sábado, 27 de abril de 2024

A LOS HECHOS

Que no me gusta la tele es cosa sabida, debo haberlo heredado de mi abuelo. Hasta hace unos meses sólo me quadaba anonadado viendo "La que se avecina", lamejorseriedelahistoria, como la llamamos un amigo y yo, pero ahora no se ve en el nuevo televisor por no-se-qué de la potencia de la emisión, creí entender. Los concursos son otra cosa, los odio profundamente. En general, todo lo que tenga un jurado que machaque al concursante me produce lo mismo, rechazo absoluto. Desde aquella época de Un Dos Tres, al que todos éramos adictos, cuando sufría en las pruebas para llegar a la "subasta", estos programas me repelen. Más actual que aquel de Ibáñez Serrador, Kiko o Mayra, tenemos ahora MasterChef, una cosa desagradable donde tres "profesores" tratan como una basura a los pobres que allí van. Leo ahora mismo en la crónica más rosácea de El País, esta noticia y pienso, ¿pero nadie antes se dio cuenta de lo desagradable que es el jurado?

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