8°, madrugada fresca y despajada, con calima, según nos dicen.
Un fin de semana que ha dado para mucho, de entrada para desconectar en la medida de lo posible, seguir dándole vueltas al futuro y a que las piezas encajen finalmente, cosa harto complicada, créanme. Este mundo loco está hecho para tener siempre 20 años con las preocupaciones de aquella dulce edad.
terminé la serie THIS ENGLAND, con cita final de Shakespeare ¿o sería de Churchill? Dura, sobre todo los dos últimos capítulos. Las escenas en las residencias de ancianos nos retrotraen a los peores día de la pandemia y saber cómo fue, o pudo ser, el absoluto abandono de estos pobres viejitos es muy triste. La serie, sin duda, es altamente recomendable, perfecta para ponerle música triste de un compositor inglés como Elgar. No se la pierdan.
Por cierto, si compartían cuentas de NETFLIX, bye bye, se acabó lo que se daba. Mandan los beneficios, nadie da duros a cuatro pesetas.
Titanic en 3D, remasterizada. La misma película que nos sabemos de memoria pero bajo estas maravillas que hacen ahora con las imágenes en el cine. Laaaaarga como siempre, las disfrutamos como adolescentes.
Viaje a El Hierro el viernes, del que ha comenté hace un par de días en el blog, una preciosa mañana para disfrutar de la igualmente preciosa isla. Ayer mañana en Alcalá para echar un ojo a una estructura y a la parcela donde quizá proyectemos un pequeño edificio, tarde de siesta y lectura, y cama. Pesadilla vívida, como cada domingo. Mi cabeza sabe.
Poco más que contar, frío en Rusia y calor en Cuba, que diría Juan, mi socio muerto.
Hoy más de lo mismo, espero hablar con una compañera sobre la excedencia laboral, el cómputo de las vacaciones y días de asuntos propios, dobles pagas, horas extras... Todo suma para mantener el pábilo prendido antes de apagar la vela.
♫
Elgar, Cello Concerto, Op.85, *I. Adagio-Moderato.
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