jueves, 30 de noviembre de 2023

CRÓNICAS DE UN PUEBLO

 

Hace años ya, un grupo de buenos amigos amigos nos dimos un salto al NE de la Península para terminar unos días en Andorra. El viaje, coyuntural por muchas razones que no vienen al caso, teniendo suma importancia el teléfono móvil, un cólico nefrítico que no fue, una peluquería y un hotel al que se le habían caído algunas estrellas, nos llevó por algunos pueblos preciosos como Besalú, quiero recordar: volcanes, judíos y mucho encanto.

En la comarca volcánica de la Garrotxa, Girona, Besalú está tan cuidadosamente restaurando que parece un mundo medieval transportado a nuestros días. En la antigua capital del que fue el poderoso condado de Besalú, las estrellas calles empedradas son perfectas para un viaje en el tiempo, especialmente el Carrer Tallaferro y el Carrer Major, que dan directamente a la Plaça Major, con sus solemnes edificios, sus pórticos y sus rincones. En este periplo hacia el pasado, encontramos rincones curiosos, como el Mikve, el antiguo baño judío que forma una sala románica subterránea. En la planta baja de esta construcción se encuentra el centro de interpretación Espai Besalú, que muestra la historia de la villa a través de los siglos. Y seguimos por el monasterio de Sant Pere, o la iglesia de Sant Vicenç, románica con elementos góticos, que supuestamente guarda un trozo de la Vera Cruz. Entre los edificios civiles, la mejor muestra es la Casa Cornellà, una de las mejor conservadas de toda Cataluña. Como colofón, en las afueras, un espectacular puente medieval.

Muy cerca de Besalú hay otros pueblos también muy interesantes y fotogénicos, como Castellfollit de la Roca, con una imagen realmente única y espectacular, una de las más fotografiadas de Cataluña, sobre un risco de basalto.

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