jueves, 11 de agosto de 2022

MATAR AL MENSAJERO

"No se mata al mensajero" me gusta repetir en la oficina cuando soy portador de noticias no demasiado buenas. Al final aquello de matar al mensajero se repite demasiadas veces como la salida más fácil y automática.

Matar al mensajero es una frase metafórica que se refiere al acto de culpar a una persona que trae malas noticias en vez del autor de las mismas. Anteriormente, los mensajes eran enviados por un emisario humano. A veces, durante la guerra, por ejemplo, se enviaba a un emisario desde un campamento enemigo. Un combatiente provocado fácilmente después de haber recibido dichas noticias podía desquitar su ira con más facilidad en el mensajero que en el responsable de las malas noticias.
Atacar al mensajero es una subdivisión de la falacia lógica ad hominem.

En lógica se conoce como argumento ad hominem (del latín ‘contra el hombre’) a un tipo de falacia informal (argumento que, por su contenido o contexto, no está capacitado para sostener una tesis) que consiste en dar por sentada la falsedad de una afirmación tomando como argumento quién es el emisor de esta. Para utilizar esta falacia se intenta desacreditar a la persona que defiende una postura señalando una característica o creencia impopular de esa persona*, en vez de criticar el contenido del argumento que defiende la postura contraria. La falacia se comete al limitarse a desacreditar a la persona que está ofreciendo la afirmación, para luego no criticar el contenido de la afirmación.

*Jose lo firma todo.

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