martes, 4 de mayo de 2010

JOYAS MUSICALES: BEN-HUR

Ben-Hur, Miklos Rozsa (1959). Rozsa se encontró con el problema de la recreación musical de un periodo histórico, máxime de un periodo del que no queda documentación escrita. En un trabajo de investigación, más relacionado con la musicología que con la composición, llegó a basarse en música hebrea, orientalizante y griega, como ya había empezado a hacer en "Quo vadis". Desde los primeros contactos, Wyler dejó claro lo que pretendía tanto de la película como de la música: "Aquí sí nos ocuparemos de los personajes", y en perfecta concordancia con la historia, la música se muestra unas veces majestuosa y grandiosa, otras desgarradoramente intima y personal.
Para reflejar esta historia de universos opuestos y paralelos, Rozsa utilizó la técnica del "leit motiv" y su capacidad para provocar asociaciones inconscientes con personajes, lugares, conceptos, etc. Pero a esta técnica que fácilmente puede caer en el "cliché", el compositor le extrae un intenso valor dramático. El compositor lleva al limite las posibilidades de esta técnica, parece conocer perfectamente la forma en que emocionalmente se puede manipular al espectador. Por un lado, cada motivo parece llevar en sí el origen de su opuesto hasta el punto que alcanzan carácter polisémico, diferentes significados; y por otro, los temas se desarrollan por medio de complejas y expresivas variaciones armónicas y orquestales para expresar la evolución o involución de los personajes y sus interrelaciones. Además de todo esto, una vez presentados musicalmente a los personajes y conceptos protagonistas (Roma, el hogar, la patria judía, etc.) los bloques musicales se componen con el sutil entrelazado de los diferentes temas en los que unos se diluyen en otros o se aplastan, lo que facilita la transmisión de los complejos y atormentados pensamientos y sentimientos de los personajes.
Con un tiempo excepcional de año y medio para la composición y más de cinco meses para la grabación, y con una orquesta de casi cien instrumentos y grandes coros, Rozsa edificó una obra inmensa en proporciones y riqueza temática e intensa en la variedad de emociones y matices expresados. La obra contiene brillantes fanfarrias, "marcias", música palaciega y ritmos africanos, melodías llenas de lirismo, temas cargados de espiritualidad y misticismo.
Nos propone también un recorrido por el mapa de sentimientos humanos: amor filial, amor al hogar, amistad, pasión, nostalgia, odio, despecho, frustración, idealismo, misticismo, etc.
Además de todo lo dicho anteriormente, si la partitura luce intensamente por los propios valores musicales y por la brillante y elaborada orquestación, independiente de la historia, se ve aumentar su grandeza por la perfecta conjunción con la imagen a la que se supedita en todo momento, por la fluidez que añade a un montaje ya fluido, su capacidad de trasladarnos a otra época, y siempre en el peculiar estilo de Rozsa, definitivamente influido por sus compatriotas Kodaly y Bartok, por la música tradicional húngara, tan rica en matices y texturas expresivas, por el impresionismo francés y el neorromanticismo.
Por todo esto estamos sin duda ante una obra maestra entre las BSOs y una composición de altura de la música sinfónica del s. XX.
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Ganadora de 11 Oscars, ‘Ben Hur’ contaba a grandes rasgos la historia de dos viejos amigos enfrentados por una presunta traición: Uno judío (Ben Hur), y otro romano (Messala). El primero se niega a favorecer al segundo, y encima, accidentalmente, del tejado de su casa caen tejas que a punto están de provocar un accidente al paso de un pez gordo de Roma. Messala, aún a sabiendas de que ha sido un accidente, manda encarcelar a la madre y la hermana del judío y a éste, como esclavo a las galeras, donde da por hecho que morirá antes de que pueda cumplir su amenaza de volver y hacer justicia. Esa es la sinopsis según la versión oficial. Sin embargo, según Gore Vidal, uno de los guionistas no acreditados de la película, ‘Ben Hur’ es en realidad la más grande venganza de una marica mala jamás filmada.

Curiosodades de la película:
- A la hora de construir el decorado del circo para la carrera de cuádrigas, la Metro Goldwyn Mayer consultó a un arqueólogo sobre qué aspecto tendría el circo de Jerusalén de aquellos tiempos. "De estilo romano", contestó el experto. Volvieron a preguntar a otro arqueólogo: "Era de estilo fenicio", respondió éste. Un tercer experto fue consultado y contestó asombrado. "¿Un circo? ¡No sabía que hubiera un circo romano en Jerusalén en esa época!". Al final, los diseñadores de producción estudiaron a fondo la novela original de Lew Wallace para construir el decorado en base a la detallada descripción del escritor.
- Al diseñar el circo para la carrera de cuádrigas, rodada al natural, en directo, sin miniaturas ni planos trucados, pusieron una gran isleta central en la arena para que giraran los carros. Esta hizo de fondo de la imagen, evitando que se vieran las gradas, y resolviendo el problema de llenarlas con espectadores.
- En la carrera de cuádrigas Messalas (Stephen Boyd) no fue doblado en ningún momento, incluso en la caida y posterior arrollo por la cuádriga.
- La actriz Martha Scott, que interpreta el papel de madre de Charlton Heston, era sólo seis años mayor que él. Sin embargo, en otra ocasión tuvo que volver a hacer de madre del famoso actor: fue en la mítica "Los Diez Mandamientos" de Cecil B. de Mille.
- El comediante Leslie Nielsen realizó una prueba de cámara para el papel de Messala.
- En una de las escenas finales cuando Ben-Hur está en las cuevas de los leprosos, se puede ver como algunos extras que aparecen por detrás en los primeros planos se están aguantando las carcajadas.
- Jack Hawkins cobró el doble por su interpretación que Charlton Heston. Eduardo Ramirez
- En la escena de cuádrigas, hay un momento que cae uno de los romanos del carro y muere. Pues bien, ese actor murió en ese mismo momento, puesto que al caer se metió debajo de las ruedas del carro y fué atropellado por este.
- En la historia original, los personajes de Ben-Hur y Mesala habían sido amantes en la adolescencia. Charlton Heston se negó a que ello apareciera y fue omitido aunque hay claras reminiscencias de ello en varias partes de la película.
- Las escenas de "masas" se rodaron en pleno verano con un sol de justicia y se ideó un sistema de aguadores disfrazados para poder suministrar agua a toda aquella gente, sin que se notara en la película.
- El guión de Karl Tunberg, estaba basado en la novela de Lew Wallace escrita a finales del XIX.
- La película hacía el número 27 del director todoterreno William Wyler y se da la casualidad que el mismo director había participado como ayudante de dirección de la versión muda de 1925 rodada por Fred Niblo y protagonizada por el mexicano Ramón Novarro.
- Para las escenas de "masas" se contó hasta con 15.000 extras y la única condición que se pusó para ser figurante en la mayoría de las escenas de la película era que los hombres debían tener barba.
- Aunque en las escenas más comprometidas, los actores eran doblados, tanto Charlon Heston, como Stephen Boyd tuvieron que aprender a conducir cuadrigas para los planos medios. -
- Para el rodaje se construyeron unos 300 decorados copiados de edificios, estatuas o pinturas reales. Así las galeras eran réplicas de galeras reales y el circo de la carrera de cuadrigas era una copia del de Antioquía.
- Como había que repetir una y otra vez muchas de las escenas sobre la arena, los scripts se volvían locos para conseguir que las marcas que los carros dejaban sobre la arena parecieran, al menos, acordes con el desarrollo de la carrera.
- En la carrera de cuadrigas se tuvo un cuidado especial. Los caballos fueron entrenados durante cuatro meses a correr en grupo y a acostumbrarse a los choques.

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