lunes, 5 de diciembre de 2022

LA COHERENCIA VS. EL DEBER

Difícil disyuntiva la de seguir el camino del deber (o de la costumbre, diría yo) y el de la coherencia. Creo que escribir sobre esto es una necesidad para mi, no como justificación sino más bien como catarsis, como si de un perro peludo que se sacude se tratase. Me gusta esta comparación, sí.
El rencor es algo terrible, te va consumiendo por dentro. Yo he tenido la suerte, a pasar de los pesaros o tal vez debido a ellos, de reconocerme una persona nada rencorosa, mejor absolutamente nada rencorosa. A mis taitantos años sé de lo que hablo, el rencor no conduce nunca a nada bueno.
Y bien, ¿cómo responder ante un acto grave a las personas que más quieres? Tenemos respuestas para todos los gustos: ¡a la guerra!, poner la segunda mejilla, diplomacia, hipocresía, nada, quema de naves, puente de plata... Obviamente cada uno contestará al dilema personal acción-reacción y, posiblemente, como no vamos a pecar de moralistas, todas las reacciones serán igual de correctas.
En muchas ocasiones la coherencia es dura, duele, pero es la mejor manera de estar en paz con uno mismo; autoengañarse no me parece una fórmula válida en algunas ocasiones, ya lo hacemos tantas veces durante nuestra vida que en algunos momentos claves hay que plantarse y actuar como dicta el cerebro y no el corazón. Todo pasará, dicen. Gran verdad, sí, pero algunas cosas no han de pasar. Por coherencia. Y que así siga siendo.
Richard Strauss, *Morgen, Op.27, No.4

2 comentarios:

  1. Buenas noches José Carlos, sin saber el fondo de tu planteamiento, entiendo lo que dices, hay personas, familias, en la que no existe la cordialidad y en algunas situaciones adversas y sin posible solución, creo que lo que toca es retirada y dejar que corran los años para no dañar el corazón ni el alma. Yo lo llamo reconstruirse con cimientos dañados pero que soportará la nueva edificación.
    Saludos.

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  2. Efectivamente, dicen que una retirada a tiempo es una victoria.

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