Las guerras son siempre nefastas, incluso las guerras inventadas, las que no existen. Me explicaré.
En todas las Administraciones hay funcionarios, los menos, y laborales, los más. La relación entre estos dos grupos es cordial, la normal entre compañeros de trabajo, o al menos esa es mi visión. Cada cual realiza su trabajo que es el que es, sea uno funcionario o laboral. ¿Cómo empezar una guerra inexistente? Muy fácil, con avisos para navegantes; que si un día se oye por los pasillos que van a sacar las plazas a fulanito o a menganito, que si los laborales penden de un hilo, que si se va a reducir el personal, que si esto que si lo otro. ¿Qué se consigue? pues crear mal ambiente, enfrentar a unos y a otros, poner nervioso al personal, desmotivación generalizada entre los laborales, etc.
He aquí el famoso divide y vencerás, he aquí, tristemente, la opción sibilina de los mediocres con poder.
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