miércoles, 2 de noviembre de 2022

MADRID, MADRID, MADRID


Me recoge en el aeropuerto un taxi extraño, música de BB King y Van Morrison, ni reggaeton ni fútbol; tuve que darle la enhorabuena.
Un fin de semana cultural en Madrid aprovechando el puente. Si bien se frustró la ópera -Aída- en el Teatro Real, por no haber entradas, o mejor por ser éstas para asientos con visión parcial, los días se llenaron de largas caminatas, teatro y exposiciones. Un tiempo buenísimo, agradable durante el día y algo más fresco por la noche, sin lluvia alguna a pesar del pronóstico. Gente y más gente, todo repleto, calles, museos, restaurantes, teatros. Madrid parece estar de moda, aunque ¿qué gran ciudad no lo está? La pandemia y el encierro nos ha dejado ávidos de viajes, y se constata.
Ocre en los árboles, marrones en el suelo.
Los paseos entrelazaban los lugares donde se sucedían las visitas: dos exposiciones + Palacio Real, por las mañanas, y teatro y musicales por las noches. 





Empezaré por el teatro: "El método Grönholm", divertida y muy entretenida obra que disfrutas desde los primeros minutos y donde destaca Luis Merlo. El día anterior "La Historia Interminable", un horror aburrido y a la mayor gloria de espectadores cortitos -taraditos, que hubiera dicho Mafalda-, niños mayormente. El soporífero musical, o cómo destrozar un buen libro, resultó un suplicio donde me costó mantenerme despierto, aderezado con el poco espacio entre butacas que nos recuerdan qué bajito fue el españolito medio de antaño. Aplausos y ¡bravos! al terminar, sin comentarios. 
Poco más que decir. Absolutamente olvidable.

La comida asiática fue la base culinaria casi por completo, hindú y vietnamita, más una noche italiana en un restaurante que por el día se tornaba chocolatería. Imprescindible reservar porque, como las calles, los restaurantes también estaban a rebosar.


Olvidado el bodriomusical con la obra de teatro, la última noche la escogida fue "Cantando bajo la lluvia", esta vez pleno al 15. Antes de sumergirte en el Broadway y Hollywoodland de los años 20, visita a las otras dos exposiciones programadas: "Hergé" en el Círculo de Bellas artes y, en el Thyssen, "Picasso y Chanel", ambas muy interesantes y donde, a pesar de tener entradas para una determinada hora, los turistas y lugareños bullían. 


¿Recuerdan cuando se podía visitar un museo sin ir dando codazos a la gente? Esta época ha muerto, aun con cita previa. Todo estará lleno, allá conde vayas, palabrita. Salvo que seas un prócer y te abran el museo únicamente para ti, las posibilidades de disfrutar de una exposición despacio, saboreándola, son nulas.


















Le train bleu es un ballet en un actocoreografiado por Bronislava Nijinska con música de Darius Milhaud paralos Ballets Russes de Serge Diaghilev , basado en un escenario de Jean Cocteau . El título se tomó del tren nocturno llamado Le Train Bleu , que transportaba pasajeros adinerados desde Calais hasta el mar Mediterráneo .
El ballet está ambientado en la elegante Riviera francesa y tiene un tema deportivo, con nadadores, tenistas y levantadores de pesas. Henri Laurens proporcionó una escena de playa cubista y Coco Chanel vistió al elenco con ropa deportiva. El telón fue pintado según Deux femmes courant sur la plage , una obra de 1922 de Pablo Picasso .
El ballet se representó por primera vez el 20 de junio de 1924 en el Théâtre des Champs-Élysées de París, con Nijinska, que interpretó a una tenista basada en Suzanne Lenglen , Lydia Sokolova , Anton Dolin y Leon Woizikowski en los papeles principales. La orquesta estuvo dirigida por André Messager.



No hay comentarios:

Publicar un comentario