miércoles, 6 de julio de 2022

CRAZY SPAIN, CRAZY WORLD


El mundo se ha vuelto loco, no hay sino que escuchar las noticias en la radio cualquier mañana. Hoy, por ejemplo, saltamos de la pesadez de los sanfermines (¡no nos queda nada!), a todas horas erre que erre con "la fiesta roja y blanca" que vuelve después de la pandemia y todas esas majaderías taurinobeodas y demás -sí, obviamente no me gustan nada los sanfermines-, al hambre en África a consecuencia de la sequía y, cómo no, de las más de 40 toneladas de grano sin poder distribuirse debido al bloqueo ruso sobre Ucrania. Antes lo fue todo el maldito COVID, ahora tenemos a Putin, Ucrania, la crisis energética, climática, económica; spm. Dan ganas de un suicidio en masa.
Y aquí, en nuestra España cañí, flaco favor le hacemos al futuro aupando a Feijó como nuevo Presidente, sin elecciones ni nada. Ya, hasta EL PAÍS, lo da por ganador. La izquierda se desinfla con tanto lavado de trapos sucios a la vista. Podemos, como antes Ciudadanos, acabará echando al PSOE del Gobierno por su proverbial intransigencia y pose trasnochada. No sé qué pretende ahora, que el Gobierno mire para otro lado frente a lo que pasa en Ucrania o en Marruecos con la inmigración. Nunca la política exterior ha sido tan complicada, pero o estamos en un lado o en otro, desgraciadamente. Hasta Felipe González, el de antes, claro, lo descubrió cuando fue Presidente y pasó del NO al SÍ a la OTAN; más claro el agua. Atrás quedaron los tiempos del Caudillo cuando España, ¡España!, se las intentaba arreglar sola. Ni el NODO lo logró y finalmente le abrimos los brazos a Estados Unidos como si del maná se tratase. En todo este asunto el PP se lo monta bien, al que osa levantar la cabeza cual suricato -¿recuerdan a un tal Casado?- se la cortan sin contemplación. Da exactamente igual quién sea el verdugo, ora Feijó ora Ayuso. Ayuso, nuestra Trump particular, nuestra Mari Le Pen patria. ¿Alguien entiende lo de las becas a las "familias de clase media" que ganan más de 100.000€ anuales?: bacas para comprar un frac, decía un periodista ayer. El liberalismo llevado a su límite. De pena penita pena, que diría la copla. No hacemos sino oír desde sus filas que vamos al caos económico, una y otra vez, pero ¿nadie dice que hoy tenemos en el país la mejor cifra de paro desde hace muuuuuchos años? El cuarto poder, dicen. ¿El cuarto?
Atentados en Dinamarca, en Chicago, en Orlando, la venta de armas sin control, odio, homofobia, misoginia, trata de blancas y blancos (¿y las/os negras/os y las/los amarillas/os?), ETC. Repito, dan ganas de un suicidio en masa.
La política es, a la par que necesaria, un asco. Valores perdidos que nadie intenta recuperar, educación básica que es todo menos básica, coches aparcados en las plazas de motos, en pasos de peatones, en zona de minusválidos, en doble fila; ¿y a los demás? ¡que les den! Porque yo lo valgo.
"Ellos dicen lo que la gente piensa y no se atreve a decir", repiten. Nazis. Ya tuvimos bastante en Europa. Populismos de un lado y de otro, nacionalismos, machaconas mentiras en bucle, fake news. Todo pura y dura propaganda Goebbels, todo está inventado.
Difícil tarea la de no ser manipulado por unos y por otros, sobretodo por otros, pero ¿qué nos queda sino rebelarnos una y otra vez? Pensemos y dudemos. Una y otra vez. Siempre.
Pero también nos queda hueco para el optimismo. Si antes nos quedaba París, hoy la música, los libros, los animales, el cielo, los atardeceres desde la costa del norte de Tenerife, los viajes que llegarán, las cenas entre amigos -y los almuerzos-, las comidas "en casa", esos besos y abrazos. 
Podemos con todo y más. Se los debemos a nuestros hijos, los mismos que nos han prestado el planeta.  
New Radicals, *You get what you give.

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