viernes, 16 de febrero de 2024

ANFITRIONES, BIBLIOTECAS Y JARDINES


Comentábamos en el trabajo el otro día, los compañeros en un receso, lo distinto que éramos todos respecto a ser o no ser buen anfitrión. Todo empezó al hablar de unos amigos que se habían comprado una casa en el campo y que solían tener invitados los fines de semana, incluso del extranjero. Para ellos, con los hijos emancipados, no tenía sentido tener una casa tan grande sin poderla compartir con la familia y los amigos. Tuvimos también el ejemplo opuesto, casa de las mismas características pero sin invitación alguna, la pareja siempre sola; al menos en su casa. Cada uno es como es, ninguna de ambas opciones es mejor que la otra, sólo diferente. Ahora, ¿en qué lado nos posicionamos?
Mi elección es clara, no entendería la vida sin amigos, sin familia, por lo que invitar a mi casa es siempre una opción segura. Desde aquellas veladas en Villa Titanic, antes casademiabuela, tantos y tantos años -las "primas" incluidas-, hasta reuniones en Pin y Pon como sardinas en lata o ya los últimos años disfrutando del jardín de Villa Augusta, qué época más feliz.
Tenemos en ciernes la inauguración de Nueva Villa Augusta, evento que será doble porque el espacio es el que es, esta vez sin jardín pero con biblioteca (la mitad de lo que pediría Cicerone: "Si tienes una biblioteca con jardín, lo tienes todo"). 
Mi biblioteca, mis amigos y mi familia.
No podría ser más feliz.

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