Murió mi tío Blas este pasado fin de semana, el último primo hermano varón de mi padre, más hermano que primo, apaciblemente. De manera inesperada y sin sufrimiento se fue dejándonos sin otra pieza del puzzle que no volveremos a colocar más en el tablero. Mi tío, que forma parte de mi vida desde niño; siempre presente junto a mi tía y mis primos, compartíamos reuniones en Robayna, vacaciones, excursiones, paseos, comidas, días en La Mina, en la playa... todo, era lo normal, así crecimos. Ya adultos seguía formando parte de mi vida, conciertos, encuentros familiares y, antes, mucho tiempo durante la carrera, pues nos echó una mano -más bien las dos- en hacer lo que mejor hacía, trabajar con sus manos: el palacio de la Asamblea de Chandigarh fue una de sus obras maestras compartida con nosotros, lástima que nunca pudimos recuperarla.
Años duros estos cuando vemos irse irremisiblemente a nuestros referentes mayores, nuestros sabios, aquellos que nos educaron y que dieron forma a nuestras vidas. Nos dejan lo mejor de ellos, su legado, su memoria, sus recuerdos, que son ya todos nuestros.
Otro capítulo que se cierra. Otro libro que empezamos a leer, y a escribir.
Descansa en paz, ya con mi padre, con Luciano, con Fillo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario