Mi amiga Gloria me envía un mensaje al móvil advirtiéndome acerca del artículo de Vargas Llosa hoy en El País: no lo leas, me dijo, no te va a gustar. Lo leí y ciertamente no me gustó. Por varias razones; no me gusta el tufillo a ex catedra con el que hablan ciertos intelectuales desde el pedestal de la fama y de una flamante hoja de un periódico de prestigio internacional. ¡Qué facil es ridiculizar a una señora del otro lado del Atlántico sin que ésta pueda dar su versión! ¡qué fácil decir que los antitaurinos lo son por motivaciones políticas y no por su amor a los animales! ¿Pero qué se cree este señor? ¿con qué autoridad juzga y sentencia?
No me gustó porque sus argumentos, aún siendo verdad, son falsos y peligrosos. Me hizo recordar aquellos de un compañero de piso, cuando empezaba a estudiar la carrera, acerca de la obligatoriedad en aquella época del servicio militar. Yo abogaba porque éste fuera voluntario y él porque si era obligatorio para los hombres pues que también lo fuera para las mujeres. O sea, malo era uno pues toma dos. El argumento éste es tan falso como el que predica Vargas Llosa desde su iluminación. ¿Es que la crueldad que cometemos con las pobres langostas, los cerdos, los gansos, los pollos... hace menos cruel la que hacemos con los toros? ¿es que no se puede luchar por erradicar una cosa cuando existen otras igual de terribles? Así pues ¿dejaremos por esta razón de decir ¡no a la caza de ballenas!? Nunca he entendido estos argumentos tan poco consistentes.
No me gustó porque sus argumentos, aún siendo verdad, son falsos y peligrosos. Me hizo recordar aquellos de un compañero de piso, cuando empezaba a estudiar la carrera, acerca de la obligatoriedad en aquella época del servicio militar. Yo abogaba porque éste fuera voluntario y él porque si era obligatorio para los hombres pues que también lo fuera para las mujeres. O sea, malo era uno pues toma dos. El argumento éste es tan falso como el que predica Vargas Llosa desde su iluminación. ¿Es que la crueldad que cometemos con las pobres langostas, los cerdos, los gansos, los pollos... hace menos cruel la que hacemos con los toros? ¿es que no se puede luchar por erradicar una cosa cuando existen otras igual de terribles? Así pues ¿dejaremos por esta razón de decir ¡no a la caza de ballenas!? Nunca he entendido estos argumentos tan poco consistentes.
>Premisa: Qué pelo más feo te han dejado en la peluquería... >Respuesta: ¿Sí? ¡pues el tuyo es peor!
>Premisa: El alcalde del pueblo A es un corrupto. >Respuesta: el alcalde del pueblo B también.
Me dan igual los intelectuales defensores de la barbarie para gozo del ¿respetable? que son las corridas de toros. Si algo bueno tiene la inteligencia humana es que cada cual puede pensar como le de la gana, independientemente de quién nos ilumine el camino. Poco respeto tengo ahora por este señor, aunque escriba muy bien.
¡No a las corridas de toros! (por lo menos).
PD. Lo siento Gloria, no te hice caso.
***
El artículo en cuestión lo pueden leer en la web de El País:
Realmente debo pedirte disculpas por sugerir que no leas un artículo, sea cual sea su contenido.
ResponderEliminarBesos y buen día.