martes, 20 de octubre de 2015

MARAVILLOSA CALLAS

Berlioz, "La Damnation de Faust"
María Callas, *D'amour L'ardente Flamme

La Damnation de Faust (La condenación de Fausto) es una obra para orquesta, voces, y coro, compuesta porHector Berlioz, quien la llamaba "légende dramatique". Es una obra entre la ópera y la sinfonía coral. Berlioz escribió el libreto con ayuda de Almire Gandoniére, a partir de la obra de Goethe Fausto. Se estrenó en París el 6 de diciembre de 1846, en versión de concierto.
La condenación de Fausto se representa regularmente en salas de conciertos y ocasionalmente en escena como una ópera. Tres secciones de esta obra, la Marche Hongroise (Marcha húngara), Ballet des sylphes, y Menuet des folles se interpretan separadamente como piezas independientes bajo el título "Tres piezas orquestales de La Damnation de Faust."
En 1828, a los 24 años, Hector Berlioz leyó la traducción de Gérard de Nerval del Fausto, primera parte, de Goethe, y quedó fascinado con la historia e identificado con Fausto, un ser con profundas ansias de trascendencia y torturado por el amor. Comenzó a componer música para ciertas partes del poema, como "La Balada del Rey de Tule" de Margarita, "La Canción de la Rata" de Brander, y el "Himno Pascual", entre otros. Fueron en total ocho escenas que no contaban la historia completa sino que buscaban conjurar la atmósfera del poema de Goethe. Esta obra fue publicada en 1829 como "Huit Scènes de Faust" (Ocho Escenas de Fausto), su Opus 1. Sin embargo no quedando conforme con la misma por considerarla primitiva quemó todas las copias publicadas.
Durante la gira europea que emprendió en los años 1845 y 1846, retomó la idea de dar vida a la obra de Goethe. Compuso en Viena, París, Rouen, Praga, Breslau. “Yo no recogía las ideas; dejaba que ellas llegaran hasta mí, y se presentaban en el orden más imprevisto...”, recuerda el compositor en sus memorias.
Inicialmente pensó en componer una gran ópera incorporando sus Ocho Escenas, y le pidió al libretista Almire Gandonnière que escribiera el texto, pero terminó escribiendo él mismo casi todo el libreto. Mientras componía la música, sintió la necesidad de transmitir una visión más amplia de la obra que no quede limitada por el espacio operístico, y decidió caracterizar su obra como una leyenda dramática para presentarla en concierto. Tal como ya había sucedido anteriormente con Romeo y Julieta (1839), Berlioz crea nuevas formas musicales combinando elementos dramáticos propios de la ópera como monólogos, dúos y coros en un formato de concierto propio de la sinfonía.
Berlioz condensó la trama de la primera parte del Fausto de Goethe, eliminando varios de sus personajes (Siebel, hermano de Margarita, Marta la vecina), para concentrarse en el romance entre Fausto y Margarita.
Además hizo cambios significativos respecto de la obra de Goethe. No existe un pacto con el demonio, punto de partida de esta última, sino que el amor es una trampa extorsiva tendida por Mefistófeles. Recién al final de la obra Fausto decide entregar su alma al diablo para que Margarita pueda alcanzar el paraíso, convirtiéndose así en su salvador.
Sin embargo, más allá de las diferencias, ambas obras tienen en común el escepticismo respecto del poder de la razón para alcanzar el conocimiento y la felicidad. En este sentido, Fausto encarna la desilusión del intelectual ilustrado.
El estreno de esta obra fue recibido con indiferencia por el público parisino, con escasa concurrencia en las primeras representaciones lo que llevó a Berlioz a un importante revés financiero. Tal como él mismo lo describe en sus memorias:”Nada en toda mi carrera artística me ha hecho sufrir más que esta inesperada indiferencia”.
Desde que en 1877 fuera representada en París con éxito, esta obra se incorporó al repertorio tradicional, revalorizando los indiscutibles cualidades de esta obra y su autor.
Esta ópera se representa poco; en las estadísticas de Ópera Base aparece la n.º 104 de las óperas representadas en 2005-2010, siendo la 13.ª en Francia y la primera de Berlioz, con 33 representaciones en el período.
La “Marche Hongroise” fue escrita por Berlioz para satisfacer a la audiencia durante su gira por Hungría, que si bien era parte del Imperio Austriaco ansiaba alcanzar su independencia. Uno de los símbolos de la lucha por la independencia fue el noble húngaro Francisco Rákóczi IIPríncipe de Transilvania, que a principios del siglo XVIII había liderado una rebelión contra los austriacos. Durante una fiesta en Viena, un músico le dijo a Berlioz que para conquistar al pueblo húngaro debía tocar música húngara, y le entregó una partitura de la “Marcha de Rákóczi”, canción folklórica en honor al héroe húngaro. Berlioz hizo un arreglo para orquesta que bautizó “Marche Hongroise” y ejecutó en la ciudad de Pest con un enorme éxito. Por eso decidió incorporarla a La Damnation de Faust, y ubicó la primera parte de la obra en Hungría.

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