lunes, 19 de abril de 2021

AURORAS Y ESTUPIDEZ

Aurora Boreal. Kiruna, Suecia.
Aurora Austral. Lake Tekapo, New Zealand.

Algo de lo que nos hemos desprendido desde hace ya más de un año es de los viajes. Viajes que para mi suponen una catarsis necesaria y casi obligatoria; igual que un perro se sacude el agua yo me sacudo la vida cada vez que salgo de la isla. Pero va a tener que esperar el viajar, como también los abrazos y los besos, el contacto que tanto echo de menos, las tertulias entre amigos, las cenas y los almuerzos juntos, los planes. 
Proliferan las series y películas de catástrofes y todas empiezan igual, algo pasa y el mundo se va a pique: guerras, terrorismo, virus, zombies... Haber leído literatura de ciencia ficción ayuda más bien poco, y ver estas películas solo en casa pues más de lo mismo. No sé cómo no hemos caído todos en una depresión colectiva. Ante tanta estupidez generalizada causada por todas estas vacunas contra el COVID solo queda ser pesimista. Repito, nos hemos vuelto estúpidos. Si en algo ha avanzado la humanidad respecto a la salud ha sido, en gran medida, gracias a las vacunas. Hagamos un resumen rápido (Wikipedia):

Siglo XVIII

1796: Primera vacuna para viruela.

Siglo XIX

1879: Primera vacuna para la diarrea crónica intestinal grave.

1881: Primera vacuna para el ántrax.

1882: Primera vacuna para la rabia.

1884: Primera vacuna para el cólera.

1890: Primera vacuna para el tétanos.

1890: Primera vacuna para la difteria.

1897: Primera vacuna para la peste.

Siglo XX

1926: Primera vacuna para tos ferina.

1927: Primera vacuna para la tuberculosis.

1937: Primera vacuna para la fiebre amarilla.

1937: Primera vacuna para el tifus.

1945: Primera vacuna para la gripe.

1952: Primera vacuna para la poliomielitis.

1954: Primera vacuna para la encefalitis japonesa.

1962: Primera vacuna oral para la poliomielitis.

1964: Primera vacuna para el sarampión.

1967: Primera vacuna para la paperas.

1970: Primera vacuna para la rubéola.

1974: Primera vacuna para la varicela.

1977: Primera vacuna para la neumonía (Streptococcus pneumoniae).

1978: Primera vacuna para la meningitis (Neisseria meningitidis).

1981: Primera vacuna para la hepatitis B.

1985: Primera vacuna para Haemophilus influenzae tipo b (HiB).

1992: Primera vacuna para la hepatitis A.

1998: Primera vacuna para la enfermedad de Lyme.

Siglo XXI

2005: Primera vacuna para el virus del papiloma humano (principal factor de riesgo del cáncer de cérvix).

2009: Posible vacuna contra la hepatitis C, primera vacuna contra la gripe A (H1N1).

2020: Primera vacuna para el COVID-19 aprobada, que también es la primera vacuna de ARN en ser aprobada (BNT162b2).


Aún así, los humanos no solo no aprendemos sino que con los años nos embrutecemos. Que alguien sea antivacunas debería ser tan irrelevante como que haya terraplanistas, quien crea que la homosexualidad o el transexualismo es una enfermedad, o que los zurdos están poseídos, o que los cometas o los eclipses anuncian el fin del mundo o que los pelirrojos traen mala suerte. No hay que esperar a un cometa para saber que este planeta, con nosotros como culpables, se va a la mierda ante tanta estupidez, ante tanta ignorancia, ante tanta codicia. Baste un cuadro como éste, tomando como siempre dos decimales, para fundamentar mi personal y modesta reflexión. El mundo se pudre y nosotros nos preocupamos de Miguel Bosé, colgado irremisiblemente, de la hija de Rocía Jurado, o de aquella otra mononeuronal que dice no a la vacuna Astra Zéneca y es noticia nacional. Yo, casi casi, he perdido la fe en el ser humano por estúpido, aunque no del todo -no todos-. Me resisto. Me ayudan los libros, la música, los animales y la memoria. A los amigos cuesta tanto verlos...
Vista la aurora boreal en el Círculo Polar ártico me queda la austral. La verémos.

Nina Simone, *New World Coming.

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