Sobre la generación de cristal:
A lo largo de la historia, la persona tiene patrones conductuales y de afrontamiento similares, según los tiempos en los que vivieron. De esta manera, se estudia a la persona desde su perspectiva histórico-cultural.
Tal es así que personas que pertenecieron a la generación de los tiempos de post guerra, tienen como características el ser amantes de su trabajo y, sobre todo, colocan a su familia como pilar de su vida. De esta manera, con el transcurso de las décadas, las personas adquieren características similares de comportamiento y formas de percibir el mundo y a sí mismos.
En la actualidad, la juventud también cuenta con patrones similares de conducta que, en muchas ocasiones los padres no comprenden el porqué de estos comportamientos, situación que lleva a desencadenar una difícil convivencia familiar. A esta juventud se le conoce como se mencionó líneas arriba, como la “Generación de Cristal”.
Sus padres son parte de la Generación “X”, constituida por personas que sufrieron carencias y tuvieron medidas disciplinarias más drásticas. Por ello, trabajan mucho para que nada falte a sus hijos. Suelen decir “No quiero tratar a mi hijo como me trataron” o “Quiero dar a mi hijo todo lo que no tuve”.
– Desde que nacieron, la tecnología y las redes sociales forman parte de estilo de vida, a diferencia de sus padres, para quienes la tecnología es una herramienta de trabajo.
– Como la tecnología forma parte de su día a día, generar amistades y romances vía redes sociales se convierte en una realidad y no una simple ilusión.
– Muestran interés disminuido por la lectura o los eventos culturales. Hoy en día es poco común ver a un joven con estos intereses.
– Sus habilidades están mayormente enfocadas hacia lo audiovisual.
– Son sensibles a la problemática social, ahora protestan ante realidades que la generación de sus padres llegó a normalizar. Por ejemplo, antes era “normal” para aquellas personas de la Generación “X” el quedarse en silencio ante el maltrato físico. Quienes pertenecen a la Generación de cristal, protestan contra el racismo, la misoginia, la contaminación ambiental, la violencia de género, los abusos o la discriminación.
– Son defensores de aquello que consideran injusto.
– Sensibles emocionalmente y menos tolerantes a la frustración.
– Sensible al rechazo y a la crítica.
– Son altamente demandantes.
– Son cuestionadores.
– Expresan abiertamente sus emociones y pensamientos.
– Tienen un baja tolerancia a la frustración.
– Sus pequeños esfuerzos les parecen hazañas.
– Tienden a deprimirse puesto que se cuestionan. Las cosas no suelen ser como lo esperan.
– Están condicionados a premios, recompensas y negociaciones.
– Son altamente creativos y evaden el sufrimiento.
Otra vuelta de tuerca, los padres helicópteros:
La sobreprotección de los niños/as es un fenómeno cada vez más común. El miedo a lo desconocido y la necesidad de tenerlo todo bajo control son algunas de las causas de los padres helicóptero más comunes.
Un padre helicóptero o una madre helicóptero es una persona que se preocupa en exceso por sus hijos/as, conllevando una sobreprotección y un control ante fenómenos externos que afecta al desarrollo emocional de los hijos/as. En definitiva, son padres controladores, que se preocupan demasiado por lo que hacen sus hijos/as y por cómo pueden afectarles todo lo que ocurra a su alrededor. Cualquier movimiento, decisión o proyecto del hijo/a necesitará del consentimiento de los padres.
El término padres helicópteros o helicopter parenting fue acuñado por el Dr. Haim Ginott después de la publicación de su obra “Padres y Adolescentes”, en 1969. Con ella, percibió que muchos niños/as y, sobre todo, adolescentes, eran conscientes de que “sus padres se encontraban sobre ellos, protegiéndoles, limitando su libertad de movimiento, como si fuesen helicópteros”. No sería hasta el año 2011 cuando comenzó a utilizarse este término de forma oficial.
Como es obvio, un padre helicóptero o una madre helicóptero frenará la autonomía del adolescente, con las consecuencias que eso conlleva. Son padres demasiado preocupados, que quieren llegar a todo e influir directamente sobre las acciones y los planes de sus hijos/as. Pero… ¿Qué ocurrirá cuando esos niños/as deban enfrentarse solos al mundo real? Una relación amorosa, un empleo, una entrevista de trabajo… Por supuesto, ese momento siempre llega, pero ellos se encontrarán sin la preparación ni la madurez suficientes para hacerlo.
No conocemos demasiados beneficios del comportamiento sobreprotector, pero sí las amplísimas consecuencias negativas que conlleva:
- Problemas emocionales. Esta es una de las principales consecuencias de tener unos padres helicóptero. Los niños/as no sabrán gestionar sus emociones e impulsos. ¡Sus padres lo hacen por ellos! La regulación emocional brillará por su ausencia y, con el paso de los años, es mucho más complicado gestionarla.
- Autoestima negativa. Si un niño/a siente que necesita a sus padres para enfrentarse a cualquier reto de la vida, su autoestima, muy probablemente, será nefasta. Sentirá que no es válido/a porque no puede hacer nada por sí mismo/a.
- Dificultades de aprendizaje. Como sabes, la educación de un niño/a en casa, tiene sus consecuencias en el aula, ¿verdad? Por eso, una crianza helicóptero pueden conllevar problemas en su aprendizaje escolar. En el aula se exige cierta autonomía que, por supuesto, este niño/a no tendrá. Además, puede conllevar ciertos problemas de comportamiento, tanto dentro como fuera del aula.
- Miedo al futuro. Cuando un niño/a es criado entre algodones, muy probablemente tendrá un miedo irrefrenable al futuro. No sabrá cómo actuar en numerosos escenarios de la vida diaria y, por ende, el miedo y la incertidumbre aflorarán.
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