Ya empiezan las puñaladas por la espalda. Hoy Pablo Casado debe estar regocijándose ante las expectativas y Feijóo frotándose las manos por lo que le viene encima...
Sí, sí, la culpa es siempre del árbitro. Que sí, mujer, tú como la infanta Cristina, enamorada, sorda y ciega.
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