miércoles, 20 de diciembre de 2023

CARTA A LOS REYES


Cosas malas, la miseria solo nos trae eso, cosas malas. Ya es triste tener una vida miserable por obligación, pero tenerla por elección cuando se dispone del poderoso caballero es cerrar el círculo, es el palíndromo vital, es la miseria de la miseria.
Si Ebenzer Scrooge nos enseñó lo peor de la Navidad, la realidad siempre termina superando a la ficción, y a los hechos, los míos, me remito: campaña "Regala una ilusión", cada trabajador del Ayuntamiento puede apuntarse a una lista y se le asigna un niño, o dos, para ayudar a sus padres con los regalos de Reyes.
Comento esto con algún compañero, instándole a que se apunte y echar una mano, durante una conversación intrascendente a la hora del desayuno. ¡Qué dices! eso está amañado, todo es mentira, esta gente seguro que tiene dinero para comprarle los regalos a su familia. "Esta gente", repito, esta gente. Increíble. No supe qué contestar, o sí, por lo que seguí bebiendo el cortado y entendí que debía cambiar de tema. ¿Qué te parece que Tamara salga en la portada del AD de diciembre? pregunté, y las aguas retornaron a su cauce.
Me llegó la carta a los Reyes del niño que me asignaron este año -aunque suelo regalarle a dos hermanos, este año se apuntó tanta gente que únicamente me enviaron una-, la leí con interés y les puedo decir que se me escapó una lágrima. Pedía poco y, además, contaba en ella que su familia no tenía mucho dinero, que le gustaba el deporte y la ropa de color negro porque era grandote. Una carta, como solo la puede escribir un niño, que me llegó al alma. Ignoro si la escribió su padre, jefe de la mafia siciliana, o el rico del pueblo, o esos padres famosos por pedirle ayuda a los Servicios Sociales municipales pero que realmente viajan en avión privado, yo a lo mío. Compré lo que pedía mi "ahijado" navideño, entregué la ropa sin envolver, tal y como rezan las bases de la campaña para que los padres puedan participar en los ritos epifánicos, grapé la carta a una de las asas y volví al despacho. Imaginé en ese momento la noche víspera de Reyes y a sus padres envolviendo los regalos para su hijo, como lo hicieron los nuestros, como debe ser. Si es en el salón de una modesta casa o sobre una alfombra persa me da lo mismo, la verdad.
Barbra Streisand, *Grown-up Christmas list.

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