En el año 2009 volvía de mi primer viaje a Nueva Zelanda con ganas de compartir mi experiencia, de ahí que decidiera comenzar este blog. Comenzó con mis crónicas viajeras y, poco a poco, se ha ido convirtiendo en una suerte de diario anárquico a modo de catarsis personal. Escribo o comparto lo que me interesa, lo que me provoca. Cuando escribo me implico, no lo sé hacer de otra manera; nunca he podido ver la vida desde detrás y sé que esto me ha traído muchos problemas. ¡Mejor calladito! escucho decirme, pero no lo consigo.
Qué fácil sería hacer lo que muchos, leer, criticar pero nunca aportar nada de su cosecha. Ser crítico hacia el que se posiciona en este mundo de hoy es muy fácil, lo difícil es implicarse y defender la postura, jugársela.
La opción frívola es más segura. A estas alturas debo ser yo el que está equivocado, pero ¡qué le vamos a hacer!
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