¡Qué emoción! Un grupo de amigos que se reencuentra después de tantos meses. Terraza al aire libre, aire fresco, comida rica, buena conversación y mejor compañía, un plan perfecto para un sábado. Atrás quedaron aquellas salidas finesemanales donde las citas eran a través del teléfono, en progresión geométrica; luego, con el móvil, llegó el whassaps de camélido nombre, vaya cosa cómoda. Así, con teléfono, celular o tam tam, no ha parado de encontrarse esta variopinta familia, frívola tantas veces, divertida, comelona, con sus cosas buenas y otras mejores, sus luces y algunas sombras, su particular historia y sus personajes, los que están y los que no que también, todos imprescindibles.
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