Yo no soy de aquí,
pero tú tampoco.
De ningún lado del todo,
de todos lados, un poco.
Jorge Drexler.
Ana Rosa Quintana, la ubicua periodista de Tele 5, escritora mentirosa, negrera y racista, llama Chinatown a Usera, el distrito de Madrid. ¿Cómo calificar estas palabras al recibir un premio? Pues racismo, tal cual. Las nuevas generaciones nacidas aquí de padres chinos, o de cualquier otra nación de origen, son españoles como tú y como yo y como ella, como Ana Rosa, la gran Ana Rosa, la jueza y señora de nuestra España cañí. Españoles aquí como franceses o belgas o alemanes o cubanos o venezolanos o argentinos son los hijos de los emigrantes que tuvieron que salir de España durante el siglo XX.
El racismo permanece latente como la lava bajo la superficie después de una erupción y comentarios como éste flaco favor hacen a la integración. Liberales todos, globalistas ídem, pero a mi que no me toquen nuestros valores manos amarillas ni negras ni de otro color que no sea el blanco nuclear, moreno, eso sí, si ha sido bajo el sol de Sotogrande.
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