martes, 25 de mayo de 2021

LO QUE NOS DA

      

Sabido es que, para mi gran desgracia, no me gusta la fruta. Ninguna. Aunque parezca mentira. Si bien, con los años, uno va perdiendo pelo, ganando centímetros y adquiriendo algo de sabiduría -más sabe el diablo...-, que nos obliga a cuidarnos un poco más de lo habitual por aquello del declive vital, llamémoslo así. Volviendo a la fruta y sabedor de los beneficios que aporta a nuestro maltrecho cuerpo (serrano), he dado con una solución que parece funcionar: los jugos de fruta. Para ello me he comprado una minibatidora con la que me preparo un batido de frutas mezclado con dos o tres naranjas exprimidas: una manzana pelada y troceada y un puñado de arándanos o fresas congeladas, de manera que el resultado es un frío y refrescante bebedizo rosáceo y muy rico con el que aderezo la toma de mis medicinas mañaneras; el café viene después. Ahora, de eso a añadir plátanos... no, tampoco se pasen. El "color rojo" ayuda, además de ser anticancerígeno; el verde ¡lagarto lagarto!
Franz Shubert,
*Schwanengesang, D. 957: No. 4, Serenade.

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