Anoche salimos a cenar, no estábamos todos los que somos. Mesa redonda para comer, que no para discutir (¿discutimos acaso? No, creo que no) Echo de menos estas cenas, antes casi cada fin de semana. Siempre es un placer compartir con los amigos los buenos momentos, los mejores momentos; los malos también, pero estos nunca se deben añorar, ya te los pone en bandeja la vida por su cuenta y sin avisar.
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