martes, 11 de mayo de 2021

VIDAS

Arquitectura es una carrera extraña para estudiarla, al menos así recuerdo mis años universitarios. Con asignaturas estupendas y profesores a la altura -otros no tanto, ni muchísimo menos-, también adolecía de una absoluta falta de contacto con la calle, con las obras (recuerdo una única visita de obra en toda la carrera), incluso con el día a día de lo que luego sería una oficina técnica profesional, el trato con las Administraciones Públicas, con las Contratas, etc.; en resumen, con el mundo real fuera de los muros de la universidad. Una de las cosas que no nos enseñaron fue economía básica, cómo llevar un estudio, nociones de contabilidad básica, ingresos y gastos, ahorro, inversión... Lo veo claramente en alguno de nuestros compañeros, ávidos en los negocios, de mentes preclaras en lo referente al dinero y con el toque de ambición que se precisa y que yo, desgraciadamente, desconozco y envidio sanamente. "Algo habremos hecho mal", comentaba el otro día con mi socia, más de 30 años trabajando como arquitectos y ricos, ricos, pues más bien no. Bueno, me perdonarán la relatividad, por supuesto. 
Claro que... si bien no he hecho tan buenas migas con el poderoso caballero como me hubiese gustado, aún estando a tiempo de ello, no debo quejarme de lo que sí he podido atesorar con orgullo en estos años: experiencias, viajes, cultura, libros y amigos. Todas mis vidas, que diría mi amiga G, han sido una maravilla. Y la que nos quedan por compartir aún. Only just begun.
Carpenters, *We've only just begun.

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