martes, 4 de agosto de 2020

ASÍ SE ESCRIBE LA HISTORIA

Escribir públicamente, aunque sea en algo tan modesto como es un blog como éste, trae siempre consecuencias; al que no dice nada no se le contesta nada, está claro. A mi me es difícil -más bien imposible-, ver la vida desde fuera y no entrar en ella cuando algo me llama a ello. Como no iba a ser de otra manera, todo esto de la marcha del rey (Podemos, el azote de dios, la llama huida, ¡y no es acaso eso mismo?, de lo que se escribe y se hará sin descanso, provoca todo tipo de reacciones. que Juan Carlos I ha hecho mucho por España es un hecho: nos trajo la democracia, nos salvó de un golpe de estado y hasta le plantó cara al maleducado de Chávez, al césar lo que es del césar. Ahora, y siguiendo en el mundo clásico, recordemos cómo debe ser la mujer del césar y, en este caso, no deja duda que su comportamiento ha sido completamente inadecuado. Amantes (ahora va a resultar, cómo no, que Corinna es la mala de la película); caza mayor en Botswana con elefante muerto y cadera rota que terminamos pagando todos; comisiones y cuentas opacas allá donde miremos, etc.

¿Dónde ha quedado la ejemplaridad? Pues lejos, muy lejos, si es que alguna vez la hubo.

Ahora escucharemos toda clase de panegíricos, loas y alabanzas al monarca con guantes blancos -esta mañana, en un programa de TV donde los contertulios son renacentistas, de esos que saben de todo, ya hubo una señora que echaba en falta más apoyos institucionales, empezando por tanto empresario a los que Juan Carlos hizo ganar dinero; claro que no dijo nada de las contrapartidas-, pero con la boca y letra pequeña, si acaso, se dirá algo de los chanchullos en los que, s u p u e s t a m e n t e, anda metido. 

¿Qué se diría de un político, de un empresario o de un españolito de a pie que, observado por la justicia, se marchara de España como si nada? Todos sabemos la respuesta. En su exilio dominicano, viviendo a cuerpo de rey, nunca mejor dicho, y como si muerto el perro se acabase la rabia, tendremos una nueva e intensa campaña de apoyo a Felipe VI para que olvidemos el fango en el que está metida la monarquía en España desde lo del elefante, Urdangarín, Corinna y las amantes anteriores, los dineros aquí y allá... La única manera de lavar la cara de la monarquía y que quede libre de toda sospecha es aclarar completamente lo que ha hecho y lo que no el exiliado. Lo demanda España y lo debe demandar La Corona, como dicen los cursis. Ah, y no olvidemos que Dña. Sofía se queda "en Zarzuela", ¡qué tranquilidad!

Paciencia pues, no nos queda otra. Esperemos a ver en qué queda todo esto. Desde luego, el año 2020 no deja de sorprendernos.




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