jueves, 30 de noviembre de 2023

TSÉ-TSÉ, ZZZZZZZ


¿Por qué se producen ataques de sueño durante el día?
Si una persona tiene somnolencia diurna y duerme suficiente durante la noche, con un sueño de buena calidad, hay que evaluar si se trata de una enfermedad.
Milagros Merino Andreu, 30.NOV.2023

Cuando una persona adulta necesita dormir siesta durante el día, la causa más frecuente es que el sueño nocturno no es reparador o no es suficiente. Eso es lo primero que hay que pensar cuando ocurre y esa es la causa más frecuente de los ataques de sueño, aunque hay causas infrecuentes, como algunas enfermedades neurológicas que aumentan la presión del sueño, por ejemplo, la narcolepsia. Este trastorno es una enfermedad que provoca unos ataques irreprimibles de sueño y que además se acompaña de ataques de debilidad e incluso de caídas al suelo cuando el enfermo o la enferma se ríe.

Si una persona tiene ataques de sueño diurno y duerme suficiente durante la noche, con un sueño de buena calidad, ya hay que evaluar si se trata de una hipersomnia central como la narcolepsia, una hipersomnia idiopática o una hipersomnia recurrente. La narcolepsia es un trastorno que provoca somnolencia durante el día. Las personas que tienen esta enfermedad tienen dificultad para mantenerse despiertas durante mucho tiempo y se duermen de forma repentina en cualquier circunstancia. La hipersomnia idiopática provoca, también, una gran somnolencia durante el día y la persona tiene una gran dificultad para despertarse. El término idiopático aplicado a una enfermedad significa que desconocemos la causa que la provoca. Y la hipersomnia recurrente provoca a quienes la padecen episodios recurrentes de somnolencia durante el día, uno o varios días, independientemente de que se haya dormido lo suficiente durante la noche.

En una primera aproximación, cuando una persona llega a la consulta porque tiene ataques de sueño durante el día, hay que descartar que el sueño nocturno sea de mala calidad o de corta duración. La solución en este caso es, evidentemente, dormir bien por la noche. Pero imaginemos que, debido a nuestro tipo de vida, nos acostamos tarde y nos levantamos temprano. En ese caso, si podemos dormir siesta hay que dormirla porque eso nos va a permitir cargar la batería. Si tenemos la oportunidad de dormir siesta después de comer, una siesta breve de menos de 30 minutos puede solucionar el problema.

Hay un aspecto sobre los ataques de sueño diurno que es muy importante considerar y es cuando nos ocurre conduciendo el coche. En este caso, hay que saber que no sirve de nada cantar, bajar la ventanilla o poner el aire acondicionado fuerte. Lo único que funciona es parar y dormir. Si vamos al volante y sentimos somnolencia, debemos parar en una estación de servicio, dormir quince o veinte minutos, después refrescarnos la cara y de esa forma volvemos a estar alerta. Todo lo demás son medidas inútiles.

Respecto al insomnio, debemos señalar que es más frecuente en mujeres. En la última encuesta que se ha realizado y que está avalada por la Sociedad Española del Sueño, se ha visto que, con respecto a un estudio realizado hace veinte años, se ha duplicado la incidencia del insomnio, y el grupo de población en el que es más severo no es el de los mayores sino la población de adultos jóvenes. Este dato nos ha sorprendido mucho a los expertos en sueño, la razón detrás de él es que quizás se tiende a restar tiempo al sueño para dedicarlo a hacer otras cosas.

Existe un dato muy curioso: las personas que tienen insomnio tienden a infravalorar su sueño; a lo mejor duermen una hora y creen que no ha dormido nada. Con la somnolencia diurna ocurre al revés: lo vemos cuando a la consulta llega una pareja y se le pregunta a uno de ellos si se duerme durante el día y nos dice que “no”, entonces la pareja contesta “¿cómo que no? Si en cuanto te sientas en un sillón te duermes”.

Con cualquier problema de sueño, si dura más de un mes hay que acudir a la consulta de medicina de familia y buscar que nos deriven a la especialidad de sueño.

ISAAC PERAL


El submarino español ‘Isaac Peral’ empieza a navegar, pero a medio gas y con diez años de retraso
Navantia entrega a la Armada el sumergible S-81, a la espera de que llegue su sistema de propulsión definitivo y misiles de ataque a tierra que sustituyan a los previstos Harpoon.
Miguel González. 30-11-2023

El 25 de marzo de 2004, tres semanas antes de que José Luis Rodríguez Zapatero se mudase a La Moncloa desalojando a José María Aznar, el Ministerio de Defensa firmó la orden de ejecución de los cuatro nuevos submarinos de la clase S-80; el primero de los cuales debía ser entregado en 2013. Este jueves, diez años después de lo previsto, la Armada recibirá en Cartagena (Murcia) la primera unidad de la serie, el S-81 Isaac Peral.

Muchas cosas han cambiado en estas casi dos décadas; entre otras, el precio. El coste del programa se cifraba inicialmente en 1.750 millones de euros, posteriormente se fijó en 2.135 y ha terminado en 3.907. También el tamaño: el S-81 mide 81 metros de eslora y pesa 2.965 toneladas; 10 metros y casi 800 toneladas más que el proyecto inicial.

De las múltiples peripecias que ha debido superar el submarino, la que estuvo a punto de hundirlo se descubrió a finales de 2012: un sobrepeso de 125 toneladas que afectaba a su flotabilidad. Fue fruto de un error de cálculo, pero también de un exceso de confianza. Dos años antes, el astillero público español Navantia había roto con su socio francés, DCNS, con el que construía los submarinos Scorpène, por diferencias en el reparto de la carga de trabajo, y se lanzó a hacer lo que nunca había hecho: diseñar un submarino en solitario. Hubo que tragarse el orgullo y pedir ayuda a una firma americana, Electric Boat, que se embolsó 14 millones tras aconsejar que, para equilibrar el peso, lo mejor era alargarlo.

Con todo (retraso, sobrepeso y sobrecoste), los expertos consideran que poner a navegar un submarino de diseño español es un hito cuyo precedente hay que buscar en el Peral, el sumergible eléctrico botado en 1888 y conservado en el museo de Cartagena, cuyo inventor da nombre al S-81. “La complejidad técnica de un submarino solo es comparable a la de una nave espacial, por eso hay solo una decena de países que los diseñen y España entra en ese selecto club”, sostiene con orgullo un ingeniero naval.

El S-81 es un buque marca España y, por tanto, apto para la exportación, salvo los equipos de fabricación extranjera; como algún sonar y el sistema de combate, de la compañía estadounidense Lockheed Martin, que se vende por separado. Aunque el sumergible ya se ha sometido a pruebas de esfuerzo —el pasado 17 de octubre navegó a la máxima cota operativa— fuentes industriales reconocen que la hora de la verdad llega ahora, cuando la Armada lo tome bajo su mando y lo pruebe en maniobras y ejercicios. “Tú puedes diseñarlo para reducir la firma magnética y acústica, la radar e infrarroja, pero solo sabes si es realmente discreto cuando se sumerge e intentas localizarlo”, explica un veterano marino.

Para que sea totalmente discreto habrá que esperar al menos a 2026, cuando se entregue la tercera unidad, el Cosme García. Será el primero que incorpore de serie el nuevo sistema anaeróbico AIP (propulsión independiente del aire), basado en pilas de combustible alimentadas con hidrógeno producido a bordo a partir de bioetanol. A los dos primeros submarinos se les incorporará el AIP cuando entren en dique seco para su primera gran carena, una profunda revisión ya programada. El nuevo sistema permitirá cargar las baterías en inmersión y pasar tres semanas sin salir a la superficie, lo que le convertirá en un submarino a mitad de camino entre los convencionales y los nucleares. Otros sumergibles, como el U-212 alemán, también emplean hidrógeno, pero lo llevan a bordo almacenado, lo que eleva el riesgo de accidente.

Todas las pruebas realizadas hasta ahora indican que el AIP BEST, como se denomina el sistema español, va a funcionar. Es imprescindible que lo haga, pues un submarino del tamaño del S-80 no resultará competitivo si, como pasa con los de propulsión convencional e inicialmente con el S-81, tiene que salir periódicamente a la superficie (cota periscópica) para recargar baterías.

El AIP no es lo único que le falta al Isaac Peral para desarrollar todas sus capacidades. Cuando la Armada planteó la necesidad de contar con un nuevo submarino, le encomendó las siguientes misiones: proyección del poder naval sobre tierra, guerra naval especial, protección de una fuerza naval, protección de una fuerza desembarcada, vigilancia y disuasión. Sus sistemas de armas, incluidos los de guerra electrónica, están orientados a su cumplimiento. Para ello, el S-81 dispondrá de torpedos y minas. Lo que no tendrá, al menos por ahora, serán misiles de ataque a tierra, los que le capacitan para cumplir la primera de las misiones encomendadas.

Estaba previsto equiparlos con la versión para submarinos del misil Harpoon (UGM-84), con un alcance de 277 kilómetros, y la empresa Boeing ganó hace dos años un contrato de 4,5 millones para integrarlos en el S-81. Sin embargo, una vez que la Navy ha prescindido de ellos, la compañía estadounidense ha decidido que ya no le es rentable producirlos y España, como otros países occidentales, se apresura a buscar una alternativa.

Defensa ha adquirido misiles NSM, de la empresa noruega Kongsberg, para sustituir a los Harpoon en las fragatas F-100 y F-110 y estudia la viabilidad de integrarlo en el S-80. El problema no es que su alcance sea algo menor (185 kilómetros), sino que se trata de un misil diseñado para lanzarlo desde buques que no se ha usado hasta ahora desde submarinos, lo que requiere encapsularlos y adaptarlos. Los S-81 también podrían lanzar misiles Tomahawk, pero eso son palabras mayores, tanto por su alcance (unos 1.600 kilómetros) como por su coste (unos 750.000 dólares la unidad) y el Gobierno nunca ha dado el visto bueno.

Los marinos que ya han navegado en el Isaac Peral —su dotación la forman 32 tripulantes y ocho efectivos de operaciones especiales— aseguran que es un buque “noble y fiable, que se comporta muy bien”. Durante el periodo de garantía de un año, la Armada probará el S-81 y advertirá de los fallos y deficiencias que detecte (habituales en un sistema de nuevo cuño), solo al final del mismo lo dará por operativo y lo ofrecerá a la OTAN. Mientras, la defensa submarina de España seguirá descansando en el veterano Galerna, una nave con 40 años de antigüedad que ha sido remozada para que navegue otro lustro bajo las aguas.

D NUEVO NUEVA Z

 


Lagos del sur y Otago Central: locos por el ciclismo en Nueva Zelanda. Los ‘kiwis’ se han vuelto unos fanáticos del ciclismo. Limitados a recorrer el patio trasero de sus casas durante largos meses en la pandemia, ahora pedalean ansiosos por descubrir en toda su extensión su particular paraíso del Pacífico, aprovechando una amplia red de rutas ciclistas. Los lagos del sur y Otago Central (en la foto) son zonas conocidas por sus campos de golf, instalaciones para deportes de invierno y bodegas, pero aquí se pueden practicar también el ciclismo, el senderismo y las excursiones alrededor de los populares enclaves turísticos de los lagos del sur, Queenstown y Wānaka. En esta región de Nueva Zelanda se están abriendo constantemente nuevas rutas ciclistas, se construyen otras nuevas y hay grandes planes al respecto para el futuro. Los neozelandeses están muy al tanto de todo, pero los visitantes internacionales aún no se han hecho una idea. La Queenstown Trail comprende más de 130 kilómetros de rutas ciclistas; Wānaka tiene bellas rutas lacustres; y Otago Central ve cómo se revitalizan pueblos hasta ahora adormilados, como Clyde, al final del recién inaugurado Lake Dunstan Trail, de 55 kilómetros. Dentro de unos pocos años será posible ir en bici desde Queenstown y Wānaka hasta Dunedin, en la costa este, pasando por Otago Central.



CRÓNICAS DE UN PUEBLO

 

Hace años ya, un grupo de buenos amigos amigos nos dimos un salto al NE de la Península para terminar unos días en Andorra. El viaje, coyuntural por muchas razones que no vienen al caso, teniendo suma importancia el teléfono móvil, un cólico nefrítico que no fue, una peluquería y un hotel al que se le habían caído algunas estrellas, nos llevó por algunos pueblos preciosos como Besalú, quiero recordar: volcanes, judíos y mucho encanto.

En la comarca volcánica de la Garrotxa, Girona, Besalú está tan cuidadosamente restaurando que parece un mundo medieval transportado a nuestros días. En la antigua capital del que fue el poderoso condado de Besalú, las estrellas calles empedradas son perfectas para un viaje en el tiempo, especialmente el Carrer Tallaferro y el Carrer Major, que dan directamente a la Plaça Major, con sus solemnes edificios, sus pórticos y sus rincones. En este periplo hacia el pasado, encontramos rincones curiosos, como el Mikve, el antiguo baño judío que forma una sala románica subterránea. En la planta baja de esta construcción se encuentra el centro de interpretación Espai Besalú, que muestra la historia de la villa a través de los siglos. Y seguimos por el monasterio de Sant Pere, o la iglesia de Sant Vicenç, románica con elementos góticos, que supuestamente guarda un trozo de la Vera Cruz. Entre los edificios civiles, la mejor muestra es la Casa Cornellà, una de las mejor conservadas de toda Cataluña. Como colofón, en las afueras, un espectacular puente medieval.

Muy cerca de Besalú hay otros pueblos también muy interesantes y fotogénicos, como Castellfollit de la Roca, con una imagen realmente única y espectacular, una de las más fotografiadas de Cataluña, sobre un risco de basalto.

TUNNEL BLUES


"Yo no estoy aquí para hacer amigos sino para trabajar", me dijo una vez un amigo. Duras palabras, no las entendí... hasta hoy. El control al funcionariado es un tema pendiente en España, a la par que tabú. Que hay trabajadores buenos en la Administración es un hecho, yo hasta diría que son la mayoría los que se toman en cuenta su función (pública), pero que los hay petardos, vagos, impresentables, estafadores del sistema, buscavidas, jetas, es un hecho palpable. ¿Y qué hace la Administración con estos especímenes? Los premia con más trabajo para el que trabaja.
¡Premio al caballero y a la señora! Le ha tocado una rebaja de trabajo no vaya a ser que siga poniendo pegas, diga no no no, retrase el expediente, trate mal al administrado, o se levante con ganas de hablar por teléfono de lo que va a cocinar hoy o de lo que hizo ayer o el fin de semana.
A todo esto le añadiré el problema endémico y crónico de la falta de respeto a la autoridad y a la jerarquía, inexistente.
¿Cómo podríamos arreglar esto? Difícil cuestión, complicada solución, que diría Joda. Se me ocurren, no obstante, algunas ideas...
- Todo funcionario debe tener una evaluación de su trabajo hecha por un equipo externo (el Asuntos Internos de la policía en las pelis americanas, para entendernos).
- Todo funcionario debe saber que su trabajo no es para toda la vida salvo que sea merecedor de ello.
- La democracia interna es relativa, una mesa cuadrada no es redonda por mucho que se vote así.
- Las manzanas podridas ¡a la puta calle!, lo envenenan todo.
- Si vales para el puesto, ¡adelante!, el Estado te forma (véase agentes del FBI).
- Si tu único mérito es ser un empollón y sacar el nº1 de la oposición sin un ápice de don de gentes e interés por ayudar a los demás, ¡cierra la muralla!
- Si tienes el Récord Guinness de los requerimientos y de los noes, ¡a la puta calle!, tú no sirves para esto.
- Si eres un cotilla, un correveidile, un mal compañero, ¡lagarto, lagarto!
- Si eres mala gente, vade retro.
O sea, resumiendo, que vivo en los mundos de Yupi, lo sé.
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Ay, qué ganas de tener tiempo para escribir mis experiencias en la Administración.
Philip Glass, *Opening for Glassworks.

LO INDEFENDIBLE

Después de visitar Atenas, el Partenón y el nuevo Museo de la Acrópolis, no cabe otra postura racional que estar de acuerdo con el Gobierno griego que reclama la devolución de las joyas expoliadas por los británicos a su país. Teniendo en cuenta el andar de la perrita, véase Gibraltar, por ejemplo, tendrá que haber un cataclismo para que esta gente devuelva lo ROBADO.

Mona Lisa (La Gioconda), Leonardo Da Vinci. 
Museo del Louvre, París.

Rishi Sunak defiende la propiedad británica de los mármoles del Partenón y da plantón en Londres al primer ministro griego
Kiriakos Mitsotakis aseguró en la BBC que la presencia de más de la mitad de las estatuas del templo en el British Museum era comparable a partir en dos la ‘Mona Lisa’.
Rafael de Miguel. 28-nov-2023

Rishi Sunak se enfrenta a una batalla política por su supervivencia y la de su Gobierno, y en la guerra, hasta el arte y la historia se pueden convertir en armas. Downing Street decidió hace ya meses frenar en seco los intentos bienintencionados —aunque también buscara, obviamente, su gloria personal— del presidente del British Museum (Museo Británico, BM en sus siglas en inglés), George Osborne, por negociar con el Gobierno griego una solución jurídica creativa que permitiera el regreso de los “mármoles del Partenón” a la acrópolis ateniense. El primer ministro griego, Kiriakos Mitsotakis, que visitaba Londres esta semana con varios encuentros en su agenda, incluido uno con Sunak, ha abandonado la capital británica en medio de la frustración y el desencuentro diplomático, después de que Downing Street cancelara a última hora, con excusas de poca monta, la reunión entre ambos dirigentes.

Mitsotakis, que asumió personalmente durante más de un año las conversaciones e intercambio de propuestas con Osborne (el exministro de Economía del Gobierno conservador de David Cameron), ventilaba el domingo en la BBC su decepción por el modo en que Londres había cortado de raíz un acuerdo que hubiera permitido salvar la cara de ambas partes y dar un final feliz a una disputa que desata desde hace casi dos siglos pasiones encendidas entre británicos y griegos. “Es como si yo te dijera que cortaras en dos mitades la Mona Lisa y dejaras una de ellas en el Museo del Louvre y otra la enviaras al Museo Británico. ¿Cree usted que sus espectadores apreciarían de ese modo la belleza de la pintura?”, preguntaba el primer ministro griego de modo provocador a la periodista Laura Kuenssberg. Atenas defiende desde hace años que las esculturas de los frontones, el friso y las metopas que Thomas Bruce, el conde de Elgin, embajador británico ante el Imperio Turco-Otomano, arrancó prácticamente a las bravas, con un serrucho entre 1801 y 1812 y se llevó a Londres, deben regresar a su lugar de origen y ser expuestas en el nuevo Museo de la Acrópolis, levantado al lado del Partenón.

En cuanto escuchó las declaraciones de Mitsotakis, el equipo de Sunak decidió cancelar de golpe la reunión-almuerzo, de unos 50 minutos, que estaba prevista para este martes. El único acto que tenía el primer ministro en su programa del día era presidir la reunión de su Consejo de Ministros. Downing Street ha ofrecido como alternativa un encuentro con Oliver Dowden, viceprimer ministro. Pero en el organigrama político británico ese puesto es más testimonial que otra cosa, y Dowden, un político de escaso rango.

Un portavoz de Sunak ha culpado de la decisión al propio primer ministro griego. Según Downing Street, el dignatario se habría comprometido a no utilizar su visita al Reino Unido como plataforma para reivindicar de nuevo la propiedad de los mármoles. “Al no haberse ajustado a ese compromiso, el primer ministro [Sunak] ha considerado que no iba a resultar productivo celebrar una reunión dominada por ese asunto, en vez de por otros desafíos mucho más importantes para los ciudadanos griegos y británicos”, ha dicho el portavoz.

El Gobierno griego ha negado la existencia de ese compromiso previo. Antes de abandonar la capital británica, Mitsotakis ha dicho: “He de expresar mi desagrado por el hecho de que el primer ministro haya decidido cancelar nuestra reunión apenas unas horas antes de que tuviera lugar. Cualquiera que esté convencido de que su postura es correcta y justa no tiene miedo de hacer frente a argumentos en su contra”.

Sunak ha dado un portazo a un socio de la OTAN, país aliado y amigo del Reino Unido durante años, simplemente, señalan sus críticos, por dar gusto a un ala dura del Partido Conservador que se ha empeñado en declarar la guerra cultural a cualquiera que ponga sobre la mesa el pasado colonial e imperial del Reino Unido. Y dentro de esa corriente, están especialmente en contra de todas las exigencias del resto del mundo para que Londres devuelva tesoros culturales arrebatados durante siglos. Desde esa perspectiva, los “mármoles del Partenón”, o “mármoles de Elgin”, como los llaman los defensores de la propiedad de las estatuas por parte del BM —las palabras también son armas― son el símbolo por excelencia de esta polémica en torno a la devolución del arte.

“El Gobierno ha establecido ya de modo muy claro su posición respecto a los mármoles de Elgin. Tienen que seguir formando parte de la colección permanente del Museo Británico”, ha dicho este martes Mark Harper, ministro de Transportes y uno de los pocos miembros del Gobierno que ha salido a dar la cara en un asunto claramente incómodo. Casi dos de cada tres británicos tienen claro que los mármoles deben regresar allí de donde nunca debieron ser arrebatados. Un 59% de los ciudadanos, según el último sondeo de YouGov, respalda su devolución, frente a un 18% que apoya que permanezcan en Londres. Un 22% no sabe qué responder ante un asunto anquilosado en el tiempo pero capaz todavía de desatar pasiones entre quien lo sigue día a día.

Mitsotakis, que traía asuntos en la agenda tan relevantes como la crisis migratoria —uno de los problemas más graves que afronta Sunak— o la guerra de Ucrania, sí ha podido verse con el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, a quien todas las encuestas dan como vencedor en las elecciones generales que deben celebrarse dentro de un año. Starmer, que suele nadar y guardar la ropa, ha evitado un enfrentamiento directo con el Gobierno por el asunto de los mármoles, pero a través de su equipo ha filtrado a diversos medios británicos su intención de no oponerse a cualquier acuerdo futuro de devolución de las piezas de arte a Atenas al que se pudiera llegar.

El último intento de solución impulsado por Osborne y Mitsotakis suponía un arreglo creativo que protegía los intereses de ambas partes, al no reconocer ni directa ni implícitamente la propiedad sobre los mármoles de uno u otro. No era una devolución: no se devuelve lo que te pertenece. Tampoco un préstamo: no se admite como préstamo lo que consideras tuyo. Era un intercambio: Londres enviaría las estatuas a Atenas y recibiría a cambio, para su exposición, otras piezas de valor artístico (de las que Grecia tiene en abundancia).

Frente a la diplomacia sofisticada e inteligente, el brochazo electoral. Sunak ha preferido lanzar un mensaje nacionalista muy del gusto de las huestes más duras de su partido y no correr el riesgo de dar un desenlace justo y feliz a la eterna disputa de los mármoles.

Mona Lisa (La Gioconda), Leonardo Da Vinci. 
Museo Británico, Londres.

martes, 28 de noviembre de 2023

EN MODO TRUMP


¿En nombre de la democracia?
Las derechas, en lugar de oponerse a la ley de amnistía como se oponen a otras muchas iniciativas políticas, han adoptado un lenguaje hiperbólico que sostiene que es el fin del Estado de derecho y la división de poderes.
Ignacio Sánchez-Cuenca
28.NOV.2023

Las movilizaciones masivas en contra de la amnistía y de los pactos de investidura firmados por el PSOE han puesto de manifiesto que en España, como en muchos otros países, se ha producido una quiebra profunda en la sociedad. El problema no es tanto que haya dos Españas, pues, en cierto sentido, las ha habido durante mucho tiempo, de manera parecida a como en Estados Unidos la población se divide en republicanos y demócratas, sino que, al igual que en el gigante americano, esas dos partes no dispongan en estos momentos de un terreno común desde el que plantear y confrontar sus diferencias.

Da la impresión de que la división política hace ya imposible discutir sobre política. Algo profundo se ha roto con la propuesta de una ley de amnistía. No lo digo por el hecho de que una gran parte de los españoles, seguramente una mayoría, esté en contra de que se perdone a las personas encausadas por el procés catalán, pues esto es algo completamente legítimo, sino por la manera de defender y justificar su oposición a la misma.

Insisto, hay buenos motivos para oponerse a la amnistía y, sobre todo, para criticar el giro súbito que ha dado el PSOE en este asunto tras las elecciones del 23-J. También, por supuesto, hay buenos motivos para apoyarla. Yo mismo he procurado ofrecer algunos de estos últimos. En cuanto a los argumentos en contra, se pueden esgrimir razones de justicia (quien comete delito debe pagar por ello), de igualdad (otros delincuentes no reciben el mismo beneficio), de conveniencia (da un poder indebido a quienes quieren separarse de España) y de oportunidad (invita a los independentistas a repetir sus acciones en el futuro). De todo ello se puede hablar e intercambiar puntos de vista.

Ahora bien, el problema estriba en que las derechas nacionalistas españolas, en lugar de oponerse a la ley de amnistía como se oponen a otras muchas iniciativas políticas, han adoptado un lenguaje hiperbólico según el cual la amnistía supone el fin del Estado de derecho, la división de poderes y la democracia misma. En su formulación más exagerada, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se habría convertido en un dictador que, con tal de permanecer en el poder, está dispuesto a deshacerse de la democracia y romper España. Y no me refiero ahora a palabras estrambóticas de manifestantes anónimos o de columnistas recalentados, sino a las declaraciones de la presidenta del PP madrileño, Isabel Díaz Ayuso y de otros cargos de dicho partido, cuyo corolario es la ridícula campaña lanzada en Europa pidiendo ayuda para salvar la democracia española del golpismo izquierdista.

Hay en esta involución de las derechas españolistas una paradoja curiosa que no se encuentra fácilmente en las derechas radicalizadas de otros países. Me refiero al hecho de que la oposición del PP y Vox, basada en un nacionalismo primario, se envuelva en la bandera de los valores democráticos y constitucionales. Hablan de democracia y Estado de derecho, pero quieren decir unidad nacional e intransigencia en la cuestión territorial. Recurren a valores cívicos, a la división de poderes y a la libertad para oponerse a la amnistía, como si una ley orgánica, sometida a los controles constitucionales del sistema, pudiera dinamitar dicho sistema desde dentro. Cuentan para ello con la complicidad y el apoyo de los intelectuales derechizados y reaccionarios que han traspasado las ideas que empleaban en la lucha contra el terrorismo de ETA a la causa nacional. Después de tantos años perorando contra el nacionalismo, no son capaces de percibir la fuerza política que ha adquirido el nacionalismo español.

Al proceder así, disfrazando el impulso españolista con una aparente preocupación por la democracia, intentan legitimar con tintes cívicos su rechazo excluyente de la “anti-España” (las izquierdas y los nacionalismos no españolistas). La maniobra, sin embargo, es demasiado burda para resultar verosímil. Las amnistías, en España y en otros muchos países democráticos en las que se aprueban, por los motivos más variados, no suponen el hundimiento ni de la democracia ni del Estado de derecho. Quienes promueven aquí la amnistía no son unos golpistas, sino las fuerzas parlamentarias que conforman un bloque mayoritario en el Congreso. En ningún país avanzado, cuando se aprueba una amnistía, se entiende esta como una injerencia en el poder judicial.

Es comprensible la rabia y la frustración de quienes pensaron que la crisis constitucional catalana fue un golpe de Estado que tenía que resolverse mediante elevadas condenas de cárcel a sus promotores. Ahora se ven descolocados. Su némesis, el señor Puigdemont, podría regresar a España sin cargos (salvo que prospere la astracanada del juez García-Castellón, acusando de terrorismo al líder independentista). Desde su nacionalismo primario, las derechas tienen todo el derecho del mundo a protestar y patalear. Pero no pueden engañar al personal diciendo que lo hacen en nombre de la democracia y el Estado de derecho.

Aunque no tenga más valor que el anecdótico, oyendo las respuestas de algunos participantes en las protestas de estas últimas semanas al ser entrevistados para diversos medios, daba la impresión de que ya nos encontramos en una situación parecida a la que se vive a propósito del enfrentamiento entre trumpistas y antitrumpistas en Norteamérica. Las razones y explicaciones de los seguidores de Trump resultan ininteligibles para quien no comulga con sus principios. Desde fuera, pareciera que viven en una realidad paralela y que resulta imposible todo intento de acercamiento o comprensión. Es como si las diferencias políticas se hubiesen vuelto “inconmensurables”. ¿Cómo se puede argumentar con alguien que niega los hechos más fundamentales del cambio climático y las vacunas contra la covid o, peor aún, que está convencido de que hubo una falsificación masiva de los resultados electorales en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020 que ganó Joe Biden? No hay nada, absolutamente nada, que pueda cuestionar sus convicciones. Por descontado, los trumpistas piensan lo mismo de los antitrumpistas; aquellos creen que estos están completamente engañados y ciegos ante la realidad política.

Las derechas españolas están entrando aceleradamente en modo Trump. La manifestación más evidente de esta involución consiste en acusar al actual presidente del Gobierno de usurpador y golpista. Cuando no se reconoce a los rivales políticos, la semilla de la exclusión comienza a dar sus frutos. Si media España considera que el Gobierno es ilegítimo, a pesar de contar con una mayoría en el Congreso, las elecciones se convierten en un expediente para recuperar lo que consideran que les pertenece por derecho propio. Y mientras eso no suceda, mientras no recuperen el control, argumentarán que hay un pueblo español “bueno” y otro “indigno”, y que el primero debe prevalecer para salvaguardar la nación. Es el abecé del nacionalpopulismo, solo que aquí las derechas, en lugar de decirlo abiertamente, se refugian en un lenguaje pseudodemocrático, como si fueran resistentes o víctimas de una agresión. Lo que llaman “democracia”, sin embargo, no es sino una versión estrecha de “España” en la que solo caben quienes piensan como ellos.

Lo más llamativo de todo es que esto esté sucediendo (como pasó primero en Estados Unidos ante la involución trumpista) en medio del silencio de los moderados de la derecha y de buena parte de la “inteligencia” del país, que, horrorizados por la amnistía, prefieren mirar hacia otro lado.

PARADOJAS Y "NISIQUIERAS"

Salí ayer de una reunión con mi abogada para intentar cuadrar unos asuntos pendientes. Estos, sin pies ni cabeza, han llegado aquí por la intransigencia y la avidez de dinero. El ser humano ha perdido la capacidad de hablar, se ha tornado en avestruz cobarde. Se ha perdido el más básico sentido común y el todo vale se ha instalado en nuestras vidas sin billete de vuelta. Sé que no debemos perder la fe en la Justicia, porque estaríamos perdidos, pero cuesta tanto no dejar volar la imaginación hacia el cuarto círculo del infierno en esta nuestra vida de comedia, todo menos divina.
Se acercan las Navidades a un ritmo frenético -tiempo al tiempo, acabaremos viendo turrones en los supermercados en agosto-, así como también celebraremos Thanksgiving e incluiremos a Pocahontas en nuestro acervo, como ya hemos absorbido Halloween. Y me parece bien, ¿por qué no? ¿no empiezan todas las tradiciones alguna vez? Unas comienzan, otras se pierden en el olvido.
Seguimos conduciendo por la vida, días por una autopista iluminada, otros por caminos oscuros que atraviesan montañas quemadas, en esto consiste la movida, el juego o como tú lo veas. 
No paro de hacer planes en mi cabeza, a falta de drogaína que me haga volar: ópera aquí y allá, de Madrid al cielo, Nochebuena y Cartagena familiar, esa noche en Cuenca, nuestras madres sanas (y padres donde los hubiere, que los hay salvos), la rapsodia azul de Gershwin, el faro de Barlovento que vendrá y al que iremos, atrás el juicio ganado, la gratuidad de los sueños, los compañeros estimados y necesarios, libros y más libros, el mar cerca de la nueva Villa Augusta dispuesta siempre a recibir... Comienza de nuevo la paradoja vital, desesperado por la jubilación que no llega, amargado por la inefabilidad del tiempo que pasa y que no volverá.
¿Depresión? no, cansancio. 

PD. A pesar de los pesares y la pena, penita pena, la tregua en Gaza nos hace pensar en una posible Navidad en paz (¿dónde la guerra de Ucrania?), en dos estados futuros y soberanos que convivan, que ya es mucho. Ni políticos ni Ayuntamientos, ni ¡Roma (póngase aquí lo que se quiera) soy yo!, ni los encendidos navideños, ni los bichos cercanos, ni los cotillas ubicuos, ni las hipotecas y los pagos pendientes, ni el ingente grupo de gente allá donde vayas, ni amnistías ni Puigdemonts esperpénticos, ni payasos desagradables, ni elecciones con exprimos ambiciosos y snobs a la cabeza, ni Patiños todas y todos, ni sádicos ballesta en ristre, ni insultos gratuitos, ni ¡el balón es mío!, ni me vengo a enterar ahora, ni las mujeres asesinadas porque eran suyas, ni el mieloma inesperado de un amigo, ni aquella mierda pinchada en un palo, ni siquiera los perros y ancianos abandonados van a lograr que se apague nuestra alma de bolero. Ya únicamente nos queda domesticar la muerte.
Incubus, *Drive.

WONKA


"Charlie y la Fabrica de Chocolate" fue unos de los primeros musicales de los que me enamoré en el cine. La primera versión, la de 1971, "Un mundo de fantasía", con Gene Wilder como Willy Wonka y los Oompa-Loompa, hoy políticamente incorrectos, dio paso a una segunda de Tim Burton, de 2005, más sofisticada y como mejores efectos especiales; esta vez los Oompa-Loompa los representaba un único actor repetido hasta el infinito, Deep Roy, y Johnny Deep como protagonista.
Pasados los años, unas Navidades en Chicago, recuerdo que los escaparates de unos grandes almacenes representaban, una tras otras, las escenas de la película. Este año, también en Navidad, estrenan la que será la tercera versión, sin contar la de 2017 de dibujos animados "Tom y Jerry & Charlie y la Fábrica de Chocolate". Esta tercera versión, "Wonka", protagonizada por Timothée Chalamet cuenta con Hugh Grant como Oompa-Loompa.
Oompa-Loompa dance, film 1971 (Mel Stuart).
Film 2005 (Tim Burton).
Film 2023 (Paul King).

GODZILLA, COMO MÍNIMO


Tras un emotivo fin de semana donde se cierra un círculo y comienza el siguiente, llego a la oficina a las 5 de la mañana, como cada día, hoy con 11°, con la noticia de que ha nevado ligeramente en El Teide pero sin lluvia alguna sobre Tenerife, augurando un año malo de lluvias. Más malo, le dije al camarero que compartió conmigo tal información, a lo que él respondió bajando la cabeza.
11° para empezar el día, prevista una máxima de 17°.
La ciudad tan vacía como la autopista, Fletwood Mac de fondo, llego al pueblo con el tiempo justo de ver como un gato trepa a un muro y me espera en el bar un amigo para, aprovechando la coyuntura, preguntarme sobre cómo arreglar un asunto acuático.
Me decían ayer: la noche no es nuestra, pertenece a los fantasmas. No sé si mía o de ellos, vuelvo a tener pesadillas vívidas que no creo ayuden demasiado a mi buen dormir. ¿Estaré deprimido?, preguntaba, sólo me apetece dormir. ¿Deprimido?, ¿no será cansancio?
Echo de menos entender la teoría de cuerdas para poder vivir en una realidad paralela, quedándome con esto aquí, dejando eso allá, donde el espacio sea mayor, donde los minutos no duren 60 segundos sino más.
Hoy me espera el apasionante mundo de las subvenciones y, quizá, alguna factura de postre. Por la tarde una reunión que espero sea un punto de inflexión. Veremos.
Mientras tanto, como Alaska, miro la vida pasar, que ya es mucho siendo la que está siendo.
The Hybsters, *Spacer.

viernes, 24 de noviembre de 2023

NO LLORES POR MI


Viajé a Argentina hace unos años, justo antes de que las cosas se torcieran el el país andino. Desde El Calafate, visitado el maravilloso Perito Moreno -mi primer gran glaciar no superado por ninguno de los grandiosos en Alaska o Nueva Zelanda-, pensábamos continuar  el viaje hasta Ushuaia, pero he aquí que empezó el quilombo y quebró Aerolíneas Argentinas, obligándonos a regresar a Buenos Aires. 

Del viaje, que fue fantástico, recuerdo como si fuera hoy las conversaciones sobre política con nuestros amigos bonaerenses. Nunca hasta ese momento había conocido unos extranjeros que odiaran tanto a sus políticos. Parecía algo endémico, todos echaban pestes de sus presidentes; quizá era el inefable Menem quien habitaba la Casa Rosada en aquellos años.

Hoy la cosa ha cambiado poco y mejorado menos. Hoy el país se entrega rendido a un nuevo presidente mecido por los vientos del populismo, como mínimo. Habrá que ver en qué queda todo.

MANON

 
Manon, Messenet. *Allons! Il le faut pour...

LA FELICIDAD

Palito Ortega, *La felicidad.
Hoy Manon en la calatravada, 19:30h. Compré la entrada para esta ópera de Jules Massenet y no voy a poder ir, una pena. Las prioridades son así, ellas deciden, van por su lado, se posicionan a su antojo, y en un momento, suddenly, te ponen entre la espada y la pared. ¿No nos han enseñado que más sabe el diablo por viejo que por diablo? Pues ante tanta evidencia no queda más que sopesar y elegir.
Tengo mañana una ineludible visita con la contrata para ver cómo van las obras del loft en Gran Canaria. La nueva Villa Augusta va tomando forma y, cómo no, decide por sí misma a su antojo, como mover un pilar del lugar supuesto, como si de un garaje de tratase, para que el cuarto de baño deba redistribuirse, o la escalera que ha dispuesto que la puerta de acceso deba ir allá y no acá. ¡Cómo discutir con la casa ante tales evidencias! No me queda otra solución que volver a replantear puntos concretos de la distribución de la cocina para que el resultado esté a la altura de nuestras expectativas.
Así pues, regalada la entrada de la ópera, se nos presenta la posibilidad de ir a ver "Que nadie duerma", la película basada en la novela homónima de Millás, cosa que espero podamos hacer esta noche. Buen cine antes de sumergirme en la obra mañana temprano para ir encajando todas las piezas sueltas una vez avanza la reforma. Oigo a lo lejos mis libros clamando por salir del guardamuebles y poder recuperar su espacio preeminente en la biblioteca del loft, murmullo que debo aguantar aún un poco más.
¿Mármol en la cocina? Sobre mi cadáver, nos dice un carpintero al que pedimos presupuesto. Un material tan glamuroso que ha perdido completamente su lugar en la construcción, qué pena. Todo es puro teatro, como la propia vida, porque finalmente terminaremos colocándolo si así lo decidimos y sin necesidad de asesinar a carpintero alguno. Después, una vez esté montada la cocina, volveremos a escuchar la consabida fracesita: ¡pues la verdad es que el mármol queda bonito!; que se lo digan a Bernini o a Miguel Ángel, pienso. 
Las obras escriben su propia novela, sin duda, y acaban devolviéndonos la felicidad extraviada.

2 CUADROS CON 3 PERSONAJES


Dos nuevas "anécdotas", por llamarlas de alguna manera, para el libro en ciernes sobre mis vicisitudes en la Administración. Dos conversaciones que bien podrían formar parte del teatro del absurdo.
La primera tiene lugar en un despacho, la otra alrededor de la mesa de un bar.

> Personaje 1: quiero hablar contigo de cómo debe ser el procedimiento respecto a esta queja.
> Personaje 2: [no habla, no asiente, semblante serio].
> Personaje 3: [no habla pero asiente].
> Personaje 1: porque claro, hacerlo así nos deja en evidencia y...
> Personaje 2: perdona, ¿me estás echando la bronca?
> Personaje 1: no, para nada.
> Personaje 2: ah, es que entonces no entiendo nada de lo que me cuentas.

> Personaje 1: ¿vas a consolidar como funcionario?
> Personaje 2: no, como laboral fijo.
> Personaje 3: ser laboral fijo es mejor que ser funcionario de carrera, en un conflicto el juez siempre le da la razón a los trabajadores.
> Personaje 2: bueno, nosotros hacemos el mismo trabajo que los funcionarios y cobramos menos; por ejemplo no nos pagan ni trienios ni quinquenios.
> Personaje 3: lo que no dices es que como sigues trabajando por las tardes como arquitecto puedes ganar una pasta.
> Personaje 2: ya me dirás cómo, metiéndome coca para estirar las horas del día.
Diana Ross, *Eaten alive.

martes, 21 de noviembre de 2023

D_SP_CH_D_S

Flaco favor le hacen estas dos a la izquierda con estas declaraciones. Obviamente homo homini lupus, pero ¡ojo!, la mujer no, nunca jamás.

JERÓNIMO SAAVEDRA, DEP

Coincidí hace un par de años en la ópera con Jerónimo, me presenté (compartíamos un buen amigo y no sabía si me recordaría, pero resultó que sí), y departimos un rato en el descanso de la representación. Siempre tan educado, tan amable y con ese sentido del humor que parecía no abandonarle nunca, y no lo hizo, fue la vida la que se le adelantó. Descansa en paz.




El ANILLO DE MOEBIUS
Francisco Pomares. 
“El cortesano curioso”

De formación italiana, modales florentinos y una innata astucia para entender las formas y los límites del poder, Saavedra fue durante treinta años –desde que los socialistas dejaron la protección pactada de Campeso para hacerle secretario general, hasta aquél día inmerecido e innecesario de bronca pública- la representación más pura del socialismo en libertad. Ojo, no era en absoluto un santo: era un político capaz de argumentar marrullerías como buen abogado, de decidir la suerte de otros sin un átomo de remordimiento y de agotar al adversario como el sindicalista entregado que también era. Pero todo eso, todo aquel poder casi monárquico, sin duda absoluto, ejercido sin delegación durante décadas de incuestionado mando en plaza, eran sólo la parte más visible de su inesperado carisma. Lo que realmente le definía era la contradicción entre su alma sublime, soberbia, a veces taimada, y la férrea voluntad de respetar, por encima de todo, la humanidad de los otros.

Fecha:  miércoles 22 de noviembre de 2023

ANFITRIONES


Conversaba ayer con una compañera de trabajo sobre "el ser anfitrión" o no. Me comentaba que a ella y a su marido les gustaba organizar cenas en casa y acudir a otras de amigos con similar plan. Una cena agradable, la preparación de un viaje, conocer una nueva, etc. Cualquier disculpa es buena para reunirse, ¿o no?
Me decía que, por otro lado, otros amigos cercanos no eran buenos anfitriones o, simplemente, no lo eran en absoluto. ¡Qué distintas somos las personas! concluyó.
Yo, de acuerdo con sus comentarios, recordaba aquellas cenas en Villa Titanic antes de serlo (de sumergirse), las que tuvieron lugar en Pin y Pon como sardinas en lata (desmayo incluido) o las últimas durante tantos años en Villa Augusta. Qué placer recibir a mis amigos.
Luego pasan los años, las cosas-casas cambian y poco a poco los encuentros se reducen, unos, y siguen sin ocurrir, otros. En mi caso particular espero que continúen, a pesar de la distancia.