ILUMINADOS

Buenos días, saludo a un amigo que me ha enviado un vídeo de YouTube y le escribo:

Escucho y veo ahora, a la par, el vídeo que me mandaste anoche y me ha creado cierto desasosiego al no entenderlo bien. Intentaré explicarme explicándote mi visón del mismo, difícil tarea porque me ha creado una cascada de pensamientos en mi cabeza madrugadora.

De entrada, parece que cualquiera ya, con un micrófono y una cámara, aparece dando consejos, hablando de su vida anterior y actual como si de un gurú, un iluminado, un mesías se tratase. Me hizo recordar esto a mis años haciendo yoga, joven, lozano y flexible, que dejé porque el profesor, aparte de los ejercicios de relajación, meditación y propios del yoga, nos “iluminaba” una y otra vez con su filosofía, y yo ya, de joven, no estaba para esto, siempre me ha gustado encontrar el camino por mi mismo y no con luz prestada. Paradójicamente, en aquellos años mozos no me hice vegetariano, a pesar de las presiones, y sí mucho después.

Perdona, ya me he desviado de lo que te decía. Pues eso, este pibe contándonos su movida de ¡Eureka, he visto la luz!, la izquierda es una moda, pero menos mal que encontré el camino... No me interesa nada de lo que dice ni muchísimo menos cómo lo dice de esta forma tan verbalmente violenta.

Parecería que uno pueda llegar a sentirse de derechas o de izquierdas atendiendo a una moda, a un tiempo determinado, a la juventud o a la edad, y no, al menos yo no lo veo así de ninguna manera. Olvidémonos por un momento de nombres, de colocar una etiqueta sobre lo que pensamos, sólo nos vamos a quedar con los sentimientos personales, con nuestra propia visión del mundo, de cómo vemos lo que nos rodea, lo que pedimos para nosotros y los demás, lo que queremos, lo que deseamos, cómo nos gustaría que fuera nuestra vida, la de todos, etc. Este cúmulo de ideas nos dota de una capacidad para dudar, discernir y escoger.

Sin hacer proselitismo ni enfocarle el camino a nadie, te ves a ti mismo de una manera u otra, te hace actuar de una u otra forma, de sentir, de compartir, de tantas cosas. Y una de éstas es la visión política del mundo, de la vida, que lo abarca todo. Eres tú y sólo tú el que ordena estas premisas políticas de la manera que tú quieres, sientes y, si así lo estimas, las etiquetas como ser de derechas o de izquierdas, ¡qué más da!

Resumo: no me gustan los mesías, los iluminados, los gurús, los enseñacaminos y no necesito que nadie me abra los ojos y me diga cómo debo sentir, qué debo sentir y dónde debo poner el huevo, si en esta cesta o en la otra. Si algo le queda de bueno al capitalismo liberal en el que vive Occidente es el sistema democrático que, si bien imperfecto, te permite meter tu voto en una urna de manera privada y sin tener que darle explicaciones a nadie en un acto absolutamente libre.