VUELVA USTED MAÑANA REVISITADO

Escribía, allá por 1833, el bachiller don Juan Pérez de Munguía, alter ego de Mariano José de Larra, su ya famosa frase "vuelva usted mañana".
  -Vuelva usted mañana -nos respondió la criada-, porque el señor no se ha levantado todavía.
  -Vuelva usted mañana -nos dijo al siguiente día-, porque el amo acaba de salir.
  -Vuelva usted mañana -nos respondió al otro-, porque el amo está durmiendo la siesta.
  -Vuelva usted mañana -nos respondió el lunes siguiente-, porque hoy ha ido a los toros.
  -Vuelva usted mañana -nos dijo el portero-. El oficial de la mesa no ha venido hoy.
  -Vuelva usted mañana, porque el señor oficial de la mesa no da audiencia hoy.
  -Vuelva usted mañana -nos decían en todas partes-, porque hoy no se ve.

La burocracia, verdadero perro con tres cabezas que debe guardar el Arca de la Alianza por lo menos, es el enemigo a batir no ya en los albores del siglo XIX sino en éste siglo XXI, quién lo iba a decir. La burocracia, o el burócrata, dos caras de la misma moneda, mantiene un control férreo sobre nuestras vida en general, por cualquier razón, pero si hablamos de nuestra vida profesional ya es el acabose. Homero se quedó corto describiendo el viaje de Ulises y la Divina Comedia lo propio con Virgilio. 
Para un arquitecto -sí, hoy vengo a hablar de mi libro-, una suerte de Sísifo moderno, el camino a recorrer no es otro sino un c a l v a r i o, con todas las letras. Aunque siempre hay honrosas excepciones, las mismas que confirman la regla, trabajar en la calle supone un hito de tal magnitud que conseguir que una obra termine su camino por el desierto, muchísimo más que cuarenta días con sus cuarenta noches, se convierte en una tarea de titanes. 
El "vuelva usted mañana" se ha convertido en "la Administración tal le requiere esto, lo otro y lo de más allá", una y otra vez. Licencias de obra con ilimitados informes sectoriales, preceptivos todos, vinculantes algunos: Cabildo, Costas, Consejo Insular de Aguas, Transición Ecológica, Tren del Sur, AENA, Ayuntamientos limítrofes, la Casa del Rey y el Vaticano, por si las moscas, ya que estamos, no vaya a ser que... 
Conseguida la licencia, con celebraciones varias como si de haber ganado un Óscar se tratase, comienza la obra, momento en el cual uno cree disfrutar de la profesión al ver cómo lo que ha pensado primero y dibujado después se va convirtiendo en algo tangible, pero ¡craso error! Cuando vemos la luz al final del túnel, cuando el propietario está feliz porque la obra ha terminado, cuando el carpintero finalmente ha colocado la última pieza del zócalo y el pintor ha retirado los cartones del suelo, ahí empieza de nuevo todo, ahí es cuando llegamos al infierno de Dante, a la tortura de Szell, al Ironman nórdico, al garrote vil patrio: conseguir la 1ª Ocupación. ¡Uf!, eso son ya palabras mayores. Ésta es la joya de la corona, el eureka de Arquímedes, el vellocino de oro, la piedra filosofal. 
¿Les gusta mi casa? Vamos, se las enseño. ¡¡¡Cuenta con 1ª Ocupación!!! Ohhhhh.
Mediante la Declaración Responsable, gran paso donde los haya, el arquitecto y el promotor, modestamente, con las cabezas gachas, sin querer molestar a nadie, presentan el documento de rigor, páginas y páginas que demuestran que la obra se ha hecho según la licencia, certificados, fotografías, costes, documentos visados por éste y aquél, y si nos apuras hasta análisis de orina y heces, por si acaso, no vaya a ser que... Dentro ya de la rueda de la Administración, el expediente en cuestión pasa del registro a la mesa del burócrata que, afilando el lápiz y pasándoselo por la lengua antes, comienza a puntear aquí y allí, babeante, preparado para la visita de inspección, perdón, de INSPECCIÓN, cual perro ladrador muy mordedor. 
  > Dos plantas, bien.
  > Retranqueo ajardinado, bien.
  > Altura reguladora, bien.
  > Cuarto de baño ventilado, bien.
  > Plazas de garaje, bien.
Tendrá mi informe en un tiempo prudencial, sentencia, mientras las gotas de sudor se deslizan por tu frente y raudo las secas para que nadie lo note, que uno es un profesional del asunto, ¿o no?. 
Pasa un tiempo prudencial, a veces más que prudencial, y llega la carta esperada, la carta donde te envían a Vietnam, donde te desahucian, donde te despiden, la que te manda Hacienda, el resultado de la biopsia; llega la carta de Urbanismo, un requerimiento, el primero, el que anuncia tormentón: si bien las modificaciones son no sustanciales, la obra cumple con los parámetros de referencia básicos, punto de sal y pimienta correctos... NO CUMPLE, de manera que se deja sin vigor la 1ª Ocupación y se le requiere para que... 
Y tú, mi niño, ¿qué quieres ser de mayor? Yo, arquitecto. Nooooooooooooooooooooo.
Nunca fue tan fácil plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Nunca.
The Script, *Superheroes.

martes, 28 de junio de 2022

EL MUNDO TODAY

Ésta es la época en la que nos ha tocado vivir, la del incipiente e insistente e irremisible cuidado del Medio Ambiente, la de la globalidad, de Internet, de la visibilidad femenina, de los derechos LGTBI+, de los avances sociales; pero también la época de la locura, de Putin, de Kim Jong-Un, de la burocracia sin límites, del cambio climático, de la inmigración, de los muertos, del caos, de las crisis económicas, de las pandemias...
Ahora, no me voy a engañar, me alegro de vivir en occidente, en España, en una democracia y de formar parte de la UE y de la OTAN.

HOY POR MI, MAÑANA TAMBIÉN

El "Telémaco", 1949.
171 emigrantes canarios rumbo a Venezuela.

Las noticias del asalto a la valla de Melilla son espeluznantes, ni siquiera unos y otros se ponen de acuerdo en el número de muertos: 24, 40, seguimos contando. La tragedia de la inmigración sigue matando como nunca, por mar y por tierra, sin que se vislumbre fin alguno. No parece haber fórmula para resolver el problema, ni mágica ni ninguna otra; nadie está nunca contento, que si el Gobierno tiene mano ancha, que si incumple los derechos humanos, que si las concertinas son una salvajada, que si la valla no es suficiente, que si se les ha ido de las manos, que si se quedan cortos. Esto es como la típica pregunta con trampa: ¿te gusta mi nuevo corte de pelo? Nunca, jamás de los jamases, se acierta con la respuesta.

> Sí, muy bonito.
> Claro, porque te lo pregunté, si no seguro que no te das ni cuenta.
> Sí, muy bonito.
> ¿Eso qué es, para que me calle?
> No, la verdad.
... RIP.

Volviendo a ponernos serios, como era de esperar, la actitud de la Oposición política española es de vergüenza ajena. Durante estos años de repunte de la inmigración "ilegal" no han dejado de machacar una y otra vez con este tema, clamando mano dura, devoluciones express, las vueltas de tuerca fronterizas, los acuerdos con Marruecos, etc., y ahora si te he visto no me acuerdo. Otra vez haciendo leña del árbol caído -a esto, no nos engañemos, juegan todos, aunque no por ello es menos indignante-, en este caso leña con cuerpos humanos, pidiendo la comparecencia del Pedro Sánchez en el Congreso para dar explicaciones y bla bla bla. Vulelve a mi cabeza otro toque de humor, en este caso Martes y Trece de antaño.

> Señora, veo que lleva detergente Manolito. Le ofrezco llevarse dos por el precio de uno.
> Ay no, me quedo con el mío.
> Pero señora, si es su mismo detergente, me da el suyo y yo le doy dos iguales.
> ¡Le he dicho que no!

Pues así estamos, nos toca vivir en la época del ¡me vengo a enterar ahora!.

lunes, 27 de junio de 2022

MÁS ELVIS

Después del biopic de Elvis que disfrutamos este fin de semana me he quedado con ganas de escucharlo en SPOTIFY, en modo aleatorio, una gozada.
*If you talk in your sleep.

ELLOS

He de reconocer que las últimas noticias que nos llegan me dejan un sabor de boca agrio y tanto desasosiego que las palabras me queman pero no sé escribirlas, no sabría ni cómo empezar.  ¿Qué dirán los libros de Historia de este siglo convulso? Todo lo que avanzamos en el siglo XX parece ir perdiéndose paso a paso, lenta pero de forma inexorable. Vemos cómo en la era globalizada de Internet donde la balanza del poder y la economía es otra, o al menos eso nos hacen creer -la macroeconomía no la entienden ni Ellos, y a los hechos me remito: no hay economista que haya dado en el clavo jamás, acaso una pincelada de lo que ocurre u ocurrirá-, la Madre Rusia invade un país como si tal cosa, los americanos dan pasos de gigantes en derechos humanos, pero hacia atrás, la gente muere cruzando fronteras, ahogados a miles, grandes fortunas que crecen mientras la clase media mengua, la sombra del fascismo se alarga ¡quién lo habría dicho!, pandemias eternizantes, conspiraniocos paraniodes a raudales. Cuesta ser optimista. 
Da miedo.

INMA+MA

Fin de semana con sentimientos opuestos, de alegría y de pena. Con un leve pero continuo dolor en una muela del juicio -los antibióticos previos a la segunda cita con mi dentista parecen obrar maravillas- nos emplazamos un grupo de amigos en Las Palmas para almorzar con nuestra amiga Inma a la que la vida y la jubilación han devuelto a su patria chica. Un reencuentro emocionante para ponernos al día, recordar tiempos pasados y hablar del futuro que no es otro sino hoy. Un plan absolutamente repetible y nuevamente apetecible. 
Allí, almorzando en Triana como en los viejos tiempos, recibo la noticia de la marcha de mi amigo y compañero de trabajo Miguel Ángel con el que he compartido unos años de complicidad y buen entendiniento. Vecinos de niños en Santa Cruz, casi puerta con puerta, acabamos encontrándonos con los años, trabajando juntos en la misma oficina y en áreas diferentes pero complementarias. Amantes ambos de la buena conversación y los perros, la vida le abre a él un nuevo horizonte que, ojalá, podamos seguir compartiendo. Lo mio, a estas alturas de la vida, es pura envidia, lo reconozco; tener el valor de cambiar es algo a lo que aspiro sin atreverme.
Todo lo mejor para Míguel y para Inma, todo mi cariño con ellos. Dos buenas personas.

domingo, 26 de junio de 2022

GABRIEL


La ambición de Gabriel
Para la mayoría de los españoles, ser ambicioso sigue teniendo forma de chalé y coche nuevo. El reconocimiento intelectual es propio de pringados, al parecer.
SERGIO DEL MOLINO
22 JUN 2022 - 05:00 CEST
https://elpais.com/opinion/2022-06-22/la-ambicion-de-gabriel.html

Mi hermano es ingeniero y presume de tal. Es un hombre de provecho, con la cabeza sentada y un trabajo importante en una gran empresa. Por eso, imitando el gesto del magnate del puro del Monopoly, se burla de mí diciéndome que un trabajo como el mío, que se puede hacer en pijama, no es un trabajo. Faltarse al respeto es privilegio de hermanos. A los forasteros no les consiento esas bromas, y los amigos no me las consienten ni a mí mismo. Me reprochan que me califique de juntaletras o diletante. Regalas munición a los enemigos, me dicen.

Que uno rechace definirse con solemnidad no significa que no se tome en serio o que no asuma el desprecio que las letras y las artes despiertan en una sociedad esquizofrénica, que lo mismo se postra ante los dioses de Netflix que se burla de quienes quieren ser actores. El letraherido asimila de entrada la hostilidad del mundo, y a veces se defiende de ella ironizando sobre sí mismo, pero hay momentos en que ni eso basta.

Gabriel Plaza es el mejor alumno de la EvAU de Madrid. 

Cuando confesó en la SER que iba a estudiar Filología Clásica, se vio impelido a explicarse, improvisando tres frases sobre el éxito y la felicidad que nadie le habría reclamado si estudiara Medicina o Ingeniería. Lo peor vino después, cuando miles de hienas furiosas saltaron de la charca de las redes sociales y lo forraron a insultos. Cómo se le ocurría estudiar algo tan inútil y condenarse a ser un maestrillo. La burricie general ha inhibido a Gabriel, que ha declinado dar más entrevistas.

Para la mayoría de los españoles, la ambición sigue teniendo forma de chalé y coche nuevo. Destacar en la lingüística no requiere, al parecer, ni esfuerzo ni talento, y el reconocimiento intelectual es propio de pringados. Quienes piensan así no creen en la democracia. Tienen una mentalidad sumisa y clasista, según la cual, las bellas letras, el arte y el pensamiento son manías de aristócratas y rentistas, ocupaciones impropias de muchachotes de barrio. 

Eso sí, cuando Gabriel gane el Cervantes o el Princesa de Asturias serán los primeros en aplaudir y en presumir de ser sus compatriotas, socializando sus triunfos, como se apropian de los del Real Madrid aunque no jueguen en el equipo. Los demócratas, en cambio, ya estamos orgullosos de Gabriel hoy, pues su elección libre es una victoria nacional y la constatación de que no vivimos en una tiranía elitista.

sábado, 25 de junio de 2022

ELVIS


Ignoro qué mueve a alguien dedicarse a la crítica en general, a la de cine en particular. Si tuviera tiempo y ganas, que lo uno ni lo otro, para montar una estadística con datos recabados de leo, el crítico de cine de  EL PAÍS, Carlos Boyero, se encontraría en el Olimpo de aquellos a los que todo lo que se filma le parece aburrido, intrascendente, innecesario o pasable y olvidable, como encabeza  la que escribe sobre la película "Elvis". A mi personalmente me da mal rollo leer sus críticas, siempre espero lo que obtengo, nada, nunca, está a la altura de sus expectativas. Resumo: son sus críticas absolutamente prescindibles. Otros críticos expresan sus opiniones, más o menos benévolas, pero sin ese tufillo a cátedra que me pone enfermo.
Dejemos pues a Boyero y centrémonos en en cine.



¿Te gusta Elvis? Estás de enhorabuena, te encantará la película. ¿NO te gusta? Pues igualmente lo estás porque desde ahora te gustará Elvis. Así de sencillo. Independientemente de los actores, Austin Butler está fantástico y Tom Hanks, como era de esperar, increíble, aunque su personaje es bastante odioso y repulsivo, durante las casi 3 horas que dura -a mi no se me hizo larga en absoluto- te sumerges en la ya eterna música de Elvis, en parte de su vida conocida y, sobre todo, la relación con sus padres y con su siniestro representante, el Coronel Parker (Tom Hanks). No se ceba en la parte más morbosa del cantante, su adicción a las drogas, o su matrimonio sin final feliz a pesar de que, aparentemente, Priscila estuvo enamorada de él hasta el último momento, según nos deja ver la película.
En la estela de las dedicadas a Freddy Mercury o Elton John, no por estar de moda este cine le resta méritos, si disfrutaste de las anteriores películas de Baz Luhrmann (director o guionista), El Gran Gatsby, Australia, Moulin Rouge o Romeo y Julieta, disfrutarás con Elvi, sin duda.

Elvis, *Can't help falling in love.