jueves, 15 de febrero de 2024

JUEVES CON EXTRAÑO SABOR


Desayuno en casa por obra y gracia del convenio de los laborales en mi trabajo que me permite, por causas personales, tener unos días libres. Mientras lo hago me doy cuenta de las manías que uno ha ido adquiriendo durante su vida, como desayunar siempre con agua fría en la mesa que intercalo bebiendo con el café, un sorbito de esto, uno de aquello. EL DÍA, nuestro PRAVDA isleño, trae en portada la Semana Santa y el gozo del alcalde lagunero ante tal inminente celebración. Durante las Navidades nos bombardeaba el periódico con la cuenta atrás carnavalera, ahora lo hace con la Semana Santa sin haber llegado la Piñata. Pan y circo.

Leo en EL PAÍS las noticias sobre la guerra en Gaza, terribles como siempre. A su vez, una serie de cantantes saltan a la palestra con canciones reivindicativas bélicopacifistas, chirigotas incluidas; me interesa la opinión de Noa, muy activa y crítica con la política conservadora de los gobiernos de su país y defensora de ambos estados. De otro periódico nacional extraigo palabras suyas: «Israel y Palestina merecen un liderazgo real, verdadero, honesto y con visión de futuro». La cantante israelí, que siempre ha abogado por el diálogo para alcanzar la paz entre ambos pueblos, confiesa su horror por el ataque de Hamás y todo lo que ha desencadenado. Bueno, menos es nada, alguien que dice claramente que la guerra no ha sido por generación espontánea, como parece ser. Por cierto, de los rehenes de Hamás, en su poder desde hace más de 4 meses, poco o nada se dice. 

La guerra tiene que cesar, Hamás debe devolver a sus rehenes y de las nuevas elecciones en Israel salir un nuevo Primer Ministro que se sacuda la sombra de Netanyahu, por el bien de todos.

Y aquí todos felices y contentos. El campo en pie de esa manera surrealista, arengados por extremos opuestos, cosa que ya nadie entiende. Que están mal pagados lo sabemos todos, que los intermediarios hacen su agosto ya lo decía Nijota, que los supermercados hacen y deshacen no lo duda nadie, pero ahora vemos visiones, nunca mejor dicho, de posturas políticamente opuestas, ¿alguien entiende algo? Marchas bicolores por España, ¡España!, mientras Galicia se juega su futuro. El PP, tan autocomplaciente como es natural por aquellos lares, está seguro de ganar, como también lo estuvo Feijóo. Vaivenes van y vienen, el procés dichoso, Puigdemont y la amnistía; el presidenciable haciendo de las suyas, te pongo verde pero te llamo por la noche, hablando bajito, para que nadie nos oiga. 

En Madrid Ayuso agazapada, esperando su momento mientras todos beben agua en la sabana. 


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