¿Será posible de verdad una transición democrática cuamdo la religión es la punta de lanza de los cambios...? Habrá que darle al país un voto de confianza, insisto, pero yo soy pesimista al respecto.
Aquí, en España por ejemplo, a la Conferencia Episcopal se les estará haciendo la boca agua imaginando un Presidente del Gobierno "catolicista" que dijera que "El cristianismo es la solución". Imaginemos pues esta ucronía: ha ganado un partido abiertamente ultraortodoxo y catolicista, pongamos que del Opus Dei, de los Legionarios de Cristo o de los Kikos, de manera que la separación entre Iglesia y Estado, que tanto tiempo ha necesitado para existir, más o menos aún, a la basura. Las mujeres vuelven a sus casas a hacer la comida y traer hijos al mundo, como dios manda, la Iglesia integra uno de los cuatro poderes del Estado, junto al Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial y ser ateo es ilegal, además del divorcio, el aborto, la homosexualidad, el derecho a la huelga, etc., etc., etc.
¿Se pueden imaginar un escenario así?
Pues algo parecido deben estar pensando los no islamistas egipcios en estos momentos. 

EGIPTO

Egipto, una transición incierta
La presidencia de un civil, y además islamista, a través de unas elecciones competitivas es una novedad en su historia. Los próximos retos serán la redacción de la Constitución y la elección de un nuevo Parlamento.
Haizam Amirah Fernández 26 JUN 2012 - 00:07 CET
 
Si no se pone fin a la confusión política y a la división social que han marcado los últimos 16 meses en Egipto, el país se encamina hacia un enfrentamiento interno que podría hacerlo ingobernable. Durante las últimas semanas, los egipcios han presenciado atónitos las sucesivas maniobras de la Junta Militar y del régimen al que representa para acumular poder mediante la manipulación política y polémicas decisiones judiciales.
En febrero de 2011, los egipcios aceptaron el autogolpe militar “amable” que derrocó al presidente Mubarak y se creyeron la promesa del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (la misma Junta Militar que dejó el dictador) de que lideraría una transición que desembocaría en el traspaso de poder a instituciones civiles democráticamente elegidas. Sin embargo, el pasado 17 de junio, los generales recordaron quién manda en el país emitiendo de forma unilateral una declaración constitucional que les otorga enormes poderes legislativos y competencias presupuestarias, al tiempo que limita de forma considerable las prerrogativas del próximo presidente.
La Junta Militar daba así un paso más en su autogolpe, haciéndose con el poder ejecutivo y legislativo, y provocando el rechazo de amplios sectores sociales y de la oposición política, incluidos los Hermanos Musulmanes. Además, los militares reinstauraban unos días antes la ley marcial que les permite detener y encarcelar a civiles sin las mínimas garantías procesales.
El anuncio el pasado domingo de que Mohamed Morsi, el candidato del Partido Libertad y Justicia vinculado a los Hermanos Musulmanes, era el vencedor en las elecciones presidenciales ha sido recibido por muchos como un hecho histórico y un duro golpe para el régimen, representado por el candidato perdedor Ahmed Shafiq, que fue el último primer ministro de Mubarak. Tras una semana de sospechosa tardanza en anunciar el nombre del ganador, se extendió la sensación de que los resultados se habían decidido en negociaciones privadas y no únicamente en las urnas.
La llegada a la presidencia de Egipto de un civil –y además islamista– a través de unas elecciones competitivas es, sin duda, una novedad en la historia moderna de ese país, pero también lo fue la elección democrática del parlamento a principios de este año. A pesar del hito que supuso, éste fue disuelto recientemente por el Tribunal Constitucional (con jueces designados por el expresidente Mubarak), alegando razones jurídicas, aunque motivado en el fondo por la dominación islamista del mismo.
Una primera lectura de lo ocurrido en las últimas semanas indicaría que el régimen no pudo evitar la victoria de Morsi, pues el coste habría sido demasiado elevado. El triunfo de Shafiq habría desencadenado enfrentamientos y, en el peor de los casos, una espiral de violencia como la ocurrida en Argelia tras el golpe militar de 1992. Sin embargo, resulta difícil creer que las Fuerzas Armadas egipcias hayan optado por hacerse el haraquiri político, poniendo en riesgo sus poderes y cuantiosos intereses económicos, que ascienden a más del 30% del PIB. Es posible que los militares, cuya legitimidad adquirida cuando se presentaron como defensoras de las aspiraciones populares de cambio se ha visto dilapidada durante el último año, hayan optado por una estrategia de control de daños.
Muchos esperan ya la próxima maniobra del “estado profundo” (las redes de poder que abarcan a militares e integrantes de los servicios de seguridad, la burocracia, la judicatura, las élites económicas, etc.), tras haber sacrificado al anciano Mubarak y haber dejado perder a Shafiq. Parece evidente que, cuanto más tiempo pasen los islamistas en el poder, más capacidad tendrán de penetrar ese “estado profundo” y transformarlo desde dentro, por lo que las resistencias a que eso ocurra no tardarán en materializarse.
En unos momentos en los que un número creciente de egipcios veía a los militares como la principal fuerza “contrarrevolucionaria”, dirigiendo contra ellos su ira y desencanto, permitir la victoria de Morsi les da un respiro para preparar las dos próximas batallas que se librarán en los próximos meses: la redacción de la constitución y la elección de un nuevo parlamento. De esa forma se da la impresión de que los Hermanos Musulmanes han tenido un gran triunfo, cuando en realidad el nuevo presidente llegará al cargo maniatado y en un contexto de enormes dificultades.
Una clave a tener en cuenta para el futuro inmediato de Egipto es la muy deteriorada situación económica. La economía egipcia se enfrenta a serias dificultades por la caída de ingresos del turismo, la salida de inversiones, la caída de la producción, las reivindicaciones laborales y el clima de incertidumbre reinante. Con unas reservas de divisas suficientes tan sólo para tres meses de importaciones, el panorama socioeconómico que se encontrará el nuevo presidente y su gobierno será alarmante.
A eso hay que añadir que el año fiscal que concluye a finales de junio arroja un elevado déficit y que el nuevo gobierno dispondrá de un presupuesto restrictivo ya decidido por el saliente. Se da por hecho que habrá que recortar subsidios estatales a varios productos como la energía, lo que tendrá un impacto inmediato en los precios y provocará protestas sociales en un país en el que el 40% de la población vive con menos de dos dólares diarios.
Si el presidente recién elegido y su gobierno no encuentran rápidamente nuevas fuentes de ingresos (tal vez en forma de ayudas de países del Golfo o un préstamo del FMI), el malestar social se podría volver en su contra en un plazo corto de tiempo. De ese modo, las expectativas de la población en el cambio se verían defraudadas. Teniendo en cuenta el alto porcentaje de ciudadanos que votaron contra Morsi en las elecciones presidenciales (75,2% en la primera vuelta y 48,3% en la segunda), éste no tendrá fácil su reelección ni los Hermanos Musulmanes pueden contar con repetir sus buenos resultados cuando se vuelvan a celebrar elecciones al parlamento.
En los próximos meses, la Junta Militar que encabeza el mariscal Mohamed Husein Tantawi dirigirá la redacción de la nueva constitución, que será sometida a referéndum, tras el cual se celebrarán elecciones legislativas y, previsiblemente, se volverá a elegir presidente. De seguirse esa secuencia, es probable que Morsi no sea presidente durante más de seis o nueve meses. Durante ese periodo, es previsible que el régimen trate de erosionar el apoyo social que tienen los islamistas. Por si fuera poco, el Tribunal Administrativo de El Cairo examinará en septiembre una denuncia que pide ilegalizar los Hermanos Musulmanes por violar una ley de 2002 que prohíbe la formación de grupos políticos de corte religioso.
Todas las fuerzas políticas y sociales egipcias se enfrentan a grandes retos para evitar que su país se vuelva ingobernable. Por un lado, los Hermanos Musulmanes tendrán que demostrar que quieren y saben representar los intereses de toda la población egipcia, y no sólo de sus seguidores. Por otro lado, los remanentes del antiguo régimen deben optar entre seguir promoviendo la confusión política y la división social o buscar acomodo en un nuevo sistema más abierto y competitivo.
Por su parte, los sectores favorables a un estado civil y democrático tienen el reto de aprender a transformar el idealismo revolucionario en apoyo social por parte de la “mayoría silenciosa” del país. Hasta el momento, han carecido de la visión, la experiencia y el tiempo necesarios para organizarse y unir sus energías para contrarrestar la aparente polarización entre el régimen y los islamistas. Para que eso cambie, sería necesaria la creación de estructuras (partidos, asociaciones, ONG, etc.) que conecten con la sociedad y ofrezcan soluciones a los problemas de los ciudadanos.
El primer capítulo de la “revolución” egipcia se ha cerrado con la elección de Mohamed Morsi como nuevo presidente. Existe mucha incertidumbre sobre el futuro de la transición egipcia, aunque una cosa ha quedado clara: el creciente activismo social de los egipcios, la pérdida del miedo a expresarse y el uso de las tecnologías de la información y la comunicación están cambiando las reglas del juego a las que todos estaban acostumbrados. ¿Serán capaces estos cambios de producir una transformación no sólo en el sistema político del país, sino también en la mentalidad de la población? Los acontecimientos del último año y medio parecen indicar que sí, aunque el proceso no será fácil ni inmediato.

Haizam Amirah Fernández es investigador principal de Mediterráneo y Mundo Árabe en el Real Instituto Elcano.

JOYAS MUSICALES: CONCHA BUIKA

Concha Buika: “Hay que eliminar la culpa de todo código personal interno”
La cantante se encuentra inmersa en una gira mundial en la que hará tres paradas en España en Valencia, Barcelona y Alicante.
Manuel Cuéllar Madrid 25 JUN 2012 - 13:54 CET
 
A Concha Buika (Palma de Mallorca, 1972) se la rifan por el mundo. Mucha culpa de ello la tiene el despegue internacional que le ha ofrecido su participación en La piel que habito la última película de Pedro Almodóvar. Sea como sea, esta mujer de conciertos intensos y personalidad arrolladora se dispone a recorrerse el planeta haciendo lo que mejor sabe hacer. Recibe a EL PAÍS casi haciendo las maletas que le llevarán un día después hasta Turquía, luego esperan Nueva York, Washington, Letonia, Valencia, Girona, Alicante (los días 12, 13 y 14 de julio respectivamente), Londres, Italia, Rusia... Un no parar.

Pregunta: ¿Habrá sorpresas en esta nueva gira? ¿Basará los conciertos en su último disco En mi piel?
Respuesta: Depende de a dónde llegues. Es el sitio el que te da la información de cómo afrontar el concierto. De lo que tienes que tocar. El repertorio es tan extenso…. Hay lugares en los que triunfó más Mi niña Lola, otros en los que fue Niña de fuego así voy decidiendo el repertorio y el resto lo dedico a la improvisación. Eso lo que más me gusta.

P. ¿Nunca hace un concierto igual a otro?
R. Nunca un día es igual al otro. Nunca una calada es igual a otra. Nunca un beso es igual al otro. Nunca un café es igual al otro. Nunca. Nunca un concierto es igual al otro.

P. Entonces, ¿no lleva un setlist programado como hacen la mayoría de los artistas?
R. Yo no sabría hacer eso. No sabría llevar el concierto muy preparado. Tuve que hacer un trato: o me aferraba a la memoria o me aferraba a la libertad en la mente. Y me decidí por lo segundo. Tengo una memoria muy mala. Por eso miento muy mal y siempre me pillan. Porque cuando cuentas mentiras tienes que acordarte de los detalles que diste y a mí siempre se me olvidan. Con los conciertos igual, no soy capaz de mentirle al público. Lo que uno va a cantar lo decide la tribu. La tribu siempre está en comunicación contigo si sabes escucharla.

P. ¿Con cuántos músicos suele girar?
R. Depende del sitio. Normalmente suelo llevar al 'Melón' (el pianista Iván ‘Melón’ Lewis) y al maestro Porrinas (guitarrista) que para mí es como el corazón del show. Él es quien lleva el pulso y el latido. Siempre solemos ir dos o tres. Me gusta escuchar a los maestros que me acompañan y mucho.


P. Dicen que se ha ido a vivir a Estados Unidos
R. Creí que me iba a vivir a Miami pero me engañé. Llegó mi mánager, me tiró encima la agenda y todo se quedó en una ilusión. Estuve un año viviendo y allí sigue estando mi casa, pero la verdad es que no paro mucho por Miami.

P. Pero Miami está asociado a un tipo muy concreto de músico si hablamos de nacionalidad española. ¿Quiere usted seguir su estela?
R. No tengo mucha idea. Yo vivo en Miami, pero trabajo en todo el mundo. España está asociada al flamenco y Turquía a los cantantes tradicionales turcos y en Japón, lo mismo. Uno lleva su música dentro y por eso puede llevársela a cualquier parte. En todos los lugares siempre hay algo que te sigue enseñando quién eres tú. Reconozco que lo que me tiró para Miami es que no quiero tener que volverme a poner un jersey de cuello alto nunca más en mi vida (aquí empieza a reírse como loca). Me fui huyendo del frío. Teniendo en cuenta que trabajo en casi todos los países del mundo, pensé que la música que se hiciera en Miami o en Pernambuco me parecería igual de maravillosa. Si hay un cachito para mí, me parecerá guay. No asocio los cantantes a los lugares ni la música a los lugares. La música es universal y mi misión es convertir eso en un hecho. La música no está aquí para separarnos sino para todo lo contrario. La música china no es para los chinos. La música es para todos.

P. En la entrevista que ofreció a EL PAÍS SEMANAL en 2006 confesó que vivía en un trío con una mujer, un hombre y su propio hijo... ¿Tal vez decidió irse de esta España que cada día está un poco más carca?
R. Siempre siento miedo de venir hacia Madrid. Cada vez que piso esta ciudad y este país magnífico siento la puñetera tentación de no volver a coger un avión para marcharme. Estoy enamorada de España. Creo que España es un país que ha podido superar cosas mucho peores que esto que está ocurriendo. Y lo va a hacer con la elegancia que siempre le ha caracterizado. No creo que esto nos vaya a hundir ni a echar hacia ninguna parte.


P. ¿Qué cree que necesita España?
R. Creo que debemos reconocer lo que se ha hecho bien en lugar de apoyarnos en lo que se ha hecho mal. Potenciar al máximo lo que se ha hecho bien. La palabra culpa: ¡Fuera del diccionario! Ha de ser abandonada de todo código personal interno. La culpa es lo más absurdo del mundo. La culpa es para vagos. Lo que hay que hacer es reconstruir y con alegría. La culpa se la han inventado para intentar que nos hundamos. Lo que tienen que hacer España es un poquito de ejercicio de reflexión. Cada uno de nosotros como personas. Yo estaré fuera pero sigo pagando impuestos aquí porque quiero colaborar y quiero ayudar.

P. ¿A Miami se fue también con aquel esquema vital de trío del que hablábamos?
R. No. Me trasladé a Miami con el chiquitín. El papá está por Holanda y África realmente no sé donde está, pero esté donde esté, estará bien: es una mujer muy inteligente y muy bella.

P. ¿Así que la cosa no funcionó?
R. Sí funcionó. ¿Por qué tenemos que darle el toque de eternidad a todas las cosas?. Qué miedo le tenemos a los amores pasajeros, si son maravillosos y son los que nos han llevado hacia el siguiente y hacia el siguiente… Son los que nos mantienen vivos, con una nueva emoción cada día. Aquella es una relación de la que solo guardo buenos recuerdos. Estuve con dos personas impresionantes y maravillosas que tuvieron el valor tremendo de defender una idea y algo que a muchos les podría parecer mal. Pero lo hicimos de una manera tan bella que todo el entorno nos lo respetó. No tengo nada negativo que decir en esa experiencia.


P. Confiese. Seguro que lo de Miami no fue tanto por el frío...
R. La verdad es que el amor fue en cierta manera el vehículo que me trasladó hasta allí. Hizo su función, su maravillosa labor y también marchó.

P. ¿Qué le falta por hacer, por cantar?
R. Me falta por cantar de todo. Tengo 40 años. Todavía soy una gran promesa. Al fin este año voy a ver cumplidos dos de mis sueños de toda la vida: terminar mi disco de música dance electrónica y casarme conmigo misma, jurarme los votos a mi misma. Con una ceremonia estupenda voy a jurarme que en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza voy a respetarme y amarme y todas esas cosas que se dicen en estas ceremonias.

REMEDIOS BARATOS CONTRA LA CRISIS

Parece que todos los filósofos coinciden en que la felicidad no es sino el cúmulo de pequeños momentos de placer -momentos felices- que, sumados, nos dan esa sensación de bienestar; cuanto más alto sea el resultado de la suma más felices habremos sido o seremos.
¿Están de acuerdo?
Pues si usamos la misma fórmula podemos llegar a sumar pequeños momentos anti-crisis y así, pasito a pasito, igual estamos un buen rato sin pensar en este armagedón que nos ha tocado conocer.
A ver, mi propuesta es simple: busca un sillón cómodo, baja un poco la luz, apágala, corre las cortinas o baja las persianas un poco; ¿ya? bien.
Ahora colócate los auriculares y escucha bien alto el final del Acto I de la ópera de Rossini "El Conde Ory". Te aseguro que, si no eres sordo, durante unos minutos de habrás olvidado de Merkel, de los recortes de Rajoy, del euro, de los pobres griegos...
De nada.

"NUNCA ME HE IDO"

La nueva "mayoría" de Julio Anguita: "¿Volver a la política? Nunca me he ido"
Publicado: 22/06/2012 21:58 Actualizado: 22/06/2012 22:31

No necesita referentes porque no es "como los militares malos, que en el campo de batalla se preguntan qué habría hecho Julio César". Sólo lo que ya sabe, lo que está pasando y las ganas de llamar a la "acción". Bajo el paraguas del Colectivo Prometeo, en cuya web ha publicado un manifiesto titulado "Somos mayoría", Julio Anguita (Fuengirola, Málaga, 1941) regresa de la mano de un nuevo "movimiento político". Objetivo: influir en el poder como no puede ya Izquierda Unida, donde "los valores se han ido perdiendo".

-¿Vuelve usted a la política?
No vuelvo. Nunca me he ido. He estado en política siempre y seguiré estando. No se trata de volver a las instituciones por mi edad, por la salud y porque segundas partes nunca fueron buenas. Hago una propuesta sobre lo que en mí ha sido siempre una constante: la elaboración colectiva de un programa para formar una sólida mayoría.

-En 1996 y con usted como candidato, Izquierda Unida alcanzó su mejor marca electoral con 21 diputados. ¿Es posible reeditarla o ampliarla en base a esa "sólida mayoría?
Los términos electorales vendrán después. Ahora quiero crear una fuerza que pese en el poder. La mayoría existe. Todo el mundo tiene un parado en casa, lo está pasando mal, tiene una hipoteca que le cuesta pagar. Somos mayoría, pero no tenemos conciencia de serlo.

-¿Por qué la izquierda no es capaz de entenderse con esa mayoría? El PSOE...
[Interrumpe] Me habla del PSOE como si fuese izquierda.

-¿Es un error?
Sin duda. Cuando la socialdemocracia abandona el marxismo, toda la política hecha desde entonces... no tiene nada que ver con la izquierda. Ocurre también con algunos sectores de izquierda Unida. Se llegó a un punto de "esto es lo que hay, no podemos cambiarlo, pero intentemos mejorarlo un poquito y participar de la esencia divina de los cargos". Lo mismo pasó en los sindicatos. Se dedicaron a gestionar el sistema.

-La izquierda está de retirada.
Nosotros hemos perdido la guerra. Hemos sido derrotados en el campo de batalla. La izquierda en España no existe. Está en un estado de catalepsia. Siente vergüenza de decir las cosas. En IU tuvimos debates duros, pero que había que tener. Sobre la barbaridad del Tratado de Maastricht [que fija los criterios para entrar en la unión monetaria], sobre la competitividad o el mercado. Pero ya se pretendía renunciar a la cosmovisión de una izquierda consecuente. Después de los [Felipe] González de turno vinieron los Anthony Giddens [autor de la llamada tercera vía para el laborismo británico], los Tony Blair... y acabaron con lo que quedaba. Confundieron modernidad con ordenadores y ofimática. Puede ser doloroso, pero hay que ir a las raíces.

-¿Y qué haría hoy si aplica "las raíces"?
¿Lo primero? ¡Fuera del euro! O nos salimos, o nos echan, o se va Alemania. O bien se hace una Unión Europea política, económica, fiscal, de convergencia económica y social. Entonces sí se darían las condiciones, sí habría un euro que funcionase. En segundo lugar: la economía hay que supeditarla al poder político. Es una ciencia, que tiene sus ritmos, su estructura no ética... No tengo ningún problema con eso, pero siempre a partir de unas directrices. Esto es volver a la izquierda.

-¿Y los bancos? El Gobierno está a punto de pedir un rescate que...
No siga usted. ¡Nacionalizarlos! Ipso facto. Y no para devolverlos sino para crear una banca pública.

-¿Cómo va a hacer que esto cuaje?
Imagínese una manifestación multitudinaria un día y otro también, por ejemplo. Hay que poner el peso en la balanza de poder. En política, lo único importante es la correlación de fuerzas. La política es fuerza, no cantos angélicos. Cuando una fuerza política se organice, concrete sus ideas, se convierta en un poder fáctico... Es lo mismo que hace el Santander o el BBVA y yo ni me asusto ni lo denuncio. Hablar de la justicia o la objetividad de las normas es hablar de algo que no es cierto. La Constitución la manejan quienes tienen el poder.

-Cuando habla de manifestarse un día sí, otro también, me hace pensar en los indignados.
Forman un movimiento interesantísimo. Ha movilizado a la sociedad, a una parte, porque a otra no la movilizas ni a cañonazos. Pasa como los cohetes para lanzar los satélites. Se ha quemado uno, pero el segundo no ha entrado en ignición. Ahí entramos nosotros. Si al final de este proceso, con los indignados y los que no lo son, sin que nadie pierda su identidad, tenemos un programa, empezaremos a cambiar las cosas.

-Un "programa, programa, programa" en el que no sobra nadie.
Necesitamos cohesión. A una sociedad la cohesiona el imaginario colectivo y unos valores. En estos últimos años ha primado el pelotazo y el ladrillo. Han cohesionado a la sociedad. Ahora tenemos que hacerlo de otra manera.

-¿Es usted un indignado?
Me he sumado al movimiento, pero soy crítico, lo que no quiere decir un saboteador. No he visto ahí a los obreros, a los hijos de los trabajadores. Es un movimiento de gente joven, profesionales, inteligente, ahora con los yayoflautas, pero no ha pasado de una determinada capa social. No es una imputación, en todo caso lo es hacia los que no están y muy grave. Con un programa más concreto, discutiéndolo, podemos sumar a más gente.

OLA DE CALOR

Anuncian una nueva ola de calor en el sur de España y que llegará también a Canarias. Llegué ayer por la tarde de Gran Canaria y ya había empezado el calor, al menos en el sur, pero, afortunadamente, al llegar a mi casa comprobé con feclicidad que el termómetro del jardín marcaba 21º nada más. No sé qué nos deparará la semana.

EXPECTANTES

Morsi, un gran desconocido aupado por la consigna “el islam es la solución”
El nuevo presidente de Egipto es un hombre del aparato, sin carisma pero con dotes negociadoras.
Ana Carbajosa El Cairo 24 JUN 2012 - 19:01 CET
 
Mohamed Morsi era el segundón, pero ha acabado siendo el primer presidente elegido libremente de la historia de Egipto. Llegó a la carrera presidencial de rebote, solo después de que descalificaran al verdadero hombre fuerte de los Hermanos Musulmanes, Jairat Shater, lo que le ha costado en Egipto el apodo de “la rueda de repuesto”. Morsi se encontró de repente en primera línea, embarcado en una aventura política descomunal. Para la mayoría de los egipcios es simplemente un gran desconocido.
Dicen los que le conocen que no tiene carisma ninguno. Por televisión transmite una imagen de rigidez muy poco atractiva. Pero da igual, porque aquí lo que cuenta es la organización y no el individuo. No ha ganado Morsi, han ganado los Hermanos Musulmanes, la organización islamista fundada en 1928, que aspira a refundar y “civilizar” Egipto con su programa –Renacer- en la mano. Llevar a la práctica el eslogan de la Hermandad, “el islam es la solución”, es el cometido de Morsi. Como explicaba recientemente una analista en El Cairo, si la Hermandad hubiera elegido a Bugs Bunny como candidato, probablemente también triunfaría.
Su escaso tirón sembró incluso de dudas sobre el paso de Morsi a la segunda vuelta de las presidenciales celebradas hace una semana. Pero pasó, disipando cualquier duda acerca de la fortaleza de la Hermandad.
Morsi es un hombre del aparato. Un ingeniero metalúrgico que ha escalado en la Hermandad a buen paso. Dicen sus compañeros de la Hermandad que ha llegado hasta aquí gracias a sus dotes negociadoras. Dicen que es el hombre junco. Muy flexible y capaz de cambiar de posición si hace falta.
Nacido en 1951 en la provincia de Sharquía, en el Delta del Nilo, Morsi ha pasado parte de su vida en Estados Unidos, donde nacieron dos de sus hijos. Allí se doctoró en la Universidad de Southern california y trabajó como profesor. Como muchos otros mandos de la Hermandad, volvió a Egipto con una excelente formación, decidido a participar en el futuro de su país. Aquí trabajó en la universidad de Zigizag, sin descuidar la militancia con la cofradía. Su carrera académica y su escalada en la Hermandad corrieron en paralelo, como también sucede con otros dirigentes de la cofradía, algunos de ellos grandes triunfadores en el sector privado.
En el año 2000, en tiempos del dictador Hosni Mubarak, cuando los Hermanos vivían en la semiclandestinidad y no podían participar como formación política en los comicios, fue elegido Parlamentario independiente. Fue también portavoz de la Hermandad. Y en 2011, cuando al revolución de la plaza Tahrir logró tumbar al eterno dictador, se convirtió en el presidente del partido de la Justicia y la Libertad, el brazo político de la Hermandad.
Los analistas le consideran un moderado entre los conservadores, pero en ningún caso un reformista. Representa el ala semidura en una organización de limitada democracia interna. Durante la campaña no se ha cansado de repetir que gobernará para todos los egipcios, no solo para los islamistas. Su discurso sin embargo no ha convencido a los sectores más laicos y mucho menos a los ocho millones de cristianos de Egipto. En un alarde de apertura, en los últimos días se ha esforzado por hacer frente común con los grupos revolucionarios y en su partido dicen que piensa incluir en su Gobierno figuras independientes, ajenas a la Hermandad. Pero a la vez que mira para un lado, hace guiños al contrario y promete a los salafistas, la línea ultraconservadora del islamismo, que no se olvidará de ellos.
Sus supuestas dotes negociadoras van a resultarle tremendamente útiles en su nuevo trabajo. No solo va a tener que convencer a la legión de detractores que acumula y que piensan que con él se abre una etapa de oscurantismo en Egipto. Sobre todo va a tener que luchar contra el ansia de poder de los militares que se resisten a ceder el poder al rais elegido en libertad. Como escribía ayer un periódico egipcio, el nuevo presidente nace corto de poder, pero sobrado de gloria.

LA RELIGIÓN NO ES LA SOLUCIÓN

El mundo ha seguido con gran interés la Primavera Árabe. Un rayo de esperanza ha iluminado tímidamente este injusto mundo y regímenes dictatoriales como los de Túnez, Libia, Egipto, etc., han derrocado a sus sátrapas para instaurar, aparentemente, un sistema democrático. Estos días hemos visto cómo en Egipto se han celebrado elecciones generales y ayer mismo la Junta Electoral proclamaba vencedor de las mismas a Mohamed Morsi de Los Hermanos Musulmanes. Habrá que darle un voto de confianza, por supuesto, a ver si efectivamente, como ha dicho, lleva el país a la modernidad y continúa con la revolución; pero ¿qué revolución? Lo primero que dice es su consigna: el islmam es la solución.
Miedo me da leer esto, ¿habrán salido de años de totalitarismo para entrar en años de oscurantismo tal y como ha ocurrido en Irán? ¿cómo que el islam es la solución? ¿y qué pasa con los ateos? ¿y con los no musulmanes? ¿y con los que creen en la separación entre Religión y Estado? Un país como Egipto, con gran dependencia del turismo, no puede permitirse aislarse del mundo. La religión en las mezquitas al igual que en occidente en las iglesias, en las sinagogas o en las casas. Libertad absoluta de culto pero en política nada de religión, que para eso hemos pasado por Cruzadas, genocidios, inquisiciones y tantas y tantas barbaridades en nombre de Dios, sea cual sea.

FOR EXTREME KIDS

Shoveling sand or dirt is fun. It's also messy, which makes it even more fun. But using a little shovel or spade or trowel or whatever is just plain ok. We needed something to make digging more fun. Then we found the HandTrux Construction Digging Tool and fell in love. Once you slip one on your arm, you'll fall in love, too. Read on to find out why.
Each HandTrux Construction Digging Tool is super durable and slips over your forearm. Grip the handle and flex your wrist forward and the shovel bends. This will in essence turn your arm into a version of the big digging machines used by construction workers. Yup, your arm will be turned from boring arm into an excavator of mass enjoyment! The HandTrux Construction Digging Tool is a load of fun. Get two and use one on each arm. Oh, and since it was made for kids, you might want to let them play. Just a little. If they're good. Every other week.

FERNANDO VALLEJO

“Más vale un santo mío que cuatro mil de la Iglesia”
Fernando Vallejo canoniza en su último libro al filólogo Rufino José Cuervo. Fernando Vallejo: "Es entretenido este serial malvado que vivimos". El cuervo blanco se posa en la RAE.
Bernardo Marín México 5 JUN 2012 - 20:37 CET
 
A Fernando Vallejo (Medellín, Colombia, 1942) le fascinó desde niño la figura de su compatriota Rufino José Cuervo (Bogotá, 1844 - París, 1911). Sabía que había sido un autodidacta, un filólogo excepcional a quien el lingüista August Pott había llamado corvus albus, “el cuervo blanco”, por su genio singular. Pero al emprender su biografía, titulada precisamente El cuervo blanco (Alfagura), descubrió además a un santo. El último libro del escritor colombiano resulta así una peculiar hagiografía repleta de humor y de amor a la lengua española.

Usted conoció la obra de Cuervo en la biblioteca de su padre ¿Cuándo y por qué decidió escribir su biografía?
Siempre quise saber de él, desde niño. ¿Pero cómo? ¿Dónde buscar? No había ninguna biografía suya, solo unos cuantos datos dispersos. Que se fue, por ejemplo, a París, donde enseñó sánscrito en la Sorbona, y donde iba misa todos los días, de madrugada. Lo de la misa diaria, madrugado o no, no lo he podido constatar, y lo de que fuera profesor de sánscrito resultó puro cuento. Nunca enseñó en París. En Bogotá sí, latín, en el seminario.

Cuervo no es un personaje muy conocido fuera de Colombia. ¿Cómo lo presentaría en pocas palabras?
Como un santo. Uno de los pocos que te puedo mencionar en los cuatro millones de años transcurridos desde que el bípedo sabio bajó del árbol. El Homo sapiens en esencia es una bestia de lujuria y simulación, un pecador nato que copula y miente. Los chimpancés, con los que compartimos el 99 por ciento del genoma, solo cuentan con el uno por ciento de nuestra capacidad de engaño. Estos animalitos son los que nos van a reemplazar en el planeta de los simios tras la guerra nuclear que se avecina y que tanta ilusión me hace.

Para construir esta biografía ha leído más de 1.600 cartas e incontables escritos ¿Hay algún documento disponible sobre Cuervo que no haya leído?
Dos mil seiscientas en realidad, a unos doscientos corresponsales: mil seiscientas conservadas por él de las que recibió, y mil de las que él escribió y que el Instituto Caro y Cuervo de Colombia fue reuniendo a lo largo de medio siglo. Y estoy convencido de que me queda por leer un buen número de documentos referentes a él que se encuentran enterrados en los archivos de ese Instituto, hoy dirigido por una burócrata indolente e inepta, que no raja ni presta el hacha, que no hace ni deja hacer, y cuyo nombre, aprovechando la tribuna y la ocasión, en este punto digo con mi encarecida solicitud a la ministra de Cultura de Colombia de que la destituya: Genoveva Iririarte.

El libro es además un proceso de canonización ¿Ya tenía a Cuervo por un santo antes de emprender su biografía o sacó esa conclusión mientras investigaba?
Lo sospechaba pero sin que lo pudiera afirmar. Ahora, tras mi investigación exhaustiva, queda confirmado: un santo a carta cabal, milagroso. Primer milagro: que un simple biógrafo de los de infantería como yo, un patirrajado que se pasó años y años siguiéndoles los pasos a Porfirio Barba Jacob y a José Asunción Silva (dos poetas, dos bribones) haya ascendido a la categoría de hagiógrafo. Y no uno del común, mucho más: un hagiógrafo canonizador, de los que soy el primero y por lo pronto el único. Conmigo se inicia el género. Un enemigo sí tengo, un alma perversa, dañina, mala: Wojtyla el polaco, el bellaco, más conocido en vida por el alias de Juan Pablo II, alimaña blancuzca y protagónica de raza eslava que se pasó los ventiséis años y medio de su pontificado, sin irle ni venirle, azuzando la paridera y canonizando a diestra y siniestra con su mano suelta y despilfarradora, la derecha, que más parecía una manguera loca que una mano pegada al brazo de un cristiano. Entre beatificados y canonizados infló el santoral en cuatro mil. Pues una cosa sí te digo: que vale más un santo mío que cuatro mil de ese engendro.

¿Habría sido Cuervo igual de genial si hubiese sido un miserable?
No sé si Cuervo fue un genio o no. Lo que me importa es que era un santo. El mundo está lleno de geniecillos charlatanes: Newton, Maxwell, Einstein... Ahora tenemos uno de nombre Stephen Hawking, otro inglés, quien por una singularidad espaciotemporal seguida de choque intergaláctico quedó paralizado tanto del cuerpo como del cerebro. Se comunica con nosotros por medio de jadeos y ruidos raros y a través de un ordenador lleno de antenas que controla telepáticamente. Anda proponiendo en vez de Dios un agujero negro del tamaño del Universo.

Cuervo tenía miedo de que su ‘Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana’ no fuera bueno, de que costara mucho su impresión o de que no se vendiera. ¿Qué miedos le provoca a usted este último libro?
Así es, en efecto, esos eran sus tres miedos cuando se decidió a publicar su magna obra. En cuanto al librito mío, El cuervo blanco, no tengo ninguno: la impresión la pagó Alfaguara; si se vende o no es cuestión de Alfaguara; y si no le gusta a nadie por lo menos ya le gustó a Alfaguara. Yo duermo bien, con la conciencia tranquila y sin sobresaltos, la noche entera.

Dijo que éste iba a ser su último libro pero ya ha anunciado que está preparando otro.
Así es, ese iba a ser, la vida de san Rufino José Cuervo Urisarri, pero no, sigue otro, El desastre, consagrado al agujero negro de Stephen Hawking que nos va a tragar. ¡Qué importa! Criatura tragada por agujero negro deja de sufrir.

ESPAÑOL EL 7,5% DEL MUNDO

El Instituto Cervantes celebra el Día del Español
El 7,5% de la población mundial hablará español en 2030. Hoy se celebra el día del idioma en los 77 centros que tiene el Instituto en 44 países de todo el planeta.
Tereixa Constenla Madrid 23 JUN 2012 - 17:19 CET
 
Por tercer año consecutivo, el Instituto Cervantes ha disparado una traca festiva para festejar el español por todo el mundo. El idioma va como un tiro: ya supera los 500 millones de hablantes y se prevé que sea la lengua del 7,5% de la población mundial en 2030. Aunque en ocasiones prenda la mecha de la polémica a su alrededor: algunas de las nuevas definiciones del Diccionario de la Real Academia de la Lengua no han sentado bien, véase sushi entre los gastrónomos o manga entre los aficionados al cómic.
Entre las actividades virtuales figuran los vídeos donde personalidades de todos los ámbitos confiesan cuál es su palabra favorita y por qué. El abanico es amplio: panhispánico (Víctor García de la Concha, actual director del Cervantes), equilibrio (Andreu Buenafuente), sí (Ángel Corella), resplandor (Ana María Matute) o tú (Antonio Gamoneda). La palabra escogida por la artista plástica Eva Lootz, “ojalá”, lidera el número de visitas. Es fácil adivinar por qué.
Los 77 centros del Instituto han celebrado actividades de todo tipo, en una fiesta que se prolonga durante 24 horas y que comenzó en Sidney. Entre los participantes figuran los escritores Jorge Edwards y Fernando Iwasaki y los poetas Edgardo Dobry y Francesco Luti.
En Madrid se organizaron actividades en la sede de la calle Alcalá, con cuentacuentos de las escritoras Cristina Herreros, Luisa Borreguero, Norma Sturniolo y Margarita del Mazo, y un recital del músico Nacho Mastretta. Además, se organizaron visitas guiadas a la Caja de las Letras, la antigua caja de seguridad que contiene legados de grandes protagonistas de la cultura en español.

TRANSPARENCIA

La Red sigue ayudando a impedir ponerle puertas al mar, afortunadamente. Le toca el turnno ahora a una nueva publicación online, esta vez dedicada al noble arte de sacar a la luz pública los sueldos públicos:

RÍO+20

Ganó la burocracia, perdió la Tierra
Los países participantes en Río+20 no encuentran calderilla para salvar el medio ambiente.
Juan Arias 20 JUN 2012 - 22:54 CET
 
Si tuviésemos que definir con un refrán bien castizo el resultado de la asamblea de la ONU de Río+20, que debía haber tomado medidas importantes para la defensa de nuestro planeta, podríamos recordar aquel que dice que "acabó como el rosario del aurora”.
Para los burócratas que prepararon el documento final que será ahora ratificado por los jefes de Estado y de Gobierno llegados de todo el mundo, ha sido “lo posible, no lo deseado”. Para científicos y ambientalistas, las conclusiones son “vagas y poco ambiciosas”. Para los más críticos: “un auténtico fracaso”.
No habiendo hasta el último momento consenso sobre “casi nada”, los diplomáticos responsables de redactar el texto, en el que, según ellos mismos, “todos encontrarán algo que no les guste”, prefirieron aplazar las decisiones concretas para más allá y llenar unas páginas de “buenas intenciones”. Por ello, quizás, la mejor definición de los resultados del tan esperado Río+20 es la acuñada por un periodista: “Ganó la burocracia, perdió la Tierra”. Para el secretario de Medio Ambiente del Estado de Rio y exministro de Medio Ambiente, Carlos Minc, el texto final aprobado supone el "suicidio planetario" ya que "no ha sabido defender ni aprobar la substitución de los combustibles fósiles por fuentes de energía renovables".
Los países pobres acusan a los países ricos, que hoy a su vez son los más empobrecidos por la crisis, de no querer comprometerse con el futuro, enfrascados como están con sus angustias de crecimiento y de insolvencias bancarias.
Hasta el pequeño fondo previsto de 30.000 millones de dólares para ayudar al desarrollo sostenible se quedó en el tintero. Los que ya han regalado a los bancos en un año más de un billón de dólares no encontraron esa calderilla para la salvación del medio ambiente.
Lo que no falta en Río+20 es una serie de contradicciones que lo convierten en una especie de Torre de Babel, donde cada una de las miles de ONG y de asociaciones ambientalistas propone las cosas más interesantes y disparatadas a la vez. Además de perplejidades y hasta provocaciones, desde las más folclóricas a las más serias: desde grupos de indígenas ocupando el banco BNDES, que subvenciona parte de la gran hidroeléctrica de Belo Monte, considerada una herida a la Amazonia, que hicieron correr despavoridos a los policías que intentaban impedir su manifestación lanzándoles flechas desde sus arcos coloridos, hasta 5.000 mujeres que desfilaron por Río semidesnudas para protestar por ser consideradas solo “pechos y culos".
Y contradicciones más serias, como la que propició el Vaticano al obligar a quitar del borrador de conclusiones las reivindicaciones femeninas. Ante ello, Mary Robinson, expresidenta de Irlanda y excomisaria de Derechos Humanos de la ONU, “católica practicante”, se preguntó: “¿Pero qué pueden saber los célibes sobre las mujeres?”.
Y la gran provocación final, llegada de la voz del científico Richard Lindzen, catedrático de Metereología del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que llegó a afirmar en una entrevista al diario O Globo que “el movimiento ambiental es inmoral”. Lindzen niega que la Tierra se esté calentando más de lo normal. “Con el discurso ambientalista”, dice, “estamos negando a miles de millones de personas la posibilidad de tener acceso a la energía para vivir decentemente, impidiendo el desarrollo de los países más pobres”.
Más Torre de Babel, imposible.
Famosos del mundo, unidos por el ÁrticoEncabezados por Paul McCartney, Richard Branson y Penélope Cruz, varias celebridades aprovecharon la cumbre de Rio+20 para lanzar una campaña a favor del medioambiente.
Francho Barón Río de Janeiro 22 JUN 2012 - 10:57 CET
 
Mientras los líderes mundiales que asisten a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Rio+20 dan rienda suelta a unos discursos que poco o nada aportan en la práctica a la sostenibilidad del planeta, decenas de celebridades de medio mundo, de la mano de la ONG Greenpeace, decidieron pasar a la acción y sacarles los colores a los gobernantes. La campaña #SalvaelArtico (#savetheartic) pretende reunir un millón de firmas y depositarlas dentro de una cápsula que quedará sumergida a 4 kilómetros de profundidad. Una “bandera por el futuro”, diseñada por jóvenes de todo el mundo, marcará las coordenadas exactas del punto donde se encuentre la cápsula.
Según Greenpeace, cada vez que uno de los firmantes mire al norte, “sabrá que su nombre estará permanentemente depositado bajo el Polo como demostración de su compromiso para salvar el Ártico y proteger el medio ambiente”.
Parte de la flor y nata de Hollywood ya ha suscrito la iniciativa, entre ellos nueves premios Oscar, 10 Golden Globe y cinco Grammy. En la lista también hay deportistas conocidos, músicos, científicos y grandes nombre del mundo corporativo. A saber: el exbeatle Paul McCartney, los actores Dev Patel y Robert Redford o el multimillonario Richard Branson, propietario de la aerolínea Virgin, entre otros. La representación española está compuesta por Penélope Cruz, Alejandro Sanz, Pedro Almodóvar, Javier Bardem y Miguel Barceló.
El lanzamiento de la campaña en Río de Janeiro, coincidió con el Ecuador de la Cumbre de la Tierra y estuvo personificada en Branson y la actriz neozelandesa Lucy Lawless, protagonista de Battlestar Galáctica y Xena, que se encuentra a la espera de una sentencia judicial en su país por haberse encadenado durante 72 horas a una plataforma petrolera de la compañía estadounidense Shell en alta mar paralizando su funcionamiento. Según Lawless, se da el caso de que esta empresa comenzará a perforar en próximos días en aguas profundas del Ártico yacimientos de hidrocarburos.
"Estoy aquí porque a las compañías petroleras no les importa el futuro de nuestros hijos, y el futuro del Ártico es el futuro del planeta... ¿quién va a sobrevivir, nosotros o las compañías petroleras?", se interrogó la actriz durante la presentación de la campaña que exige a los Gobiernos que prohíban la extracción de petróleo y la pesca industrial en la zona.
Según señaló el director internacional de Greepeace, Kumi Naidoo, "Canadá, Rusia y Estados Unidos sabotean el posible acuerdo sobre el tratado internacional de océanos, al igual que Venezuela que es otra potencia petrolera".

OTHER NEWS

The struggle for the soul of a country
The army has put a brake on democracy. But could it still do a deal with the Muslim Brotherhood?
Jun 23rd 2012. CAIRO. From the print edition
 
THERE is more than a bit of farcicality to Egypt’s predicament. This was well displayed in a recent newspaper headline: “Mubarak Dead and Alive, Shafiq and Morsi President”. The words referred to firm official reports, later firmly denied, that Egypt’s 84-year-old ousted president, Hosni Mubarak, had died on June 19th, and to vehement, rival claims of victory in the presidential elections held on June 17th, given the peculiarly lingering absence, several days later, of an official count.
Unusually for a country famed for its humour, few in Egypt are laughing. Seventeen months after the uprising that toppled Mr Mubarak, the most populous Arab country remains tangled in a web of rumour, mistrust and Byzantine legal convolutions. The latest twists appear to many to have set the country back where it was at the beginning of its hoped-for transition from dictatorship to democracy. At the time of what many now shy of calling a revolution, Egypt’s army stepped in to fill the vacuum left by Mr Mubarak’s fall. Its role was widely welcomed; its promise of a swift handover to elected civilians widely believed. A referendum in March 2011 stamped public approval on plans to hold parliamentary elections, followed by the naming of a constitutional assembly, followed by the election of a president.
On paper, the 24-odd generals of the Supreme Command of the Armed Forces, or SCAF, have kept much of their word. Free elections last winter brought in a proper parliament, dominated by the Muslim Brotherhood. The parliament did belatedly name a constitutional assembly, after several angry walk-outs by secularists alarmed by Islamist attempts to dominate that body. And bitterly polarised but more-or-less free presidential polls did produce, via a first round in May and this month’s run-off, a generally accepted winner by a slim margin, the Brotherhood’s candidate, Muhammad Morsi, though his rival, General Ahmed Shafiq, a Mubarak-era prime minister, still challenges this. The army has promised a nice ceremony on June 30th to swear in a new head of state, once the election commission it appointed decides whom to endorse.
But none of this is working in practice. The parliament, mired in bickering and thwarted by the SCAF from doing much, was summarily dissolved on the eve of the presidential election by a court order. This has happened twice before in Egypt, and the judgment did have a legal nit-pickers’ basis. Yet the timing of the judgment, plus the sweeping move to shut the legislature rather than call a partial re-election, suggested at least a disregard for democracy, and at worst skulduggery. Such suspicions soon deepened.
Just before the presidential run-off, the SCAF-appointed justice minister decreed that army officers have the right to arrest civilians, in what appeared, in effect, a return to Mr Mubarak’s hated emergency laws. And as the presidential polls closed, the SCAF issued an innocuous-looking annex to the rules it had set for the transition. In the absence of a parliament, this grants the SCAF itself continuing power to legislate, the state budget included. It gives the generals total autonomy, excluding any oversight by the future president.
In addition it permits the SCAF, in the event of trouble in convening the constitutional assembly chosen by the now-disbanded parliament, to appoint its own body to write the constitution. It also states that new parliamentary elections cannot be held until a constitution is drafted. And to ensure an even tighter grip, the SCAF issued a separate decree forming a National Defence Council to oversee all military and security affairs. It will include a handful of civilian officials and is nominally chaired by the president-to-be, but two-thirds of its members are generals, and decisions will be made by a simple majority.
So Egypt’s incoming head of state may be able to appoint a cabinet, but will have no authority over budgets, internal security, foreign affairs or the army. The SCAF will almost certainly find an excuse to pick its own constituent assembly. The order of the belaboured transition has been reshuffled, with the presidential poll coming first, then a constitution, then a parliament. Mohamed ElBaradei, the former UN nuclear chief whose principled attacks on Mr Mubarak helped launch Egypt’s revolution, abandoned a hoped-for presidential bid because in the absence of a constitution the race, he said, would be open to manipulation. How prescient he now looks.
Not surprisingly, many Egyptians are crying foul, describing the SCAF’s dodgy refereeing as a power grab or soft coup. The Brotherhood, which strengthened its claim to the presidency by publishing facsimiles of all 13,000-plus official local voting tallies, insists that parliament should stay in session. It called a rally in Cairo’s Tahrir Square on June 19th, threatening pressure from the street unless the SCAF backs down.
Should the electoral commission go so far as to rule Mr Shafiq the actual winner, in the face of evidence to the contrary, violence will probably erupt. Rumours are rife of army deployments around cities, and it is widely believed that the news of Mr Mubarak’s death was a trial balloon, sent up in an effort to calm the streets with a whiff of Schadenfreude.
Yet amid the understandably heated rhetoric and absurd legal tap-dancing, some detect another episode in the struggle between the Brotherhood and Egypt’s “deep state” driven by the security services. Behind the scenes, it is widely assumed that bargaining is going on, with the SCAF offering to accept Mr Morsi’s win in exchange for reducing his and the Brothers’ role in shaping the constitution. Many Egyptians would reluctantly accept this so long as the generals restrain their greed and do eventually retreat to their barracks.
The Brotherhood-dominated parliament is not hugely mourned. Though some cheating is suspected, Mr Shafiq did win millions of votes with his scaremongering against the Islamists. But overall the mood among millions of Egyptians who have patiently queued again and again in the past year to have a say in their future is one of weary disgust with the whole messy business. The doleful quip making the rounds is that Mr Mubarak, gravely ill, is having the last laugh.