miércoles, 24 de junio de 2020

JUANES, JUANAS Y DEMÁS

Disfruto cada tarde de un concierto de mirlos en el jardín de Villa Augusta, mi casa. Los veo, volando entre la hiedra que cubre la fachada sur, la araucaria que tan lentamente crece y los cupresos que han invadido el pasillo. Siempre fui un privilegiado, he podido disfrutar del canto de los pájaros tanto en Villa Titanic, otrora oasis en la ciudad, como ahora por estos lares más bucólicos. Casualidades de la vida, as tres casas donde he pasado mi vida adulta se emplazan en sendas calles sin salida. Así, el sonido de los coches ha sido siempre el último de los protagonistas. Pájaros, gatos en celo, algún ladrido lejano y el camión de la basura -ubicuo siempre allá donde uno va-. Estos sí han sido mis compañeros de residencia.
Hoy es miércoles, otro San Juan, esta vez sin hogueras. Felicidades pues a los Juanes, Juanas, Juanis, los quiero a todos. Atrás debió quedar lo malo, el pesimismo, la ansiedad, aquello tan tóxico. Nos queda un verano por delante y el resto del año para recuperar el tiempo perdido, nunca tan necesario como ahora. ¡A vivir que son dos días!
Los Panchos, *Llévatela.

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