Ser reina es un trabajo, el primero quizá, algunos dirán que sí. A la reina, como al rey, le pagamos todos los españoles y a ellos se debe, se deben. Solo se les pide una cosa a cambio, ejemplaridad. ¿Pueden ser los reyes personas normales? No, no lo son, y si no les gusta ya saben lo que tienen que hacer, es fácil.
No suelo leer EL MUNDO, no me gusta, pero aún así chapó al periodista Iñaki Gil por su artículo Soy el jefe de "la mierda de LOC" y espero, Majestad, que siga leyéndonos. Los reyes no pueden tener amigos chorizos, no pueden enviar mensajes por el móvil (ya nada es seguro) porque sus opiniones se tendrán en cuenta; si les gusta o disgusta un periódico lo comentan en casa pero nunca públicamente. Los reyes lo son de todos, guapos o feos, de derecha o de izquierda, buenos o malos periodistas. A mi me da igual que la reina vaya a yoga con Pepe, Juan o con Rita la cantadora, pero si estos son unos chorizos no me apetece nada ver cómo los alaba ni le manda besos ni nada por el estilo. No lo olvidemos, la mujer del César no solo tiene que ser honrada sino parecerlo. Mal camino lleva la institución monárquica si ya empieza con estos deslices. ¿Qué pasará cuando se juzgue al compi yogui de la reina por las tarjetas black? ¿saldrá ella a defenderlo de nuevo? Bueno, proverbial es la soberbia de estos personajes majestáticos... estos personajes que hasta el yoga se lo pagamos los españolitos.
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Soy el jefe de "la mierda de
LOC" y espero, Majestad, que siga leyéndonos
IÑAKI GIL. 09/03/2016 21:45
http://www.elmundo.es/loc/2016/03/09/56e078cf268e3e370d8b45cd.html
Carta abierta a Su Majestad la
Reina de España del director adjunto de EL MUNDO, Iñaki Gil.
Estimada Señora:
Permítame que me dirija a Usted
con el tratamiento que como Reina de España merece. Además, no gozo del favor
de pertenecer a su círculo de amistades como para llamarla simplemente Letizia, menos
aún para apocoparla en Ltzia. Y, en ningún caso, osaría dirigirme a usted como
"compi yogui". Porque no hago yoga. Y porque no soy su compañero. Ni
su colega.
Me alegra conocer, Señora, que se
encuentra Usted entre los más de seis millones de personas que leen cada mes La
Otra Crónica en el sitio web elmundo.es.
Quizá también se encuentre Usted entre los miles de lectores que disfrutan
cada sábado del suplemento en papel del diario EL MUNDO o, como persona de
su tiempo, se lo baje a su tableta desde Orbyt.
Respeto, por supuesto, su opinión
sobre nuestro trabajo. Nosotros también opinamos sobre Usted. Aunque nunca
hemos llegado a escribir de ninguna prenda que usted vista, de ningún
comentario suyo, de ningún mohín que es "una mierda". Cierto es
que su desprecio fue un mensaje privado. Incluso habiendo difundido su
comentario eldiario.es y siendo reproducido por numerosas páginas web
no espero de Usted una nota de disculpa. Quizá una aclaración. Al menos, un
'whatsapp'.
A mi juicio, las disculpas son lo
de menos. Son gajes del oficio, del mío digo, no del suyo. Un rifirrafe entre
periodistas. Lo de más es lo que sigue en su desafortunado mensaje a
Javier López Madrid, empresario, consejero delegado del Grupo Villar Mir, al
que la Fiscalía le pide un año y medio por apropiación indebida en elcaso
de las tarjetas black de Caja Madrid. Sorprende que, cinco días
después de conocerse la lista de beneficiarios del plástico opaco, usted se
solidarice con él. Contrasta esta actitud con la salida fulminante de la Casa
Real de otro beneficiario de las dádivas negras de la caja rescatada, Rafael
Spottorno, consejero privado de su esposo, el Rey Felipe VI, que
fue apartado del cargo.
En esos cinco días, ¿nadie a su
servicio llamó al señor López para preguntarle si era verdad la acusación y qué
pensaba hacer? ¿Acaso no fueron informados? ¿No dieron credibilidad a una
noticia que la propia Caja confirmó? Porque su mensaje parece dar a entender
que usted se enteró por LOC de los problemas de su compañero de yoga:
"Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la mierda de
LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos.
Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi
yogui ('miss you!!!')"
¿Sabemos quién eres? Pues,
Señora, espero que no. Que su augusto marido y Usted no conocieran las
andanzas del señor López, al que un juez ha interrogado para saber si
financió con 1,8 millones de euros de dinero negro al PP en el marco de la'operación
Púnica'. Espero que tampoco estuvieran al corriente de las tormentosas
relaciones de su compañero de yoga con la doctora Pinto, que darían para algún
capítulo castizo y sombrío a lo Grey.
Confío en que, ahora que se
conocen mejor y, pese a la vieja amistad del señor López Madrid con su esposo,
que se retrotrae a sus tiempos de compañeros de colegio en Los Rosales, ya no
se quieran tanto y se respeten lo justo. Y que el presunto no sea invitado a su
mesa. Lo demás, efectivamente, 'merde'. Me sorprende en todo caso la
imprudencia de Usted, Señora, y de su marido al intercambiarse mensajes, más
prudentes, cierto, los de Don Felipe. Acaso no conoce su Majestad que este
tipo de comunicaciones están expuestas a la indiscreción de cualquiera,
empezando por el receptor y siguiendo por cualquier servicio exterior. O no
tiene noticia de que los correos de la canciller Angela Merkel fueron leídos
por los americanos.
Es cierto que cualquiera tiende a
confiarse hablando o chateando con sus amigos y creo que esos comentarios
pertenecen al dominio de lo privado. Pero una Reina no puede dejar de
comportarse como tal ni un segundo. Ni permitirse confidencias que puedan
perjudicar la reputación de discreción de la institución. Ni confianzas de
"compi yogui" con alguien que se ha demostrado poco de fiar. Ni
escribir de forma despreciativa de una publicación. De humanos es errar y de
sabios, rectificar. Por eso, todos los compañeros del diario EL MUNDO y muy
especialmente los que hacemos La Otra Crónica, no esperamos sus disculpas. Nos
basta con que nos permita seguir haciendo libremente nuestro trabajo, que
fue el suyo, y con que nos siga leyendo.
Y este es el artículo que ha
enfadado a la reina:
Javier López Madrid: el íntimo
del Rey Felipe con tarjeta 'black'
Uno de los mejores amigos de Don
Felipe figura en la polémica lista de Caja Madrid. Casado con una hija de Villar
Mir, su esposa es también íntima de la Reina Letizia. Compañero de colegio del Rey, fue
cómplice de sus romances de soltero.
Consuelo Font
http://www.elmundo.es/loc/2014/10/11/543819bc22601dd8138b456e.html
El Rey Felipe tiene muchos
conocidos, pero sus amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano y
sobran dedos. Entre ellos está el empresario Javier López Madrid, de 46
años, uno de sus íntimos desde la infancia, ya que fue compañero suyo en
el colegio de Los Rosales. Tan estrecha es la relación que aseguran que Don
Felipe puso a su primogénita Leonor en homenaje a la madre de Javier, a la que
profesa gran cariño y se llama así, aunque la apodan 'Leito'.
Aunque ya ha devuelto el dinero
(34.800 euros), López Madrid, como el ex Jefe de la Casa de Su Majestad, Rafael
Spottorno, figura también entre los 86 directivos de Cajamadrid que
utilizaron las polémicas tarjetas 'black' para gastos privados. El amigo del
Rey fue nombrado consejero de dicha entidad en 2008, a propuesta de la patronal
madrileña CEIM, y posteriormente, cuando se constituyó Bankia, su presidente, Rodrigo
Rato, le guardó un asiento en el consejo, motivo por el cual tuvo ya que
acudir a declarar como imputado junto con otros 32 consejeros a la Audiencia
Nacional.
La fortuna de los hermanos López
Madrid procede inicialmente de su progenitor, Germán López, un
espabilado gallego que logró traer a España nada menos que la firma Volvo
naútica, montando concesionarios por todo el país hasta que los suecos le
ofrecieron quedarse con la red pagándole un precio multimillonario. Dicen que a
partir de entonces el sencillo Germán adquirió usos de nuevo rico y comenzó a
codearse con lo más selecto de la jet patria. Su primogénito, tambien llamado
Germán, cogió el testigo paterno mientras Javier, el pequeño, optó por
dedicarse a las finanzas con bastante éxito. No en vano, además de consejero
delegado de OHL, se ha sentado en los consejos de Fertiberia,
Inmobiliaria Espacio o Ferroatlántica y además fue presidente del broker
Tressis. Claro que tuvo dos golpes de suerte, uno de los cuales fue casarse con Silvia
Villar Mir, única hija fémina del todopoderoso Juan Miguel Villar Mir, que
fue ministro de Hacienda y vicepresidente económico del primer Gobierno de la
monarquía, gracias a lo cual don Juan Carlos le hizo marqués. A pesar de tener
dos hijos varones, Juan y Álvaro, Villar Mir siempre ha considerado a su yerno
su mano derecha en los negocios y, bajo su batuta, le ha ayudado a convertirse
en un avezado empresario.
LOS ROMANCES DEL REY FELIPE
El otro golpe de fortuna fue
educarse en el colegio Los Rosales y compartir pupitre con el futuro Rey Felipe
VI. Don Felipe, cuando era soltero, sólo confiaba en la ayuda y discreción de Javier
López y Álvaro Fuster para proteger de la prensa rosa sus romances. López
Madrid era quien le facilitaba los refugios para pasar inadvertido. Así ocurrió
con Isabel Sartorius, quien solía encontrarse los fines de semana con
el entonces Príncipe en la finca que su familia poseía en la localidad
salmantina de Peñaranda. Después fue la modelo norteamericana Gigi Howard la
que se alojó en el chalet que los López Madrid poseen en Puerta de Hierro, no
muy distante del palacio de la Zarzuela. Felipe de Borbón disfrutó de su
hospitalidad durante unas vacaciones con la modelo noruega Eva Sannum en
el lujoso dúplex que los López Madrid-Villar Mir poseían en Sotogrande.
Volvieron a ejercer de escuderos
cuando Don Felipe inició su romance con Letizia, de hecho cuando se produjo un
incidente previo a su boda que motivó que les registraran el equipaje en Miami,
regresaban de unas vacaciones en Bahamas con los López Madrid.La química entre
Silvia y Letizia ha hecho que sean una de las parejas más frecuentadas por
los Reyes.
El gran problema para Felipe VI
comienza ahora, al menos hasta que se aclare este turbio asunto de las visas
opacas que tanta crispación ha provocado en la opinión pública. Rafael
Spottorno no deja de ser un ex colaborador del Rey Juan Carlos y pertenece al
pasado de la institución, por lo que apartarle del entorno regio es menos
traumático. Otra cosa es Javier López Madrid, uno de sus más allegados.
¿Tendrá que renunciar también a su amistad para preservar la imagen de la
Corona?
Tenemos una pseudodemocracia corrupta en donde las élites han hecho y deshecho a su antojo y si queremos que esto cambie todos ellos deben pasar por los juzgados a rendir cuentas de sus trapicheos, chanchullos y monumentales estafas. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2016/03/la-vergonzosa-doble-vara-de-medir-de-la.html
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo contigo. Pero parece que algo va cambiando, ahora todos estamos más comprometidos, o eso parece, con la corrupción y cada vez se soporta menos. Con el tiempo la corrupción será una aberración, espero.
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